2 Casas rurales en Logroño

La capital de La Rioja y del vino se ha convertido en el destino enológico por excelencia del país. Los campos cubiertos de viñedos, las bodegas que se asientan en sus alrededores y los deliciosos pinchos de sus bares son algunos de los atractivos que atraen al turismo rural en Logroño.

La principal seña de identidad de su casco antiguo es que está repleto de calados: antiguas bodegas del siglo XVI situadas en la parte inferior de las casas y que hoy son restaurantes, bares, etc. Una de las más reseñables es la que se ubica en el palacio de las Yanguas.

En sus alrededores, por el contrario, la tradición vinícola se mezcla con el diseño de vanguardia dando como resultado a auténticas obras arquitectónicas como la bodega Marqués de Riscal, de Frank O. Gehry; Ysios, de Santiago Calatrava; Viña Real, de Phillippe Mazières; Bodegas Baigorri, de Iñaki Aspiazu; y Vivanco, donde está el museo del Vino, considerado como uno de los mejores del mundo.

La calle Laurel es otro de los responsables del éxito de Logroño, pues aquí es donde se concentran más de 60 bares, cada uno de ellos con su propio pincho especialidad de la casa: zapatillas, matrimonios, valentinos, etc. Así hasta completar la conocida como la “ruta de los elefantes”, por la trompa con la que uno termina.

Para bajar la comida nada mejor que un paseo por la ribera del Ebro, el río que cruza la ciudad convirtiéndola en un cruce de caminos en los viajes, de ahí a que por ella pase el camino francés del Camino de Santiago.

También es desde donde se obtienen algunas de sus imágenes más conocidas de Logroño. Sobre él se hallan el puente de Piedra, llamado también San Juan de Ortega debido a la pequeña capilla del siglo XII que había dedicado a este santo; y el puente de Hierro, el más antiguo de los cuatro que cruzan el río.

En su centro urbano se pueden visitar algunos monumentos como la concatedral de Santa María la Redonda, llamada así porque está construida sobre una antigua iglesia románica circular; la iglesia de Santiago, parada de todo peregrino que pasa por Logroño; y el convento de la Merced, un edificio del siglo XIV que actualmente es la sede del Parlamento de La Rioja.

Los alrededores de Logroño

Los alrededores de Logroño concentran un gran número de casas rurales para disfrutar de la naturaleza y el patrimonio de esta localidad. Justo al lado del aeropuerto se halla Agoncillo, un pequeño pueblo con encanto donde está el museo Würth, en el que se exponen obras de arte contemporáneo internacional que corresponden al siglo XX y XXI. 

También el edificio del Ayuntamiento, que antiguamente fue el palacio de aguas mansas, es digno de una visita.
Santo Domingo es un hito en el camino Jacobeo, mientras que en Clavijo muchos de los peregrinos se acercan hasta su castillo conocido porque en él se dice que apareció el apóstol Santiago en su caballo blanco.

Ruta del vino

Uno de los principales reclamos del turismo rural en Logroño es hacer la ruta del vino y de las bodegas. En la capital y sus alrededores se pueden visitar las bodegas Franco españolas, Campo Viejo, Carcazo, Lecea, Viña Ijalba y bodegas Olarra, entre otras muchas.

Las siguientes paradas, algo más alejadas de la capital, serían Haro y Briones. La primera de ellas es conocida por estar rodeada de viñedos y por el barrio de la Estación de Haro, donde desde hace más de 150 años se concentran la mayor parte de las bodegas de la zona.

La cultura vinícola es la que le ha dado la identidad a Haro. En su ermita de San felices, situada en lo alto de los Riscos de Bilibio, es donde se celebra cada  mes de junio la fiesta conocida como la Batalla del vino de Haro en el que los participantes son rociados con este caldo hasta acabar de color morado.

En verano, en Haro, también está en funcionamiento el tren del vino. Una iniciativa que tiene como objetivo acercar a los viajeros que llegan de Logroño a Haro para conocer sus bodegas y la calidad de sus vinos. También para adentrarse en el pueblo, uno de los predilectos de aquellos que quieren realizar una escapada rural a La Rioja.

Su casco histórico llama la atención por la cuidada arquitectura de sus edificios, entre los que resalta el propio ayuntamiento ubicado sobre inmueble del siglo XVIII, así como los palacios donde el estilo renacentista se mezcla con el barroco como el de los propios Condes de Haro.

Justo al lado de Haro se halla Briones, un pueblo cuyo casco histórico se caracteriza por las estrechas y empedradas calles ocupadas por palacios señoriales. En él se puede visitar la muralla y los restos de la torre del Homenaje del antiguo castillo de Briones.

En cuanto a bodegas, Briones es la casa de Vivanco, donde se halla el museo de la Cultura del Vino, galardonado como uno de los mejores del mundo. En el jardín de Baco, llamado así por el Dios del vino, se pueden conocer hasta 220 variedades de uva. Además de poder conocer sus instalaciones, la bodega Vivanco también realiza catas.

Si se dispone de más tiempo, la ruta continuaría cruzando a la Rioja alavesa, donde se hallan dos de los pueblos también relacionados con la cultura del vino: Laguardia o Labastida.