A unos metros del teatro se sitúa el anfiteatro, un edificio de planta elíptica con un aforo para unas 15.000 personas que dedicó su uso a espectáculos muy populares, como los juegos de gladiadores o las luchas entre animales que recreaban bosques, selvas con lagunas o desiertos.
En la arena se aprecia la presencia de un gran foso. En él se asentaban los pilares de madera que sostenían las tarimas y, bajo las cuales, se ocultaban todos los ingenios necesarios para el desarrollo de unos espectáculos tan complejos.