Magazine Naturaleza Vivir cerca de espacios verdes reduce el sobrepeso, pero no estamos seguros de la razón

Vivir cerca de espacios verdes reduce el sobrepeso, pero no estamos seguros de la razón

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Por joh.sch

A mediados del siglo XIX, el médico británico John Snow tuvo una idea revolucionaria para esclarecer las causas de un brote de cólera en Londres: elaborar un mapa de todos los casos registrados en la ciudad para descubrir el origen de aquella enfermedad. Y lo encontró.

Al parecer, la enfermedad se concentraba alrededor de una bomba de agua particular de la ciudad, como si todo el mal surgiera justo de ahí. Como todos los dedos señalaban a ese sitio, ello facilitó que Snow dedujera que la enfermedad se contagiaba a través del agua y no del aire, como se creía popularmente entonces.

Esto nos da una pista sobre la dificultad que entraña saber qué causa qué, sobre todo si la enfermedad objeto de análisis tiene muchas causas y no solo una, como es el caso del sobrepeso y la obesidad.

Si Snow intentara realizar un experimento similar en la actualidad, descubriría desconcertado que los dedos señalan puntos muy distintos entre sí: las normas sociales, la disponibilidad y precio de los alimentos, el genoma, el estrés y, también, cuán verde es el espacio en el que reside una persona (en este caso, una mujer).

Espacios verdes

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Senderismo en el Valle del Leiva. Por Murcia Turística

Los espacios verdes reducen los casos de obesidad y sobrepeso. Esta afirmación tan sorprendente es la que vierte una investigación publicada en el International Journal of Hygiene and Environmental Health, liderada por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal).

Las conclusiones del estudio se extrajeron tras el análisis de los datos de 2.354 personas de siete provincias españolas (Asturias, Barcelona, Cantabria, Madrid, Murcia, Navarra y Valencia). Lo que se halló en esta jungla de datos fue una correlación significativa que establecía que las mujeres que viven a menos de 300 metros de un espacio verde pueden tener reducido el riesgo a desarrollar sobrepeso y obesidad. Esta correlación, sin embargo, no se halló entre los hombres.

Los investigadores también analizaron el ADN de los voluntarios a partir de las muestras de saliva y de sangre para constatar otro hecho: que esta relación entre exposición a zonas verdes y menor riesgo de obesidad y sobrepeso era mayor en aquellas mujeres que tenían predisposición genética a desarrollar estas enfermedades.

Es decir, que si eres una mujer con propensión a engordar, un espacio verde ejercería un beneficio mayor en tu salud.

Naturalmente, que localicemos una correlación no significa que sepamos si hay un vínculo causal, ni siquiera cuál es éste. Sin embargo, el mero hecho de que los espacios verdes solo afecten supuestamente a las mujeres nos da algunas pistas: seguramente tiene que ver con el uso que éstas le dan a dichos espacios verdes. Es decir, que no hay ninguna magia especial en la clorofila de las plantas, por ejemplo, sino que las mujeres probablemente salen a pasear o a hacer ejercicio más a menudo si tienen un espacio apropiado para hacerlo cerca.

Otra opción a tener en cuenta (aunque no explica la razón de que los hombres queden excluidos) tiene que ver con la contaminación presente en las grandes ciudades, que también puede hacernos propender hacia el sobrepeso y la obesidad.

Según el Instituto Clínico de Ciencias de la Evolución de Canadá, entre otras instituciones, las micropartículas presentes en el humo de los coches pueden activar procesos inflamatorios que en algunas personas deriva en una ralentización metabólica, una de las principales causas y la condición más común en aquellas personas a las que les cuesta perder peso de forma rápida y fácil.

Los espacios verdes, en ese sentido, reducen la contaminación aunque solo sea porque evitan una mayor densidad de tráfico, lo que acaba influyendo indirectamente en nuestro metabolismo.

La importancia del estrés

Alpujarra
La Alpujarra Por De Radka Tesarova

Reducir la exposición al ruido y promover la reducción del estrés psicológico también son factores importantes a la hora de reducir el peso porque afecta a los picos de azúcar en sangre, a desarreglos metabólicos debido al cortisol, la hormona del estrés. Por eso, según este estudio publicado Nature, vivir en una ciudad aumenta un 21% la probabilidad de padecer ansiedad y un 39% la posibilidad de experimentar trastornos en el estado de ánimo, lo que es también como decir que aumentamos la probabilidad de subir de peso.

Otro estudio publicado en la revista Cell Metabolism y llevado a cabo por expertos de la Universidad de Stanford también asocia el estrés crónico al ritmo de los glucocorticoides, hormonas catabólicas que toman parte en el metabolismo de los hidratos de carbono y que, en caso de aumentar, hacen también incrementar nuestra sensación de hambre. Además, los niveles altos de glucocorticoides favorecen la conversión de las células precursoras de grasa. Los espacios verdes, pues, también podrían mitigar este estrés y, por extensión, nuestros hábitos alimentarios y la forma en que acumulamos las grasas.

La mera existencia de árboles ya es un factor a tener en cuenta en nuestro estado de ánimo, que también, en general, influye en cuánto comemos, cuán rápido lo hacemos y qué clase de comida preferimos. Cuando estamos tristes, por ejemplo, nos inclinamos hacia las comidas más azucaradas o grasas.

Por esa razón es muy relevante lo que señala este estudio realizado por Mark Taylor, un investigador de salud pública de la Universidad de Trnava, en Eslovaquia: tras calcular la densidad de árboles de las calles de Londres y el número de prescripciones de antidepresivos en 33 distritos de la ciudad, descubrió que allí donde había más árboles también había menos recetas de antidepresivos. Es decir, a más árboles, menos tristeza, a menos tristeza, menor probabilidad de que la alimentación tenga un impacto negativo.

Todos estos factores, junto a otros, condicionan los llamados ambientes obesogénicos, que son los que nos predisponen a sufrir en mayor medida sobrepeso y obesidad. Y debemos tenerlos en cuenta y saberlos gestionar de la mejor forma posible sin pretendemos hacer frente a la epidemia de obesidad que sufre gran parte del planeta desde todos los factores que nos predisponen a ella.

La medida estándar para la obesidad, el Índice de Masa Corporal (IMC), se calcula sobre la base del peso y la altura. Un IMC de 25 a 30 significa que uno tiene sobrepeso. 30 y más corresponde a obesidad, un factor de riesgo importante para ataques cardíacos, derrames cerebrales, diabetes y algunos tipos de cáncer. Alrededor del 4 % de los adultos a mediados de la década de 1970 tenía un IMC de 30 o más. Para 2016, ese porcentaje había aumentado un 13 por ciento (11 para hombres y 15 para mujeres), según la Organización Mundial de la Salud.

Los espacios verdes no son herramientas directas para combatir esta tendencia, sino que se imbrican con muchos otros factores favorables. Pero, habida cuenta del problema al que nos enfrentamos, y que cada vez vivimos más en ciudades y lejos de la naturaleza, todo pequeño gesto puede sumar. Como mudarse a vivir a un lugar próximo a espacios verdes.

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1 comentario

miguelangel 17 de febrero de 2020 - 18:31

muy interesante
lo practicaremos
saludos

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