El Molí de Ger es una casa de payés que, como el topónimo indica, históricamente desarrolló la actividad de moler harina. Esta actividad siempre se combinó con la agricultura y la ganadería y es esta última la que ha pervivido hasta nuestros días.
Actualmente, la empresa familiar se centra en el sector de la producción de leche vacuna de la raza frisona.
La fase de transformación de la leche se hace de manera absolutamente artesana y los únicos ingredientes que emplean son leche cruda, sal y fermentos, de forma que el queso final no incluye ningún tipo de aditivo, ni conservante, ni colorante.