La Plazuela es un hogar limpio, acogedor, amplio y cómodo. Su cocina con todo lo que puedas necesitar, el salón espacioso, con chimenea para cuando empieza el frío, para descansar o seguir las sobremesas, sus habitaciones con camas muy cómodas, armarios amplios y ropa de cama recién planchada, huele a límpio cuando entras. Los baños modernos y con un montón de toallas blancas que da gusto utilizarlas.
Toda la casa tiene calefacción, en invierno no pasas frío y en verano es fresca, una gozada.
Los dueños, Paloma y Pedro, un encanto, acogedores y siempre dispuestos ayudar, pero, a la vez, muy discretos.
El pueblo es tranquilo, al igual que la casa. Por la noche silencio absoluto y al despertar sólo se oyen pájaros.
Si te gusta la naturaleza se pueden ver corzos, en abundancia, zorros, jabalíes y rapaces, un montón.
Cualquier época del año en la que viajes hasta allí tiene su encanto, por tanto, es recomendable en cualquier época del año.
Nosotros hemos pasado 15 días en agosto e inicios de septiembre y nos hubiéramos quedado.
Mercedes estuvo en Agosto 2021, en familia