Rectoría Santa María de Castellar

Todo mal

Antonio Prieto

Fuimos con unos amigos, eramos 6 en total y un perrito, de fin de semana a una casa rural, en búsqueda de libertad e intimidad. Pues ni una ni otra. Atención, los dueños viven pared con pared en la misma casa. Y la comunicación no es profesional, ni fluida por su parte. Estar a las 21.30h tomando algo tranquilamente en el patio frontal y salir el dueño exigiendo que no hiciéramos ruido y que teníamos un lenguaje “fuera de lo correcto". Si váis con perro, pedidle que si sale con los suyos los lleve atados, porque se pasean a sus anchas sin ningún tipo de control. Pasamos un día horrible por esto mismo, ya que mordieron al perro que llevaban unos amigos. En lugar de disfrute, el fin de semana se convirtió en drama dado que fue un tira y afloja de 2 días de discusión constante en la que nosotros pedíamos comprensión y responsabilidad tras llevar al perro a urgencias, sedarlo, ponerle puntos, pasar nervios, el susto… Ellos no hicieron más que evadir, sin mostrar preocupación, ni responsabilidad por algo que era culpa suya. La pasividad y defensiva constante del dueño nos dejó muy impactados. Sobretodo cuando salió la dueña haciéndole la peineta a una de las amigas y dijo literalmente que "ellos no iban a pagar nada" y "esperamos que el seguro tampoco lo haga". Vimos cero empatía y cero compromiso en resolver un problema dado que la comunicación, en las malas, no parece lo suyo. A la hora de irnos y dejarlo todo limpio y correcto, tras hacernos esperar para revisar la estancia, nos comentó que había clientes que dejaban las camas hechas, como para “reñirnos”, lo cual me hace pensar que puede que no cambie la ropa de cama.

Excelente

Anna Esteban Rovira

Entorno expectacular y trato exquisito de los anfitriones Anna y Jorge. Casa muy confortable. Un fin de semana de relax estupendo.