Nos hemos tomado un tiempo para poder realizar una valoración objetiva y desde la distancia.
Y por mucho que hemos meditado, no hemos encontrado nada negativo que podamos decir, a excepción de depender del coche para todos los desplazamientos, pero no es algo negativo en sí, puesto que ya sabíamos de eso antes de optar por este alojamiento.
Buscábamos un lugar tranquilo, alejado de grandes aglomeraciones urbanas y de gente, y lo encontramos en este alojamiento.
"Perdido" en medio del campo, esta aldea con muy pocos, pero muy hospitalarios y agradables habitantes, ha sido ideal para unos días de relax en Asturias.
Nos alojamos en Pisón de Fondón y nos recibió Carmen, siempre atenta y dispuesta a nuestras necesidades, con contacto cuando era necesaria vía Whatsapp.
Nos indicó como funcionaba la estufa de pellets, donde teníamos todas la cosas, donde encontrar las instrucciones y normas de toda la casa.
La casa en excelente estado, tanto de conservación, restauración como de limpieza.
Los colchones muy cómodos, que nos permitieron dormir y descansar como hacía tiempo no hacíamos, ya que unido a esto hay que nombrar la absoluta tranquilidad del lugar, donde sólo se escuchaban los habituales y normales sonidos de pájaros y ganado, que no llega a molestar.
Las claraboyas le dan un toque especial a las habitaciones, unido a las paredes de piedra de la edificación.
Todo muy bien amueblado, con gusto y mimo. Se nota que Carmen ha prestado atención a los detalles.
Por cierto, un lujo disponer de un amplio patio, donde pudimos hacer una barbacoa, tomar algo a la fresca, y contemplar las estrellas.
Muy contentos con el alojamiento y con el trato recibido.
Si alguna vez volvemos por Asturias, ya sabemos donde intentaremos alojarnos de nuevo
J.M. estuvo en Abril 2023, en familia