El valle del Jerte es un lugar mágico ubicado en el interior de la provincia de Cáceres. Por el fondo del valle serpentea el río que da nombre al valle, atravesando los bonitos pueblos que forman la Mancomunidad de Municipios del Valle del Jerte, y que termina casi en la ciudad de Plasencia. Y en sus laderas, cada primavera luce durante unos pocos días el increíble espectáculo de la floración de los cerezos, que tiñen de blanco prácticamente toda la superficie.
Pero el valle del Jerte esconde más tesoros. Varios pequeños ríos o barrancos desembocan en el río Jerte. Estos forman pequeñas gargantas y valles de menor tamaño, pero no por ello menos bonitos. Una de estas gargantas es la conocida con el nombre de garganta de los Infiernos. Allí, en mitad de una zona boscosa en la que no parece que vayamos a encontrar nada especial, se esconde una de las joyas naturales más bonitas de nuestro país: Los Pilones.
Para llegar hasta la garganta de los Infiernos tendremos que ir en coche. Por la carretera que atraviesa el valle, entre las poblaciones de Jerte y Cabezuela del Valle, hay un pequeño camino que se adentra en la garganta. Tendremos que llegar hasta el Centro de Interpretación de la Reserva Natural de la Garganta de los Infiernos, donde hay un pequeño aparcamiento.
A partir de este punto la ruta hasta Los Pilones se realiza a pie. Durante apenas una hora caminaremos rodeados de una frondosa vegetación, con algunos balcones como el mirador del Chorrero de la Virgen, entre los arroyos de Putopadre y Riscoencinoso, donde un pequeño salto de agua va sumando caudal a la garganta.
Un poco más arriba, por fin llegamos a Los Pilones. Tras cruzar un pequeño puente podremos contemplar esta maravilla de la naturaleza en forma de pequeñas pozas que el agua ha ido tallando durante miles de años en el duro granito. Pequeños saltos de agua que terminan en piscinas naturales de un color gris claro. Y todo rodeado de un verde intenso.
En Los Pilones, se juntan las aguas de los arroyos de Los tres cerros y del Collado de las yegüas. Aguas frías y cristalinas en las que apetece sumergirse entre pequeños peces.
La época ideal para visitar y bañarse en Los Pilones es claramente el verano. Aunque el calor sofocante, su gran belleza y la facilidad para llegar hasta él, lo convierten en lugar para pasar el día en familia, con sus niños y mascotas. Esto puede hacer que te encuentre con demasiada gente allí algunos días.
Si por el contrario tu objetivo es llegar hasta allí para disfrutar de la naturaleza y fotografiar Los Pilones sin mucha gente, el momento ideal es durante la primavera. Además del verde del bosque, te acompañarán amarillos, blancos y morados de las miles de pequeñas flores que comienzan a brotar cuando el frío invierno deja paso a los primeros calores de la primavera.
Tal vez durante el otoño también sea una época fantástica para visitar y fotografiar Los Pilones. Aunque no tenga tanta variedad de color. Pero sí podemos continuar caminando hasta el Bosque del Rebollo, un pequeño castañar que en otoño se transforma en un bosque de color rojizo.
Hay algunos lugares imprescindibles para tomar fotos de Los Pilones. Quizá el mejor es el mismo puente que cruza el arroyo justo al final de los pilones. También desde el camino que los bordea durante unas cuantas decenas de metros después. Aunque si vas bien preparado y te atreves, lo mejor ha de ser meterte en el agua y sacar fotos de los saltos y reflejos desde el interior de los mismos. Eso sí, cuidado con la cámara.
Una vez hayas visto y fotografiado durante un buen rato Los Pilones, podrás elegir entre volver o continuar caminando. Hay varias rutas que salen desde Los Pilones.
Si nos apetece, podemos seguir caminando por diferentes senderos sin gran dificultad, pero con diferentes distancias a recorrer. El objetivo podría ser llegar hasta el Puente Nuevo o hasta el de Carlos V, en la llamada Ruta del Emperador. Pero hay que tener en cuenta que esta ruta puede llevarte fácilmente 6 o 7 horas recorrerla entre ida y vuelta, por lo que tendrás que ir más preparado. Comida, buen calzado, y sobre todo mucha agua son indispensables. O madrugar para estar de vuelta a la hora de comer.
Todas las rutas transcurren por caminos amplios y bien señalizados. Llegar hasta el destino que elijamos no supondrá un problema.
Finalmente, si aún no hemos comido y ya estamos de vuelta, podemos ir hasta alguno de los bonitos pueblos del Valle del Jerte. Desde Plasencia hasta el Puerto de Tornavacas tenemos gran variedad de restaurantes donde podremos disfrutar de la gastronomía tradicional extremeña. Comida muy rica por cierto.
Y ya que estamos, visitar alguno de estos pueblos, como el propio Jerte, Tornavacas y Navaconcejo. Tal vez bajar hasta Plasencia para descubrir los secretos que alberga esta ciudad en el interior de sus murallas, o llegar hasta Hervás, una localidad cuya judería es de las más bonitas de España. Sin duda, bonitos destinos para un fin de semana rural.
5 comentarios
me encantan tus propuestas de escapadas hacia esos rincones casi desconocidos para los aficionados de naturaleza y descubiertas como lo soy para mi y para mis amigos.
. me ayudan cuando estoy preparando una estancia en tu pais con mi grupo de amigos.
Muchas gracias Victor!
ME GUSTARIA INFORMACION DE CASITA RURAL PARA DOS PERSONAS
Estuve en el valle del jeque y hice todo el .recorrido .de la garganta de los infiernos garganta de la olla .es precioso lo recomiendo Espero volver
Dos personas (más de 65 años). Vamos a estar hospedado en los Apartamentos Tauro del 25/3 al 8/4, 2017. ¿Tienen alguna salida en estos catorce días a los Pilones? ¿Cómo podemos ‘apuntarnos’? ¿Nos recogen en dichos apartamentos?
Es una página muy interesante yo me la miró cada día mira los pueblos y me gusta mucho porque a mí me gusta mucho viajar sobre todo en los pueblos españoles