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Buda por un día, el Monasterio del Garraf

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Maitreya en el Monasterio Budista del Garraf

«Todos somos budas. Nos cubrimos con capas que impiden verlo, pero todos somos budas». Roger, uno de los practicantes que reside en el Monasterio Budista del Garraf (Barcelona), acaba de introducirme con una sola frase en el budismo.

«Imagina un vaso, que eres tú, y ve cubriéndolo de servilletas, que son las emociones que nos hacen sufrir (el miedo, la rabia, la envidia…). Aquí vamos eliminando servilletas para ver claramente el mundo, para dominar nosotros la mente y no al revés». Después de pasar un día con la comunidad del monasterio Sakya Tashi Ling, claro, ya no soy el mismo.

Monasterio Budista del Garraf
Vista general monasterio budista desde la estupa.

Roger dedica su vida a conseguir la Felicidad completa, la Iluminación. No es el único, en la comunidad del Monasterio Sakya Tashi Ling del Garraf se esfuerzan colectivamente en ese sentido. Desarrollan valores positivos para ellos y para el mayor número de seres posible. Me han invitado a pasar el día con ellos, a participar de las actividades abiertas al público. Confirmo mi ignorancia sobre la filosofía budista y descubro todo un mundo del que sólo hemos podido tirar de unos pocos hilos.La oración en la Gompa, a las 7h y dedicada a la energía femenina de la compasión en acción: Tara. Está abierta al público, dura 1h aprox. y aparecen muchos de los elementos que conoceréis con más detalle en la visita guiada.La visita guiada de 1h se adentra en la filosofía budista y la historia del palacio Novella. Objetos rituales, instrumentos musicales, medicina tibetana, iconografía budista y el lujo de los antiguos señores.El taller de relajación, un anticipo de lo que puede llegar a ser la meditación. Durante 1h aprendemos un tipo de respiración, calmamos nuestro ánimo y volvemos al mundo serenamente.Conferencia: ¿Qué es la meditación?. A cargo del Kutsab, monje ngagpa del monasterio, recibimos las líneas generales sobre qué es la meditación y su necesidad en el mundo actual.

El prejuicio superado

La piel curtida de elefante que cubre una de las dependencias del monasterio no se percibe a primera vista. Ningún monje aparece con la cabeza afeitada y tampoco llevan todos una vida de recogimiento y celibato. En el refectorio, donde desayunamos y comemos, hay todo tipo de comidas, incluida la carne. Lo único que se corresponde con la idea habitual sobre el budismo es la paz, esa calma que domina todo el ambiente y el paisaje: un Parque Natural, el del Garraf, y las 120 ha de la finca del monasterio declaradas Refugio de Fauna Salvaje.Sakya Tashi Ling, el nombre del Monasterio del Garraf, significa “La isla de los buenos augurios”

Pepa Senmartí ha organizado un día completo, con gran parte de las actividades abiertas al público en el monasterio. Ella es una extensión del ambiente que se respira: transmite tranquilidad, aunque se intuye una fuerza interior contenida mansamente. Recuerda aquello de Quintiliano: suaviter in modo, fortiter in re, «fuerte en los hechos, suave en los modos». Es practicante budista, pero su compromiso no incluye votos como los del monje ngagpa que conoceré después.

«Vine como visitante, por curiosidad, y poco a poco me fui interesando más», explica Pepa. «El budismo es experiencial: practicas y ves los efectos enseguida (que es lo que te engancha). Con la meditación, que es la base, empiezas a controlar tu vida y a impedir que la mente te dirija». No acabo de sorprenderme cuando tengo que digerir otra posible verdad: «en realidad somos un poco esclavos de nuestras emociones».

Máscaras en el monasterio Budista del Garraf
Arte y pensamiento budista en el interior del Palacio Novella.

Son las 9 de la mañana. Durante la visita guiada de las 10 h tendremos ocasión de conocer la filosofía del budismo y su cosmovisión a través de imágenes, piezas artísticas, instrumentos musicales y toda la iconografía del pensamiento budista. Pero Pepa expone a modo de adelanto: «yo no vivo aquí, pero paso mucho tiempo y acaba convirtiéndose en un modo de vida porque la implicación es a todos los niveles».La meditación se practica en cada momento de tu vida. Se trata de ser consciente en cada momento. Es meditación en acción.

La comunidad Sakya Tashi Ling se establece como monasterio en 1996 en el Palau Novella. Fue fundada por el MV Lama Jamyamg Tashi Dorje Rinpoche, quien dirige e imparte enseñanzas a la comunidad.

Claro. Pregunto si realmente es posible todo lo que defiende porque es trascendente. «Sí se puede, pero es difícil y es necesaria mucha disciplina». En el monasterio Sakya Tashi Ling del Garraf se precipitan al olvido unas cuantas ideas preconcebidas sobre el budismo.

Sólo llevo 2 horas y veo cómo se acercan los curiosos a llevarse la foto de rigor con unas construcciones exóticas. De pronto lamento que no entren para descubrir con las actividades, siquiera superficialmente, todo lo que acabo de escuchar.

Lámpara del Palau Novella del Monasterio Budista del Garraf.
Lámpara señorial en el Palau Novella del Monasterio Budista.

El monasterio en un palacio. Y mucho más

Roger comienza su visita leyéndonos el pensamiento: «Esto no tiene pinta de monasterio, ¿verdad?». Es un edificio imponente, con dos estatuas que representan a dos grifos mitológicos defendiendo la entrada y un patio con un pequeño estanque señorial. «Esto era una colonia agrícola fundada en el 1890 por el señor Pérez Domènech y su esposa María de Vilanova». En la entrada al monasterio lo podréis leer: «Colonia agrícola».

El Sr. Domènech, como tantos otros catalanes a finales del s. XIX, se marcharon a América en busca de fortuna. En su regreso fundó junto a otros afortunados el Club Marítimo de Barcelona y levantó la colonia agrícola y su palacio. El cultivo de la viña les permitió mantener un nivel de vida elevado.La comunidad Sakya Tashi Ling se establece como monasterio en 1996 en el Palau Novella. Fue fundada por el MV Lama Jamyamg Tashi Dorje Rinpoche, quien dirige e imparte enseñanzas a la comunidad.

También supuso su fin: la filoxera les arruinó. No avanzaremos demasiado para que podáis disfrutar de la visita y la explicación histórica, pero os sorprenderéis de la cantidad de veces que aparece la figura de doña Mária de Vilanova dentro del Palacio.

Sakya Tashi Ling, el nombre del Monasterio del Garraf, significa “La isla de los buenos augurios”

En 1996, la comunidad budista arregló el palacio y la finca. Pidió a la Administración declarar el entorno como Refugio de Fauna Salvaje y se convirtió en monasterio. Diferentes lamas han practicado bendiciones en el palacio, han cosagrado esta tierra y han llevado a cabo los rituales necesarios para convertir el lugar en un monasterio budista.

Por ejemplo, fuera del palacio se construyó y consagró la estupa dedicada a la salud. ¿Qué es una estupa? Un espacio sagrado y bendecido que emana un tipo positivo de energía positiva, «debemos saberlo cuando nos acerquemos a una para poder empaparnos de todo ello», aclara Roger. «Las oraciones que escucháis cuando salís afuera son grabaciones de los rituales de consagración de la estupa».

Seguimos con la visita. Durante el recorrido accedemos al budismo y a la escuela vajraya a la que pertenece el Monasterio del Garraf. Mientras se contemplan las excentricidades de los antiguos señores del palacio se ofrecen las explicaciones sobre la concepción del mundo budista y su historia original en las montañas del Tíbet:

Buda, Gautama, en el monasterio del Garraf
  • Sala Dorada, donde los señores organizaban las fiestas, observamos distintas deidades y fotografías.
  • Salón principal, cuyas paredes aparecen forradas de piel curtida de elefante y mantiene la chimenea de mármol rosado de Portugal, sobre la que aparece Siddharta Gautama, el Buda que todos conocemos.
  • Exposición de trajes y elementos. Repaso por las tribus nómadas del Tíbet, sus costumbres y los objetos rituales del budismo
  • Sala de Enseñanzas. Exposición con algunas de las 84.000 enseñanzas de Buda. Cada una de las enseñanzas corresponde a un defecto de nuestra mente. Escritas en lengua tibetana original.
  • Sala de las estatuas. Aprendemos que las estatuas están cosagradas con tierra de los 5 continentes, agua de los ríos más importantes, minerales, oraciones, escrituras sagradas… Lo último que se hace es pintar los ojos. Concluida la estatua de una deidad, esta comienza a emanar un tipo de energía positiva.

La meditación se practica en cada momento de tu vida. Se trata de ser consciente en cada momento. Es meditación en acción.

Hemos aprendido casi todo lo relacionado con el budismo y su cosmovisión, pero sabemos que sólo tocamos la superficie, que la cantidad de conocimiento acumulado es inabarcable. Incluso se aborda la medicina tibetana. Las creencias son bastas, los objetos de la vida diaria de un monje budista son curiosos, las imágenes diversas e interesantes y todo, todo, tiene un sentido coherente con la existencia que defienden. Hay mundos muy distintos a la vuelta de la esquina.
El Budismo Vajrayana

El Monasterio del Garraf pertenece a la tradición Sakya del budismo tibetano. En particular, el Vajrayana se compone de 4 escuelas principales y 18 secundarias. Cada escuela tiene una cabeza visible. SS Sakya Trizin es el jefe de la escuela a la que pertenece el Monasterio del Garraf, una tradición que se remonta sin interrupción al siglo XI.

En el Budismo Vajrayana los monjes llevan vidas distintas. Durante la visita guiada lo podréis comprobar. El Dalai Lama lleva la cabeza rapada, el hábito del mismo color, lleva una vida de abstención, renuncia, celibato, vegetarianismo y dedicado al estudio. Es un monje «trapa o bratiun» (?). En cambio, SS Sakya Trizin o Jamyang Tashi Dorje Rinpoche (el maestro y fundador del monasterio del Garraf) llevan el pelo largo, la ropa blanca…

Las herramientas para la Felicidad
El Budismo es un vehículo que libera al hombre de sus sufrimientos y le guía hacia la Iluminación. Los miedos, la ignorancia, la burla, los pagegos, la rabia. Para lograrlo, los budistas se sirven de 4 herramientas:

  • La meditación
  • La filosofía
  • Los rituales (como la oración matutina)
  • El karmayoga: conocimiento en práctica

«Ahora mismo, por ejemplo, estoy practicando karmayoga«, explica Roger. «Trabajo la generosidad. Si algún día me enfado, trabajo el enfado. Si me distraigo, trabajo la atención. Eso es conocimiento hecho práctica».

Estupa del Monasterio Budista del Garraf
Estupa dedicada a la salud, emanadora de energía positiva.

La relajación es sólo el principio de la meditación

Después de la visita guiada por el palacio y la curiosa ermita cristiana adyacente recorremos la estupa dedicada a la salud. Muchos visitantes llegan hasta aquí, dan unas vueltas a unos molinillos, sacan la foto de rigor y retoman su camino.La Historia ha conocido más de un Buda, que significa «aquel que ha despertado»

Avisado, recorro la estupa pensando en la cosa de las energías positivas, en la utilidad de los molinos, en el sentido exacto y en la historia de su consagración. «Puedes enviar energía positiva a tus seres queridos desde la estupa», recuerda Roger, así que aprieto los ojos para concentrame en el envío.

Me sumerjo, después de empaparme de esa positividad, en un taller de relajación. El propio Roger explica cómo respirar, en qué pensar, cómo calmar nuestro estado. Creo que me he dormido sin querer y ciertamente salgo renovado del taller. «La relajación es sólo un olor de lo que llega a ser la meditación», sentencia Roger.

Así voy a la conferencia sobre meditación, en ese estado de trascendencia, descanso y estupefacción. Si todo lo que dicen es cierto, nosotros mismos nos buscamos los males que atribuimos al destino.En el Monasterio del Garraf el maestro imparte un método de meditación avalado por 2.550 años de tradición.

El Kutsab del monasterio es el encargado de ofrecer la conferencia sobre meditación. Es tan irónico como inteligente. No hace falta oírlo hablar sobre meditación y sobre actualidad para darse cuenta de su mirada. En cualquier caso, la charla es clara, reveladora en algunos puntos y acerca posiciones entre nuestra ignorancia y el mundo diario de un monje budista.

Los mandalas representan la residencia de los universos donde habitan uno o varios budas. De arena, de arroz, de tela, todos muy coloridos, se destruyen tras los rituales para recordar que todo tiene un principio y un fin.
Cómo pasear por una estupa.

Cuando vayamos a una estupa siempre la circundaremos en el sentido de las agujas del reloj. Los molinillos metálicos incorporan oraciones en su interior. Al darle vueltas (en el sentido de las agujas del reloj también) se genera energía positiva.
Bono Experiencia.

En el Monasterio Budista del Garraf se puede vivir una experiencia diferente en distintos grados de intensidad a través de los bonos experiencia. Un bono experiencia completo incluye desayuno, comida, cena, alojamiento con la comunidad y las actividades que comentamos más arriba.Los monjes del monasterio.

La mayoría de la comunidad del monasterio es laica: ni votos de celibato ni de pobreza. «Hay monjes que trabajan fuera, tienen sus familias y comen carne. Vinien al monasterio cuando pueden y hacen vida normal», explican. Los monjes ngagpas como Kutsab o el maestro Rinponche realizan votos añadidos. Es la única diferencia.

«Nos veremos otra vez, seguro». Pepa se dirige hacia mí al final de la jornada. Han sido más de 7h reveladoras y estimulantes. Probablemente nos volvamos a ver en alguna cena-coloquio.

Más información: Monasterio Sakya Tashi Ling
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16 comentarios

Elisabet 7 de marzo de 2013 - 10:53

Maravilloso Javi, te has superado con este artículo, por su completa información, tu pasión por el descubrimiento y la estructura del post, tan visual y animado!! 🙂 Fantástico!!

Responder
Amparo 7 de marzo de 2013 - 12:49

Muy buen artículo! Me ha gustado! 🙂

Responder
Jessica 8 de marzo de 2013 - 11:21

Acabo de hacer un viaje virtual otra vez al monasterio. Gracias por recordarme que existe un pequeño mundo donde puedes olvidarte de todo y centrate en ti mismo. Me ha encantado! 🙂

Responder
Javi Rodríguez Godoy 8 de marzo de 2013 - 22:00

Gracias, Elisabet! Encontré un hilo inabarcable de nuevos conocimientos. Además pude conocer a una persona que trabaja con alguien a quien yo admiro: Jane Goodall. La experiencia fue completa.

Amparo, gracias a ti también! Os recomiendo que vayáis al Monasterio y no os quedéis en la «estupa» (el monumento más visible que se ha de rodear) echando fotos sin más, sino que entréis y podáis participar en alguna de las actividades.

Saludos!

Responder
helios 11 de marzo de 2013 - 17:00

«Casualment» ayer lo visité 🙂 me ha hecho gracia recibir hoy el mail.

Responder
Javi Rodríguez Godoy 12 de marzo de 2013 - 09:48

Vaya, ¡qué casualidad! ¿Qué te pareció la visita? 🙂

Responder
sonia 12 de marzo de 2013 - 11:02

Gracias por el artículo, es muy bueno y completo, pero me gustaría saber para cuándo está programada la visita si es posible que me respondieran al correo.

Un saludo.

Responder
Javi Rodríguez Godoy 12 de marzo de 2013 - 11:47

¡Hola, Sonia! La visita que hicimos fue un sábado de febrero de 2013. En cualquier caso, el Monasterio Budista del Garraf abre todos los días excepto los lunes. Aquí tienes toda la información práctica:

http://www.monjesbudistas.org/visitanos1/monasterio-del-garraf/como-llegar/

¡Un saludo!

Responder
toni 16 de marzo de 2013 - 10:24

Roger , algun dia vindre a veure’t per apendre tantes coses mes. Mentrestant segueixo practicant el poquet que se i m’has guiat.

Responder
Raül 29 de marzo de 2013 - 12:35

Fantàstic article Javi, m’han entrat unes ganes bojes de visitar-ho i de ser buda per un dia o per molts dies, ves a saber… Enhorabona per la bona feina feta Javi.

Raül

Responder
Javi Rodríguez Godoy 2 de abril de 2013 - 10:36

Gràcies, Raül! La experiència és molt interessant i recomanable. Si vols, un dia anem junts i aprenem una mica més!

Javi

Responder
Carla 27 de mayo de 2013 - 20:21

La verdad es que está muy bien lo que has escrito. Me han sorprendido las fotos de los interiores, ya que en mi visita no nos permitieron hacerlas.

Un saludo

Responder
José Miguel Pueyo 21 de julio de 2013 - 13:58

Cháchara de una monja budista, y algo más

En el bla, bla, bla, en la cháchara aparentemente intrascendental, en la conversación o en el gesto supuestamente trivial o cotidiano, la clínica psicoanalítica enseña a reconocer el deseo inconsciente que rige la existencia de una persona, el deseo que está en la causa de lo que piensa, dice y hace; y enseña asimismo que ese deseo, que como acabo de indicar determina cuanto piensa, dice y hace, le es a esa misma persona absolutamente opaco, tanto como el sentido y el goce de ese deseo. (Ocurre exactamente igual en el síntoma y en el lapsus).

De ahí que en lo que dice la monja budista Karma Lekshe Tsomo se pueda leer algunas identificaciones que marcan, no pocas veces a fuego, la vida de las personas, así como un aspecto al menos de su deseo, y cómo ese deseo la llevo a abrazar la nada original filosofía budista.

El descubrimiento psicoanalítico de la opacidad del deseo (cabe conjeturar que no es de otra manera en Karma Lekshe Tsomo), es tan remarcable como la evidencia de que todo, aun lo más insulso e ideológico, está dispuesto a la lectura psicoanalítica, para la lectura que da luz al deseo inconsciente, al deseo que determina las pasiones más bajas y las más sublimes, siendo la acción del psicoanalista la que invita a la asunción de la responsabilidad de esa causa inconsciente.

Por otra parte, del mismo modo que la disolución de los síntomas conocidos tiene en la intervención psicoanalítica su condición, cabe subrayar asimismo que una persona, el analizante, tiene la posibilidad de convertirse, merced a esa singular acción, en una persona auténticamente autónoma, liberada también del narcisismo del ego, de trasnochadas ideologías y de la falsa humanidad que ofertan, sin duda sin saber sus lesivos efectos, algunas disciplinas. Es conocido que entre esas disciplinas se encuentran las filosofías morales de la antigua Grecia y las religiones del Libro, pero también la filosofía que comanda la vida de Karma Lekshe Tsomo. De ahí que del loable deseo de «transformar el mundo… mediante el trabajo del despertar como liberación de todas las emociones destructivas», no queda decir, en primer lugar, que como aquellos otros saberes, no ha podido superar el ideológico y morboso procedimiento práctico de la renuncia del deseo, y que la historia no deja de recordar lo vano de sus ideas, procedimientos y técnicas.

El doctorado como ideal
Profesora de Religiones Comparadas en la Universidad de San Diego (California), con sus 68 años Karma Lekshe Tsomo no esconde su satisfacción de haber conseguido ser Doctora en Filosofía Budista. Sin entrar en la idoneidad de ese título y para no reiterarme en las limitaciones intelectuales que se derivan de asumir un discurso filosófico de esas características, sin duda puede resultar curioso que una monja budista se complazca en ese mundano ideal. ¡Pero acaso la filosofía budista no sostiene que el requisito de la felicidad es desprenderse de todo goce, y que el acólito debe operar una identificación al vaciamiento (también de saber) en aras a la purificación del espíritu y para conseguir una sociedad más justa!
Sin embargo, nada hay de extraño en este asunto, amigo lector, ya que cuando la vida intelectual está hipotecada en filosofías, doctrinas y saberes de esa índole lo único que el sujeto desprevenido tiene asegurado, al menos en muchos casos, es la desorientación intelectual y la renuncia de los principios, también morales, en los que empeño su salvación y/o un feliz paso por este mundo.

La identificación
Que el Yo es un conjunto de identificaciones, y que el sujeto humano, por consiguiente, viste el traje de un arlequín confeccionado por la Función del Padre es conocido desde Freud. Karma Lekshe Tsomo lo ejemplifica al confesar que «creció en una familia adinerada en la que su hermano era el rey… su madre era una cristiana fundamentalista y su padre un capitalista profundo», y que consideró que «Ninguna de esas opciones era para ella. Tuve experiencias maravillosas y conocí a mucha gente, pero sentía que a mi vida le faltaba algo.»
Pues bien, si el padre de Karma no la deseaba como ella quería ser deseada, quizá Buda sí, debió pensar aquella joven. Quizá Buda sí, más incluso por tratarse de una entelequia que, por serlo, puede responder al deseo de una mujer, también del varón, pues ambos pueden anhelar un objeto de suture la carencia estructural del deseo, un objeto, en fin, que tapone la falta de la insatisfacción, que los complete, en fin, al modo del andrógino platónico. Y para mejor reforzar ese deseo, la joven Karma, como antes Buda (Siddharta Gautama, Lumbini, siglo V-IV a. C., hijo de rey que abandonó su vida ociosa y los placeres mundanos para abrazar el más humilde ascetismo), lo abandonó todo. En efecto, a imitación de Buda, Karma, con apenas 19 años, abandonó, en esta ocasión, la buena vida del adinerado capitalista, el surf, los viajes de relax, los amigos, pero también a su hija (de la que dice que no la vio en muchos años, y a la que ubica en casa de unos buenos amigos).
Freud fue el primero en advertir que el amor al padre responde habitualmente a la falta ontológica, o sea, a carencia estructural que en su ser experimentan algunas mujeres. («Sentía que a mi vida le faltaba algo», confiesa Karma). ¿De qué se trata? Todo parece indicar que nos encontramos ante un ejemplo paradigmático de una carencia imaginaria, imaginaria, en esta ocasión, porque en lo real del cuerpo de la mujer nada falta. Sin embargo, la premisa universal del falo, esto es, que en el inconsciente sólo exista un significante para la diferencia sexual (o si se quiere que no exista el significante mujer, con lo cual esa instancia psíquica esencial y fundamental del ser humano es tan homosexual como misógina, y no el psicoanálisis que es la disciplina clínica que hace ese descubrimiento), explica que algunas mujeres se empecinen (y no sólo ellas), por esa razón y por un déficit de la normativizante Función del Padre, en el deseo de obtener lo que no les falta, ya sea insistiendo en el deseo de tener el agalma (falo) en esa metáfora del mismo que es el hijo (conocemos que en Karma no funcionó esa salida), compitiendo con el hombre, haciéndose víctimas de él y/o con cualquier otro objeto que le ofrezca la cultura. Creo no equivocarme al apuntar que Karma Lekshe Tsomo es de esas personas que imaginan que existe un padre mejor y más bondadoso, un padre, que, por esas anheladas características, no padece la impotencia de otros, pues imagina que Buda puede darle lo que otros padres niegan a sus hijos. Es como si el deseo del Otro, esto es, el deseo del inconsciente de Karma, no le hubiese dejado otra salida que pensar que existe un padre capaz de ofrecer el don que su verdadero padre le había negado.
Trátase aquí, en esta primera aproximación al deseo, al goce del Otro y sus efectos, de una esperanza vana de un deseo infantil no resuelto, y que el mercado de la cultural intenta paliar desde épocas inmemorables con los morbosos lenitivos a los que se refiere Freud en El malestar en la cultura, 1930.

♦ ♦ ♦ ♦ ♦ ♦ ♦ ♦ ♦ ♦

«Las monjas budistas ya no son analfabetas, están doctoradas»
Karma Lekshe Tsomo, de surfista en Malibú a monja budista

La Vanguardia.com La Contra | Viernes, 19 de julio 2013.
Ima Sanchís

Revolucionarias.
Karma Lekshe Tsomo creció en una familia adinerada en la que su hermano era el rey. Años después fundó, y aún dirige, Jamyag, para educar a las mujeres del Himalaya, y Sakyadhita, asociación internacional que aglutina a más de 300 millones de mujeres budistas comprometidas con el cambio social y que ha nacido desde abajo: «Los académicos, pese a nuestros doctorados, no nos han tomado en serio porque meditamos; y los practicantes, porque nos ven intelectuales. Somos revolucionarias de base, queremos que las mujeres despierten y despertar al mundo». Tuve el privilegio de moderar un diálogo en la Casa del Tibet entre Lekshe y la monja benedictina Teresa Forcades, un placer.

Tengo 68 años. Nací en San Diego (California), en cuya universidad soy docente de Religiones Comparadas. Doctora en Filosofía Budista. Estuve casada, tengo una hija. ¿Política? Transformar el mundo. Trabajo por el despertar: estar liberada de todas las emociones destructivas
Revolucionarias Creció en una familia adinerada en la que su hermano era el rey. Años después fundó, y aún dirige, Jamyag, para educar a las mujeres del Himalaya, y Sakyadhita, asociación internacional que aglutina a más de 300 millones de mujeres budistas comprometidas con el cambio social y que ha nacido desde abajo: «Los académicos, pese a nuestros doctorados, no nos han tomado en serio porque meditamos; y los practicantes, porque nos ven intelectuales. Somos revolucionarias de base, queremos que las mujeres despierten y despertar al mundo». Tuve el privilegio de moderar un diálogo en la Casa del Tibet entre Lekshe y la monja benedictina Teresa Forcades, un placer.
Era usted surfera.
Sí, competía. Y también fui profesora de yoga, pintora, traductora de japonés y tibetano, cantante de blues… Y me casé a los 20 años.

El pasado es un aprendizaje.
Mi madre era una cristiana fundamentalista y mi padre un capitalista profundo. Ninguna de esas opciones era para mí. Tuve experiencias maravillosas y conocí a mucha gente, pero sentía que a mi vida le faltaba algo.

¿Por qué budista?
El apellido de mi familia es Zenn, y eso me invitó a leer libros sobre budismo.

A los 11 años ya era budista.
Era una niña un poco rara, siempre preguntaba qué pasaría tras la muerte y nadie me daba respuesta. Así que acabé a los 26 años en Dharamsala, donde el Dalái Lama había creado la gran biblioteca tibetana.

Tras dar muchas vueltas.
A los 19 años me fui a Japón a hacer surf. Empezó a nevar y me refugié un año en un monasterio para meditar. Luego viajé a Vietnam, Camboya, India, Nepal, Sri Lanka… Quería convertirme en monja, pero no encontré un solo monasterio para mujeres.

¿Y volvió a Berkeley, a California?
Sí. Eran los años sesenta: mientras yo estudiaba poesía japonesa, a mi alrededor estallaban los movimientos por la paz. Me convertí en activista y en feminista.

¿Su hija viajaba con usted?
Vivía con unos buenos amigos. Yo era muy joven, soltera, no tenía dinero y quería una buena familia para ella.

¿Se han reencontrado?
Somos las mejores amigas. Mi hija es activista, tiene mucha conciencia política, y me ayuda en muchísimos proyectos. Pero durante muchos años no tuvimos contacto.

¿Cuándo y por qué decidió ser monja?
A los 19 soñé que era una monja muy feliz. Mi infancia no lo fue: crecí en una comunidad muy rica, pero llena de estresados, alcohólicos y drogadictos en la que nadie era feliz. Yo no quería seguir esa dirección; quería encontrar la felicidad dentro de mí, y el budismo tiene muy buenos métodos.

¿Y se fue a los Himalayas?
Allí en invierno vives en un congelador; en verano, en un horno, y durante los cuatro meses de monzón, en una piscina. Pero era feliz, las enseñanzas del Dalái Lama eran buenísimas. Viví 15 años, a los 32 me ordené monja.

¿Cuáles fueron sus contradicciones?
En India vi una gran pobreza, fui consciente de mis privilegios y desarrollé la compasión. Escuché la historia de cientos de refugiados tibetanos y entendí lo que era la represión política. Y luego empecé a entender la dinámica sexista.

¿Machismo religioso?
Los monjes tenían todo tipo de apoyos, monasterios, educación, y la comunidad los respetaba. Pero las monjas no tenían nada: la mayoría, analfabetas.

Y usted no las dejó por inútiles.
Les pregunté si querían aprender a leer y su respuesta fue: «Somos demasiado estúpidas». Me llevó semanas convencerlas.

¿Cómo las convenció?
Les dije que si aprendían podrían leer al Dalái Lama. Y cuando supieron leer quisieron aprender gramática tibetana, luego filosofía, pero debido al exilio muchos lamas elevados habían sido asesinados o estaban en la cárcel y no encontraba profesor.

¿Decidió estudiar filosofía para enseñarles?
Sí. Luego quisieron estudiar inglés… Creé la fundación para educar a las mujeres y sin darnos cuenta teníamos un programa de estudios muy completo. Esta semana, por primera vez en la historia del budismo tibetano, serán ordenadas en lo más elevado más de 50 monjas doctoras en Filosofía Budista (privilegio que sólo podían recibir los monjes), y están creando monasterios.

Felicidades y gracias.
Las cosas están mejorando. Las monjas ahora tienen confianza en sí mismas, hablan cuatro lenguas, ya nadie puede ningunearlas.

El Dalái Lama amenaza con reencarnarse en mujer.
Eso dijo, que se reencarnaría en mujer en una sociedad en la que se escucha a las mujeres, porque hacerlo en una sociedad en la que no se las escucha sería inútil. Nosotras tenemos una estrategia.

Cuénteme.
Evitar el enfrentamiento directo, convencer con el razonamiento lógico, que es en el que se basa la filosofía budista. El propio Buda ordenó a mujeres, pero en Tíbet ese linaje se perdió. No hay ninguna justificación para esta discriminación.

Pero de eso ya hace mucho…
Hay al menos trescientos millones de mujeres budistas en el mundo (si incluimos a las chinas, la cifra se dobla) que están preparadas y creen en la paz y la justicia, en la bondad amorosa, en la sabiduría. Es un poder potencial enorme para cambiar el mundo.

¿Cuál es el obstáculo de las mujeres?
La falta de confianza en nosotras mismas. Eso nos hace muy dependientes, nos vendemos muy baratas. Pero la energía de una mujer con la mente y el corazón abiertos es ilimitada.

Responder
Lou 20 de octubre de 2013 - 19:59

Incribleeee!!! Espectacular!!!!…
Se me han despertado unas ganas locas de hacer todas, todas las actividades posibles.
Muy buen articulo.

Responder
ENRIC 26 de octubre de 2013 - 02:42

YO , estuve varias veces en el Monasterio , pero…….yo creo q lo espiritual es muy falso …cualquier persona centrada no necesita de estas tonterias , si para recaudar dinero y nada más ….no creo necesario ningúna religión si las personas estan centradas y capacitadas para llevar una vida digna , sin necesidad de estas religiones q se han inventado para dar miedo a los débiles como ocurre en varios paises , son formas de practicar la religión y después maltratan a su misma madre . TODO es un invento para sacar dinero al desamparado e infeliz , para ellos vivir con opulencia a su manera y uno sube para ver una Palacio con piel de elefante en las paredes , q contradicción paredes con piel de Elefante ,,,!! y la meditación se puede hacer en casa en cualquier sitio , no es necesario ir aún palacete de Budistas para meditar ….todo es una farsa en todas las religiones del mundo , prima el dinero y nada más . Y la ciencia ha descartado la exsistencia de Dios, nadie se lo cree en el siglo 21 y menos en los siglos q bienen todo se derrumba en las creencias religiosas ….¿ CUANTAS RELIGIONES EXSISTEN EN EL MUNDO …? ¡¡ UN MONTON !! ¡¡ CUANTAS SECTAS EXSISTEN EN EL MUNDO ..!!
OTRO MONTON …..todo es una farsa …!!

Responder
Yarlot Perez 7 de abril de 2015 - 03:31

Estuve ahi y fue lo mejo que he hecho en mi vida!!! Me senti muy bien y otra persona difetente…llena de paz y mucha luz….algun dia volvere

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