El Padre La Calle

Para repetir sin dudarlo

Elena Cea López

El apartamento era muy bonito y cómodo, para seis personas con todas las comodidades y buenas vistas. Verónica, la anfitriona, desde el principio me pareció muy simpática y atenta, mandándome toda la información para hacer actividades por la zona y, una vez allí, nos dio un mapa y nos explicó algunas rutas que podíamos hacer. Además, tener el mirador de la memoria en el camino me pareció una pasada. La ubicación era muy buena también porque nuestra idea era ir a la garganta de los infiernos y en poco tiempo en coche estabas allí. En general todas nos quedamos muy contentas con toda la experiencia y si tenemos que volver, no dudaremos en alojarnos en el Padre de la Calle :)

Absolutamente para repetir.

Javier Abril

Maravillosa elección. Precioso apartamento (estuvimos en el número 1) limpio y acogedor con el encanto de una casa con historia perfectamente reformada. Nos ha encantado el pueblo y la zona (mucho que ver). La atención y trato es excelente por parte de Verónica. Igualmente muy recomendable el restaurante "Sabores del Jerte" (sobretodo si hay algún celíaco en la familia) y el Parque Aventura "Valle del Jerte" donde los niños disfrutan muchísimo. En definitiva: para repetir.

Un sitio encantador

Salvador

Teníamos ganas de ver el Jerte, y elegimos esta casa en el Torno, un acierto, las vistas del valle son alucinantes, la casa es una auténtica maravilla, pero lo mejor de todo son sus propietarios que son un encanto, especialmente Verónica, que te ayudará en todo lo que pueda.

Una experiencia única

Maria Donadios

Pasamos una semana de vacaciones 7 familiares y amigos en un pueblo chiquito,El Torno, que tiene unos 800 habitantes, Nos sentimos como si aquel fuera realmente nuestro pueblo tanto por la amabilidad de los vecinos como por el trato exquisito de Verónica y su familia Todo estaba preparado al detalle en esa casa rural de gruesos muros en la que vivió el Padre La Calle en el siglo XIX, tanto en el plano físico, como en el cuidado que Verónica siempre tuvo con nosotros deleitándonos con las frutas de temporada, así como mermelada de de cereza casera y vino de pitarra. Hay muchas piscinas naturales por los alrededores, que recomiendo, así como actividades diversas, concretamente haciendo piraguismo y visitando la Garganta del Infierno, vivimos experiencias muy divertidas y entrañables. Al final de las vacaciones sentimos que nos conociamos mejor, que nos comprendíamos más, que nuestros lazos de amistad se habían estrechado. Algo tuvo que ver ese entorno tan acogedor para que la magia se produjera