Joya de la arquitectura popular burgalesa, el molino de San Miguel es de tiempo medieval y se relaciona con el establecimiento de las monjas de San Miguel. Documentado del siglo X, parece este el molino más antiguo de Castilla y León. Por esto es todavía más singular, pues todavía funciona y cumple su tarea de moler cereales, después de su recuperación, debida al interés de los vecinos del pueblo en mantener viva su memoria e identidad.