Casa Rural El Postigo

Todo estupendo excepto la barbacoa

María Garrigo

La casa es muy acogedora y no le falta detalle. Los dueños majo somos y te asesoran en cuanto llegas sobre qué hacer por la zona. El único pero es que pone que tiene barbacoa, y es una verdad a medias, ya que es una barbacoa portátil, por lo q si llueve, hace viento, etc. no podrás usarla. Nosotros pensamos que era una barbacoa techada, ya que en ningún momento se nos dijo q era portátil, y el día que teníamos pensado usarla tuvimos que hacer toda la comida en la sartén ya que llovía muchísimo. La casa es maravillosa pero este detalle hay que tenerlo en cuenta.

Repetiremos

Monica

Fernando y Toñi son maravillosos. A la casa no le faltan detalles, es muy amplia y el porche da mucho juego (no pisamos el comedor en todo el fin de semana). Las camas muy cómodas, cocina muy bien equipada. El baño está muy bien pero sí que echamos en falta que la alcachofa de la ducha la pudiésemos dejar colgada en la pared , pero no hay soporte. El porche es muy bonito y amplio, con los bancos y las mesas es perfecto. Si que jugamos a algún juego y tuvimos que poner los frontales por qué la luz que tiene el porche es tenue. Y al igual darle una vuelta a los cojines de la banca, pero eso es ya poniéndonos muy tiquismiquis. Fernando nos explicó todo de la zona y de la casa, tiene una finca sacada de un cuento, con zona de merendero, muchas plantas y árboles, también huerto y muchas más cosas, son unos artistas! Volveremos seguro.

Excelente

Marian López Sánchez

Pasamos un fin de semana a finales de noviembre en esta casa y nos encantó. La casa es enorme, está decorada con muchos gusto y tiene todo lo necesario para que la estancia sea súper agradable. El dueño ,muy amable y atento con nosotros. El jardín de la casa es precioso y los alrededores impresionantes.

Inmejorable

Meggan Harris Harris

La casa era bonita, limpia, y decorada con mucho cariño y gusto, y el jardín era una maravilla. Fernando y Toñi nos han hecho sentir muy bienvenidos, y sus consejos sobre cómo planear las actividades de cada día eran totalmente acertados. Por su parte, el pueblo Robleluengo era precioso y a la vez poco turístico, lo cual generaba una sensación de relax total. Los alrededores nos sorprendían a cada paso -bosques vírgenes, vistas espectaculares, arquitectura tradicional y cuidado, animales salvajes, y un trato amable por prácticamente toda la gente que conocimos. En resumen, han sido unas vacaciones estupendas, y esta zona de Guadalajara un gran descubrimiento. Recomendable para todo el mundo que quiere una desconexión real en medio de la naturaleza.