Opinión sobre Can Coll de Pincaró de Sonia Navarro Herrera

Respuesta del propietario de Can Coll de Pincaró

No deja de asombrarnos y entristecernos que pudieran tener semejante
experiencia en nuestra casa, y que escriban cunado ha pasado un año y
medio desde su estancia; no obstante, hay muchos puntos que debemos
matizar:

- Les ofrecimos exactamente lo que les prometimos, que es lo que
aparece en las fotos, lo cual es fácil de comprobar. Tal y como se
indica en la descripción que ellos mismos nos indicaron que no habían
leído, nuestro alojamiento es un Bed&Breakfast y, por lo tanto, la
sala de estar de la primera planta, que da acceso a las habitaciones
de huéspedes, es una sala de paso: es donde servimos las comidas a los
huéspedes que se alojan en media pensión, donde recibimos los clientes
y las visitas y comunica nuestras habitaciones privadas con nuestra
cocina. La idea que se hicieron de tener el alojamiento independiente
para ellos solos, era errónea desde un principio, pues nosotros
siempre hemos dejado claro qué tipo de alojamiento tenemos.

El resto de los espacios que les alquilamos, las habitaciones y la
planta baja, eran por supuesto para su uso exclusivo, y nadie del
alojamiento accedió a ellos, garantizando así su intimidad.

- Ningún otro de los huéspedes que se han alojado en nuestro
establecimiento ha sufrido ese malentendido. Y, desde entonces,
recalcamos más que nunca cual es el funcionamiento de nuestra casa,
para que nadie venga con expectativas equivocadas.

- En cuanto a nuestros 2 perros y 3 gatos, ellos están siempre libres
y forman parte de la experiencia de la casa y del entorno; los perros
acompañan y guían en las excursiones, juegan con los niños y alegran
la estancia de todos nuestros huéspedes, los cuales están
invariablemente encantados con ellos, pues son tranquilos y
respetuosos, y nunca han generado problema alguno.

Por supuesto, cada huésped se debe hacer cargo de su perro y pagar por
la limpieza extra que la presencia de su mascota supone.

Si los huéspedes en cuestión nos lo hubieran pedido, incluso
hubiéramos aceptado encerrar a nuestros perros durante su estancia,
para no incomodarles, pero ni siquiera supimos que suponía una
molestia para ellos.

- Las quejas llegaron cuando tuvimos que llamarles la atención porque
habían estado quemando durante toda la tarde leña de encina (cortada
con mucho esfuerzo y secada a lo largo de meses) en la barbacoa pero
sin estar asando nada, sólo por el mero hecho de quemarla! Y, encima,
debajo de la bóveda de piedra de la casa donde se les pidió
específicamente que no lo hicieran!

En nuestro alojamiento intentamos funcionar según criterios de
sostenibilidad, por lo que la leña cortada para ese fin se debe usar
para cocinar o calentar la casa. Por otro lado, nos encontramos
rodeados de bosque, por lo que resulta muy fácil recoger ramas secas
para quemar por placer.

- La casa estaba limpia, tal y como lo está siempre. Tan sólo nos
indicaron que la chaqueta del niño se cayó detrás del sofá de la sala
y salió con polvo, pero tras comprobarlo nosotros, no pudimos
encontrar suciedad alguna.

- También nos gustaría enfatizar que la enorme mayoría de huéspedes
nos paga al final de la estancia y nunca a petición nuestra. Los
viajeros abonaron el total de su estancia a su llegada por iniciativa
propia.

Por último, recalcar que si nos hubieran comunicado su malestar en el
momento correcto, sin duda hubiéramos intentado, en la medida de lo
posible, hacer su estancia más cómoda.