A Fuego Lento abrió sus puertas en 2011, reformando el local y adaptándolo a los nuevos tiempos.
Con su horno de leña, configuran platos locales típicos, destacando especialmente el cochinillo asado.
El restaurante está decorado con un toque rústico y tiene un patio tranquilo para disfrutar del buen tiempo. Además, disponen de servicio de comida para llevar.