Posada El Zaguán

Ya no es lo que era

Fernando Barrientos Barrientos De La Blanca

Habia estado en otra ocasión y me decidí a volver porque quería y necesitaba un dia de relax y descanso con mi pareja. En el anterior viaje noté que todo era mas familiar, pero esta vez me he llevado un buen chasco. Alojado en la suite con jacuzzi, cuando decidimos ponerlo y meternos dentro, vimos que el filo donde llegaba el agua y la espuma estaba totalmente negro, no se si sería de la suciedad de los conductos o quizás del agua, aunque preferimos no decir nada porque tampoco molestaba y habíamos ido a relajarnos. Cuando reservamos para cenar por la noche en el restaurante, la mujer que nos atendió nos metió prisa para pedir la comida (aunque nos hubieran dicho antes que podiamos bajar a cenar a la hora que quisieramos) , ya que según ella, necesitaba la mesa de cuatro (nos pusieron ahi aún habiendo mesas para dos personas) y eso que fuimos a las 21.00, pero por lo demás todo muy amable, finalmente nos quedamos alli hasta tarde. La gota que colmó el vaso fue la noche, que se hizo insoportable por todas las moscas que habia en la habitación, no una, si no MUCHAS (aun teniendo las ventanas cerradas, cosa que aún no me explico) y no me dejaron dormir en toda la noche del coñazo que estaban dando, el vecino de la habitación de al lado roncaba como una foca moribunda y a las 7 de la mañana no pararon las voces y los portazos de otras habitaciones. Es increible que se pague a precio de oro por un descanso y que se vuelva uno peor que se fue, en fin, supongo que sería mala suerte. Finalmente decidí marcharme lo mas temprano que pude porque no se podía estar alli. Sé que la culpa es mia por no decir nada en recepción, pero tenía tal cabreo de no haber podido pegar ojo, que, sinceramente, preferí no liarla. Es una pena porque me encantaba ese sitio y, la verdad, me dejé una pasta. Lo unico que salvo del viaje es el hombre mayor que está en la recepcion del restaurante que es un fenomeno.

Descanso

Tamara Barbero Sin

Es una posada realmente bonita en la que se puede disfrutar del descanso y unas maravillosas vistas al castillo. La comida sabrosa gracias a su horno de piedra.

una buena estancia

Yolanda Del Rio

La habitación con jacuzzi estaba muy bien. La decoración de la posada es rustica y muy bonita. Buenas vistas del Castillo de Turegano. El desayuno fue abundante y el trato del personal muy amable. En resumen una buena experiencia y recomiendo este alojamiento encarecidamente