Enclavado en un palacete del siglo XV, con un comedor de ambiente medieval, El Call de Montblanc apuesta por la cocina catalana tradicional, con toques de cocina de autor y influencias puntuales de la cultura gastronómica vasca. Pero por la noche el ambiente se transforma y aparece Big Chuffy, desenfadado y dispuesto a ofrecerte la misma calidad en formatos diferentes: bocadillos, tapas, ensaladas frescas... Sin duda, una buena opción en este encantador municipio catalán.