Dada su capacidad podría perfectamente vivir el monstruo Nessi en el lago de Can Fontanelles. El alojamiento y sus dimensiones se encuentran en Castellfollit del Boix, provincia de Barcelona, zona de montaña y de sorpresas a más de 800 metros de altitud.
Es una antigua masía, tan antigua que permanece en este lugar desde el siglo X. Más allá de las construcciones se extienden los bosques, los pastos, los cultivos y el peculiar lago en una finca de 372 hectáreas. Más allá la tranquilidad y el horizonte de la montaña mágica de Montserrat.
Un lago sin monstruo
El lago de Can Fontanelles es artificial. En él se han empleado 10 millones de litros. No compite en materia de ocio con la piscina del establecimiento: en este lago no nos podremos bañar, porque es tan grande que necesitaría de vigilancia permanente.
Otorga en cambio mucha paz y tranquilidad. La estampa de una casa con un lago en la montaña es imborrable, y a ella han acudido multitud de escenas de películas. Redondo, cercado, con orillas transparentes y un centro que se oscurece.
La vigilancia que sí tienen sus 10 millones de litros es la de los olivos circundantes y la de los viajeros que llegan a Can Fontanelles a relajarse y a disfrutar.
Lo que no es lago es masía o bosque
Porque en sus 372 hectáreas bien caben un lago, bosques, cultivos, zonas reservadas y un alojamiento con dos casas. En Can Fontanelles se ha concentrado todo un mundo de posibilidades en un ambiente privado.
Lo que no es lago es ping-pong, es barbacoa, discoteca, piscina, petanca… Entre el bosque y los cultivos se levantan edificaciones como el corral, el pajar o la ermita de San Vincenç de Fontanelles, que data del siglo XII.
Y de hace 1.100 años datan los cimientos de la masía Can Fontanelles. Hoy se han dividido dos alojamientos rurales, comunicadas, con capacidad de hasta 20 personas. Juntas y de la mano, por cierto, no terminan por cubrir el perímetro de su lago.
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