El 18 de junio conocimos la nueva propuesta de Món Sant Benet (Sant Fruitós de Bages, Barcelona), «La Màgia del Capvespre» (La Magia del Atardecer), un recorrido que pasa de la gastronomía a la historia y el arte a través de las sensaciones. El equipamiento de la Fundació Catalunya-La Pedrera ha vuelto a conseguir, por 4º año consecutivo, una actividad singular para disfrutar del verano: esta vez recuperando la historia local y los productos de la huerta.
La Magia del Atardecer se desarrolla los sábados desde el 22 de junio al 13 de julio y los viernes y sábados del 19 de julio al 7 de septiembre. Este año, la propuesta comienza con talleres culinarios de la Fundació Alícia (alimentación y ciencia, centro de investigación dedicado a la innovación tecnológica en cocina), una cena al aire libre con los productos de la huerta y el recorrido sensorial e histórico por el monasterio y los jardines que habitó la familia del pintor Ramón Casas.
Del huerto a los fogones: los talleres culinarios de la Fundació Alícia
Hemos querido organizar un taller de cocina sana, sencilla, divertida y con productos de la huerta porque trabajamos para que la gente coma mejor
El primer fin de semana después del taller en la Fundació Alícia invité a los amigos a comer a casa. Apliqué las recetas que me enseñaron. La primera propuesta era una ensalada que se comía como una sopa. Sí, como una sopa. La presentación era bonita, tal y como la recordaba. Esperé. Me miraron. No pronunciaron palabra y al terminar me pidieron más, «chef».
La Magia del Atardecer empezó con un taller culinario en la Fundació Alícia, con sede en el Monasterio del Món Sant Benet, un centro de investigación de referencia en el ámbito de la investigación en gastronomía con una clara voluntad de encontrar soluciones a los problemas alimentarios de la sociedad. Conocimos formas de aprovechar y considerar los vegetales, después de una breve introducción sobre la pirámide de alimentos y comportamientos a la hora de comer. Qué poco sabemos de algo tan básico.
Dirigidos por Toni Massanés, la Fundació Alícia ha recuperado productos locales en su huerta y ha aplicado su conocimiento científico a los productos locales. El resultado son platos sencillos pero sorprendentes, algo que forma parte de la filosofía de la Fundació y que ahora abren al público para fomentar hábitos saludables con productos de temporada.
Cena al aire libre
La cena al fresco, en el entorno del huerto de Sant Benet, es ya una propuesta clásica. Este año participamos en una cena informal, envueltos por los aromas de las flores circundantes, con los productos de la huerta y carnes y quesos elaborados en la comarca. 10 minutos antes de sentarnos a la mesa, Toni Massanés nos dedicó una breve clase magistral sobre la evolución del trigo hasta la síntesis actual, espigas de media altura y más granos, para tocar la superficie de un tema crucial de nuestra historia: la agricultura.
Ensalada, quesos, tortillas de patata, butifarras típicas y postres. Acompañados por vino, la velada de verano sólo se vio ligeramente interrumpida por la amenaza de lluvia. Ahora, entrado ya el verano plenamente, las cenas al aire libre de Món Sant Benet volverán a ser lo que han sido en estos últimos 4 años: excepcionales. Hasta octubre de 2012, más de un millón de personas ya han visitado el Món Sant Benet.
Ramón Casas, pintor: sueño de una noche de verano
Cuando el sol se pone, llegan los recuerdos. Después de cenar participamos en un recorrido sensorial emplazado en uno de los espacios que todavía no habían sido abiertos al público: los jardines de la Torre del Amo. Este es un lugar mágico, y así se encargaron de mostrarlo con efectivos juegos de luces, sonidos y proyecciones de vídeo sobre los muros centenarios.
Revivimos una noche de verano de la familia del pintor Ramón Casas. Tirando del hilo histórico, desde aquí se puede comprender, en formato local, el inicio y desarrollo de la revolución industrial que tuvo lugar en Cataluña. La sociedad burguesa, a la que pertenecía la familia Casas, venía a pasar los veranos al monasterio, que recuperaron afortunadamente. «En este rincón se entrecruzan las historias desde hace mil años», señala nuestra guía.
El itinerario, repleto de sensaciones, no deja nada al azar excepto una ligera lluvia. Mientras suenan las risas de los niños, escondidas en altavoces diseminados, jugamos como lo hacían entonces: con burbujas enormes de barreños de agua y jabón, frente a las sábanas blancas tendidas, que por algún motivo ya olvidado en las ciudades huelen a lavanda, a jazmín y al conjunto aromático del entorno boscoso.
Seguimos caminando por el bosque, persiguiendo la figura de Elisa Casas, hermana del pintor, y reviviendo el mundo infantil de principios de siglo XX. Así pasamos de las sensaciones a la cultura, penetrando ya en el monasterio, velas en mano, deteniéndonos para mirar los audiovisuales proyectados sobre los muros.
El precio de las tres actividades es de 35€ para adultos y de 15€ para menores de 12 años. La Màgia del Capvespre revive en Món Sant Benet hasta el 7 de septiembre.
Más información | La Màgia del Capvespre en Món Sant Benet
