Magazine Mundo ruralNoticiasNotas de prensa El problema de la estacionalidad del turismo rural

El problema de la estacionalidad del turismo rural

0 Shares

Si bien en su día desde el Observatorio del Turismo Rural se abordó la cuestión de la fidelización del cliente y la estacionalidad en turismo rural, ahora queremos hacerlo desde otra óptica y añadiendo nuevos datos. En el informe anterior se analizaba cuáles eran, en general, los momentos de la semana y épocas del año en las que el viajero prefería realizar sus escapadas rurales y dábamos algunos consejos para combatir esta situación. En esta ocasión, queremos centrarnos en el impacto que esta problemática tiene en el sector, su evolución desde 2012 y cómo afecta a las diferentes CC.AA.

1.-¿Preocupa la estacionalidad al propietario?

Cuando preguntamos a los más de 2.000 propietarios encuestados en el Observatorio del Turismo Rural sobre los grandes problemas del sector, el resultado es el siguiente: la estacionalidad (52,7%) se sitúa en tercera posición, prácticamente igualada con la ilegalidad (52,9%) y a poca distancia de la principal preocupación: el exceso de oferta (60,1%). Estos datos reflejan cómo los empresarios son conscientes de esta limitación, siendo los propietarios de Asturias (73,2%), Galicia (70,7%), La Rioja (62,5%) y Extremadura (60,2%) los que más sensibles se muestran frente a dicha cuestión. Por el contrario, los empresarios de Canarias (17,4%), País Vasco (41,2%) y Baleares (44,4%) son los que menos preocupados se encuentran por este tema. De todas formas, cuando abordemos el análisis por CC.AA podremos comprobar si estos resultados están justificados y si existe una relación lógica entre el nivel de preocupación y el problema real de estacionalidad que sufre cada zona.

2.- Evolución de la estacionalidad 2012-2015

El Observatorio del Turismo Rural ha complementado la información relativa a la estacionalidad con otros datos extraídos de Escapadarural.com. En concreto, se han analizado las más de 1.600.000 solicitudes de reserva que se han producido desde el año 2012 hasta ahora a través del portal. Gracias a dicha información, en el primer gráfico que vemos a continuación se aprecia cómo la demanda ha experimentado una progresión positiva en general, pero acusa ciertos picos y valles en determinadas épocas del año.

Enero, abril-mayo, agosto-septiembre y diciembre son los meses  que presentan peores cifras, mientras que marzo, julio y noviembre suponen un incremento notable en el número de solicitudes de reservas. Esta dinámica responde a la lógica de la antelación en la reserva, correspondiente a las fechas clave del sector. Por los resultados del Observatorio sabemos que la Semana Santa, el verano y Fin de Año son los momentos preferidos para practicar turismo rural. Asimismo, también sabemos que las reservas se producen con una antelación que va entre los 15 días y el mes anterior a la estancia. Así lo señalan el 34,4% de los más de 10.000 viajeros encuestados y lo corroboran el 59,2% de los propietarios, que también marcan este lapso de tiempo como el habitual en la recepción de reservas. Por tanto, es lógico que en esa quincena o mes previo a Pascua, las vacaciones estivales o Nochevieja las solicitudes registradas a través de Escapadarural.com alcancen esas cifras.

En el gráfico, como ya hemos dicho, se observa una tendencia ascendente que apunta a una mejora general y progresiva de la ocupación, donde los crecimientos más significativos se han producido en 2014 y, sobre todo, en 2015. Así, destaca que el mes de marzo, teniendo en cuenta que en 2015 la Semana Santa cayó a principios de abril, experimente un crecimiento de un 47% con respecto al año anterior. También en julio se aprecia una mejora de un 33%.

Por otro lado, y remontándonos a 2014, el incremento más grande con respecto al año precedente se produce en noviembre, con un aumento del 47% en el número de solicitudes de reserva.

3.- Análisis por CC.AA., las más y las menos afectadas

  • Las CC.AA más afectadas por la estacionalidad

Para abordar la incidencia de la estacionalidad en las diferentes regiones de España, es importante conocer cuáles son las más y menos afectadas, ya que sus políticas de promoción deberían considerar este aspecto a la hora de ser diseñadas. En general hay que decir que los resultados del Observatorio que convertían a los propietarios asturianos, gallegos, riojanos y extremeños como los más preocupados por esta problemática están justificados. A ellos se suma la complicada situación de Cantabria, Comunidad Valenciana y País Vasco en relación a la estacionalidad de su turismo rural. En total, esta situación afecta a 4.150 alojamientos rurales que, según datos del INE (Junio 2015), se concentran en dichas comunidades autónomas.

Asturias, dentro de la dinámica de ocupación que suelen seguir los alojamientos del Norte de España, acusa una fuerte demanda en la época estival mientras que el resto del año la tendencia es a la baja. Obviamente, el factor climático es el que explica esta situación en una CC.AA donde, los madrileños (91,5%) son los principales clientes. Dada la distancia que separa a estos clientes de sus lugares de origen estamos hablando de estancias largas y que lógicamente quedan asociadas a un verano en el que se huye del calor de la gran ciudad. Sin embargo, para recuperar el ritmo de ocupación el resto del año sería interesante promover el turismo proveniente de las CC.AA vecinas, donde las distancias se acortan y la climatología no es un hándicap, dado que ya están acostumbrados a ella. De hecho, País Vasco (58,5%) es otro de los principales consumidores de turismo rural en el Principado, pero quizá queda pendiente apostar por atraer en escapadas de fin de semana a los viajeros gallegos y cántabros.

Al igual que en otras comunidades del Norte del país, Galicia sufre una situación complicada en los meses invernales y su época estrella se ciñe exclusivamente al verano. En este sentido y centrándonos en las solicitudes de reserva de julio, el crecimiento desde 2012 ha sido muy suave, con incrementos menores a los experimentados por Asturias. Por ello, su necesidad de tomar medidas respecto a la estacionalidad es aún mayor. En este caso, la clientela procede no sólo de Madrid sino también de Cataluña, acentuándose los condicionantes como la distancia, la necesidad de estancias largas y la época del año en que se decide viajar allí. Por otro lado, aparte de los propios gallegos, se detecta una mínima afluencia de clientes de las comunidades vecinas de la cornisa cantábrica.

Tal y como se aprecia en el gráfico, La Rioja sufre una situación de escasa demanda en los meses veraniegos. En este caso la climatología la convierte en un destino menos atractivo por un calor que no se mitiga con la cercanía  a la costa. Sin embargo, la fuerte vinculación entre esta región y el turismo eno-gastronómico se refleja en un crecimiento más marcado en las solicitudes de reservas a partir de septiembre. Mientras en el resto del país la subida hasta el siguiente pico (noviembre) es progresiva, en tierras riojanas el fin del verano va ligado a una inmediata mejora en los resultados. Seguramente, esta situación se debe al gancho que tiene la época de la vendimia en una tierra famosa por sus vinos.

Los extremeños también están muy afectados por una estacionalidad que concentra las solicitudes de reserva especialmente en la época cercana a Pascua. Sin embargo, el verano y las Navidades parecen no ser momentos favorables para el turismo rural en esta zona. Sin duda, la floración del Valle del Jerte, un acontecimiento natural de gran fama y atractivo, que tiene lugar a finales de marzo y principios de abril, contribuye al pico de demanda en el mes de marzo. Además, en Extremadura los principales clientes provienen de Madrid, así como de la propia comunidad y de Andalucía. Teniendo en cuenta que en todos los casos son perfiles que probablemente optan por destinos más frescos en verano, la estrategia para invertir esta situación va en la línea de lo que Turismo de Cáceres plantea en su web. Desde ella se está potenciando la Sierra de Gata y las piscinas naturales de cara al verano y un valor presente en cualquier época del año como es la gastronomía.

Cantabria forma parte también de esa España Verde que tan buenos resultados consigue en la época estival y que tanto sufre la escasa demanda el resto del año. En este sentido, es curioso que siendo los vascos sus principales clientes (83,9%), no se pueda mantener la demanda durante el resto del año, dadas las enormes posibilidades de conseguir estancias de fin de semana. En el caso de la afluencia de turistas madrileños (79%) y catalanes (29,45) la estacionalidad queda más justificada por lejanía geográfica. En cualquier caso, cabe destacar el crecimiento espectacular que ha experimentado en las solicitudes de reserva en la época estrella, ya que en julio de 2015 se duplican las del año anterior.

Otro caso curioso en cuanto a zonas con estacionalidad más acusada es la Comunidad Valenciana. Los propietarios valencianos experimentan una demanda muy concentrada en el mes de noviembre, pero el resto del año apenas registran solicitudes. Esta situación se explica con el hecho de que los principales consumidores de turismo rural en tierras valencianas son los propios valencianos (96%), seguidos de catalanes (71,2%) y murcianos (20,85). Aquí, como en Extremadura, es complicado conseguir que este tipo de clientes elijan un destino tan climatológicamente similar al suyo para la época estival. Además, por los datos del Observatorio del Turismo Rural sabemos que un 76,9% de los viajeros valencianos eligen el verano para hacer turismo rural, con lo que aumenta la dificultad de promover un incremento de la ocupación en esas fechas entre los clientes internos. ¿Qué opciones quedan? Promocionar el turismo rural valenciano entre los viajeros de otras autonomías y extranjeros como una alternativa al turismo de sol y playa, que tan buenas cifras recoge en esas fechas en la costa de Valencia, del Azahar y costa Blanca.

A pesar de que los propietarios vascos no están especialmente preocupados por el problema de la estacionalidad, esta zona sufre también en cierta medida una demanda que se concentra en las vacaciones de verano. Dentro de las cifras que se observan en el gráfico, el aspecto más destacado sería cómo del julio de 2012 a 2013 la evolución no es significativa, pero en 2014 y 2015 se experimentan crecimientos superiores a un 30%.

  • Las CC.AA menos afectadas por la estacionalidad

Una vez analizada la situación de las regiones que más sufren el problema de los picos y valles en ocupación, existen otras comunidades donde la homogeneidad de resultados a lo largo del año es la tónica. Ello no quiere decir que el balance de su turismo rural sea siempre positivo, sino que para bien o para mal se mantiene una línea sin saltos considerables. Así, encontramos comunidades donde la regularidad va asociada a una escasa demanda y otras donde la escasa estacionalidad lleva además implícito un buen balance mes a mes.

Por otro lado y haciendo referencia al primer punto de este informe, cabe señalar que, según datos del Observatorio del Turismo Rural, coinciden algunos de los destinos poco afectados por la estacionalidad con aquellos donde los propietarios se muestran menos preocupados por esta problemática, como es el caso de Canarias y Baleares.

Canarias es además una de las autonomías donde la tónica de bonanza a lo largo de todo el año es notable, si bien enero, febrero y mayo son los meses más flojos. Otra particularidad es que el mes de noviembre, que habitualmente funciona para destinos peninsulares, no fue especialmente positivo en 2012 y 2013, pero sí que ha crecido considerablemente en los últimos dos años.

En Baleares nos encontramos ante una gráfica con datos insuficientes para sacar conclusiones.

Andalucía, por su buena climatología, dimensión y variedad de atractivos se convierte en un lugar para practicar turismo rural todo el año. Allí, la época valle de principios de año se mantiene constante prácticamente hasta verano, donde hay un incremento de la demanda. El interés por practicar turismo rural en Pascua es inferior que en otro destinos, debido probablemente al enorme tirón de las procesiones de Semana Santa en las capitales de provincia. Asimismo, se detecta que la caída tras la época estival llega más en septiembre que en agosto. Por último, hay un crecimiento más prolongado en las solicitudes de reserva invernales, ya que comienzan en octubre y aumentan en noviembre.

Aragón también se encuentra entre las regiones con mayor estabilidad en su cifra de reservas a lo largo del año, si bien en 2015 acusa de una manera más notable el pico del mes de marzo y el posterior valle de abril y mayo. Anteriormente, esta curva era menos pronunciada, haciendo que el balance del año fuese más homogéneo (incluida la época estival) y con  tan solo un ligero repunte en noviembre. Sin embargo, marzo de 2015 presenta un número de solicitudes de reserva que casi triplica los resultados de los dos años anteriores y, a continuación, en mayo llega a descender prácticamente en la misma proporción. Los propios aragoneses, los catalanes y los madrileños son los principales clientes de los alojamientos en esta comunidad autónoma y en los tres casos la Semana Santa es una opción para practicar turismo rural que eligen más de la mitad de los encuestados de esas zonas. Asimismo, sabemos gracias a Faratur (Federación Aragonesa de Asociaciones de Turismo Rural de Aragón) que la misma Federación y Turismo de Aragón viene lanzando unos bonos descuento para promocionar las escapadas rurales con pernoctación, que ha permitido un incremento de un 20% respecto al año anterior en la ocupación de los establecimientos participantes. Por otro lado, el Gobierno de Aragón ha promocionado especialmente en 2015 el atractivo de la nieve, siendo la Semana Santa de este año una temporada especialmente buena para las estaciones de esquí, que han igualado cifras anteriores a la crisis.

Castilla y León, comunidad líder en oferta y demanda en turismo rural, mantiene unos resultados similares a lo largo del año, si bien noviembre destaca en cifras tanto en 2012 y 2013, como especialmente en 2014. Por otro lado, el número de solicitudes de reserva registradas en este mes de marzo sí supone un pico más pronunciado con respecto a años precedentes. Concretamente se alcanza una cifra que supera las 10.000, mientras que en años anteriores iban de 3.000 a 6.000. Una de las estrategias que está usando la Asociación de Turismo Rural de Castilla y León con el objetivo de para promocionar el turismo rural a lo largo de todo el año es promover descuentos y ventajas para visitar su comunidad en los denominados Puentes Rurales. Además, durante este año se celebra el centenario de Santa Teresa de Jesús, que sin duda ha contribuido a un aumento del 4,28% en el número de empleados del sector turístico durante el primer trimestre y que obviamente tiene relación con las cifras que refleja el gráfico.

Castilla-La Mancha se encuentra en una situación similar a Castilla y León. Sus cifras son homogéneas durante el año, salvo en los meses previos a final de año. En este sentido sí presenta ciertas particularidades, puesto que el mes en que se aprecia el comienzo del crecimiento es octubre, continuando en noviembre. Por otro lado,  marzo de 2015 mejora significativamente las cifras de años anteriores, ya que el número de solicitudes de reserva asciende a casi 8.000, mientras que de 2012 a 2014 no se alcanzaban las 4.000.

Cataluña también se encuentra entre las CC.AA con una estacionalidad menos acusada, aunque noviembre también aparece como temporada estrella a nivel de reservas. Los resultados que se aprecian en la gráfica son, además de homogéneos a lo largo del año, notablemente positivos. A nivel evolutivo, cabe destacar el salto por encima de las 10.000 solicitudes de reserva que se ha experimentado en lo que llevamos de 2015. Este dato contrasta con los datos de 2014, ya que el año pasado se registraron unos resultados por debajo de esta cifra de enero a septiembre y, además, bastante similares a 2013 a lo largo de todos los meses.

En Madrid la estacionalidad no es un problema porque, aun teniendo una oferta y demanda limitada, los resultados son homogéneos a lo largo del año, siendo noviembre el mes que registra un mayor número de solicitudes de reserva. Tampoco existen grandes cambios en la evolución de un año a otro, aunque 2015 sí presenta mejores cifras respecto al lapso 2012-2014, especialmente en marzo. En realidad se podría decir que el problema de esta comunidad no es la falta de homogeneidad, sino el volumen global de demanda. Dicho problema va asociado a  su excesiva proximidad al mayor emisor de turistas rurales: Madrid capital, ya que a menudo éste se plantea escapadas dentro de su comunidad autónoma sin pernoctación fuera de casa. Por otro lado, y al igual que Barcelona, el gran atractivo de la capital para los visitantes extranjeros hace difícil promocionar el turismo rural en la zona. Resolver ambas cuestiones con una estrategia promocional efectiva podría permitir un consumo que mantuviese la regularidad, pero que fuese más elevado.

Murcia presenta una panorama de estacionalidad sin picos ni valles pronunciados, salvo por un incremento pronunciado en noviembre de 2014. Por otro lado, en el mes de julio, especialmente el último año, también se observa un ligero crecimiento en las solicitudes de reserva, pero ni dicho aumento ni el posterior descenso son dramáticos. Murcia tiene que competir consigo misma para que los turistas atraídos por su famosa zona costera, conozcan y elijan también el turismo rural.

Por último, Navarra destaca como destino estrella en cualquier época del año y referente histórico en turismo rural. Así lo refleja su gráfica de estacionalidad, donde la solicitud de reservas se mantiene en la misma línea a lo largo del año, repuntando en octubre en lugar de noviembre. Una posible explicación de este hecho tendría que ver con que uno de sus clientes principales, el catalán (64,2%). Según señala el Observatorio del Turismo Rural a los viajeros residentes en Cataluña les gusta escaparse en fechas como Halloween, lo cual justificaría un interés por reservar en octubre para estancias que se realizarían el 1 de noviembre. Además, se aprecia como el mes de julio de 2013 y el 2015 han sido especialmente positivos y si contrastamos los datos de las solicitudes de reserva del gráfico con las cifras finales de ocupación de esas fechas, efectivamente se confirma su liderazgo como comunidad favorita de esos dos veranos.

image_pdfDescarga el post en PDF
0 Shares
pueblos bonitos 2024
Los pueblos más bonitos de 2024
Cada año nuestros viajeros eligen La Capital del turismo rural como el pueblo más bonito para visitar 
Invalid email address

Deja un comentario

Pulsando en ENVIAR aceptas la privacidad

Copy link
Powered by Social Snap