10 Alojamientos en Benasque

Aragón abraza a Huesca. Huesca, a los Pirineos. Los Pirineos, al Parque Natural Posets-Maladeta... Y desde aquí y en caída libre se desliza el valle de Benasque, que acoge, con todo su encanto, al que será tu municipio por unos días.

Podrás acortar distancias desde el aire aterrizando en el aeropuerto de Huesca-Pirineos (a 1 hora y 50 minutos). Un tren también podrá llevarte hasta Zaragoza, Huesca o Lleida, y luego necesitarás acabar de hacer la conexión en autobús.

En coche, desde Huesca, deberás coger la vía A-139 (que previamente entronca con Zaragoza mediante la A-23). Desde Lleida, tendrás que combinar la A-22 y la A-139.

¿Cómo son los hogares benasqueses?

En el centro se amontonan las casas más tradicionales, haciéndose compañía y buscando el amparo de la iglesia de Santa María (de origen románico). También la rondan con mucho estilo la Casa Juste (y su imponente torreón) y el renacentista Palacio de los Condes de Ribagorza. En las capas de cebolla más externas del casco urbano, la modernidad se viste de piedra y ladrillo.

Hay una exquisita muestra de la arquitectura popular de la comarca de Ribagorza en el núcleo de Anciles. Aquí acapararán tu atención construcciones solariegas de los siglos XVI y XVII como Casa Suprián, Casa Sort… Y Casa de Conques viene con sorpresa: una pequeña ermita medieval de estilo lombardo.

Ahora dirígete a su otro núcleo: Cerler. El tranquilo halo de sus antiguas casas, muy cuidadas, contrasta con el ajetreo de esquiadores que atrae la nueva urbanización. Muy cerca, una explotación minera de pirita (activa en los años treinta y cuarenta) busca saciar curiosidades.

El Parque Natural Posets-Maladeta y el deporte

El Pirineo Aragonés es la mayor extensión de alta montaña de España y en este rincón está muy bien representado, ya que el Parque Natural Posets-Maladeta, situado al norte del valle de Benasque, agrupa la mayor cantidad de cumbres de 3.000 metros de altitud de los Pirineos. Las encontrarás repartidas entre los macizos de Maladeta, Posets y Perdiguero.

Son 33.440 hectáreas repletas de cascadas, glaciares (13), lagos de origen glaciar (95)...   Hasta aquí llega el techo de los Pirineos, con los 3.404 metros de la cima del Aneto, la Meca de los aficionados a la montaña. Pero entre tantas formas agrestes y afiladas, hay otros muchos destinos sugerentes: como el pico de Bardamina, el de Jean Arlaud… Y la escalada también casa fenomenal con las Agujas de Perramó.

Sus altas cumbres, enharinadas en invierno, son unas grandes aliadas para todo tipo de deportes de nieve. Podrás comprobarlo en la estación de esquí de Cerler. Y sus ríos también son generadores de adrenalina para los amantes del turismo activo: rafting, kayak… Además, podrás descender por algunos de los barrancos más míticos de los Pirineos, como el de Barbaruens y el de Liri.

¿Estos deportes no acaban de ir contigo? No te apures, tenemos más propuestas: quads, pesca, BTT, dejarte llevar por la corriente en un vuelo libre… O ¿qué tal un poco de trail running (carrera de montaña)? Con, por ejemplo, la Gran Trail Trangoworld Aneto-Posets (103 kilómetros) o la Gran Maratón Montañas de Benasque.

Si no quieres subir tantas pulsaciones, te proponemos un paseo algo más relajado y con vistas formidables: la ruta Balcones del Pirineo (32,5 kilómetros), que te desvelará lugares tan chulos como el parque temático Brujas de Laspaúles y los sonidos pajariles y colores del Bosque de Pegá.

¿Qué más puedes hacer en el valle de Benasque?

• Entrar en la sede de la Fundación Hospital de Benasque, con sala de exposiciones, biblioteca, centro de visitantes del parque natural…
• Simplemente, relajarte, tirando de tradición y las siglas SPA: salutem per aquam. Es decir: conseguir la salud a través del agua. Varios centros se conjurarán para que lo consigas. En tu mano está escoger uno.
• Visitar el Museo del Sarrio del Pirineo, en Castejón de Sos. Te lo contará todo acerca de este mamífero que vive en zonas de montaña y que se encuentra en vía de extinción.
• Retratar muestras de románico lombardo, como el monasterio de los Santos Justo y Pastor de Urmella.
• Horrorizarte en el Museo de la Tortura de Laspaúles, que dispone de una variada colección de instrumentos medievales (reproducciones fieles de originales) que hacían cantar a supuestas brujas y herejes.
• Maravillarte con el Museo de Juegos Tradicionales, en Campo. Único en su especie en España.
• Instruirte en el Museo de la Electricidad de Seira, con piezas interesantes como un carro de tracción animal. Será la primera parada por la historia de esta localidad y su condición de colonia. Hallarás más capítulos en las Casas del Jefe, la iglesia parroquial, el Círculo Recreativo…
• Dejar que te invada la magia la noche de San Juan con las Falles de Sahún (23 de junio): los vecinos encienden una hoguera en la plaza de la Iglesia, prenden antorchas elaboradas con palos de avellano y corteza de abedul, bajan hasta una explanada y hacen voltear las falles por encima de sus cabezas hasta que no queda ni rastro del fuego.

El Ball de Benás

Celebra con los benasqueses las fiestas de San Marcial, con el ball dels homes (30 de junio) y el ball de les dones (1 de julio). El Ball de Benás tiene su origen en el año 1820 e inspiró el himno de Riego, que se utilizó durante la II República.

Empieza en la plaza del Ayuntamiento, sigue en procesión por todo el pueblo y acaba en el mismo punto de inicio. Los hombres lleven una flor en la cabeza sujeta con un pañuelo y se acompañan con castañuelas.  

Te divertirás viendo otras expresiones de cultura popular del valle de Benasque, como el Juego de les Quilles, exclusivamente para mujeres: una plaza, dos equipos de tres o cinco jugadoras y nueve quilles de madera que derribar.  

Jabalí con chocolate

¿Qué da esta tierra? Carnes de caza, cordero y ternera, truchas de río, setas, trufas... Y todo esto se transforma de forma deliciosa en sopa benasquesa, patatas rellenas, la olla benasquesa y el recau, chiretas de cordero, estofado de corzo, jabalí con chocolate, ternasco asado… En repostería, te llegarán especialidades oscenses como el pastel de ruso.