La Catedral de Astorga, dedicada a Santa María, es la sede episcopal de la diócesis de Astorga.
Antes del edificio actual existió un templo prerrománico y otro de estilo románico consagrado en el año 1069. La actual catedral comenzó a edificarse por la cabecera en el siglo XV (1471) en estilo gótico (naves y capillas) y siguió en los siglos posteriores con la portada sur y dos capillas perpendiculares a la nave en estilo renacentista y la fachada principal en barroco del siglo XVIII. La obra gótica tiene posibles vínculos con los arquitectos Juan de Colonia y su hijo Simón de Colonia.
Es de planta basilical con tres naves que se prolongan sobre la planta románica y capillas entre contrafuertes y tres ábsides poligonales; las bóvedas son de crucería. Los pilares que las sustentan no tienen capiteles sino que se prolongan uniéndose con los nervios de las mismas. Tiene dos torres cuadradas a los pies, con chapiteles de pizarra. El claustro es neoclásico.
La orientación del edificio es inusual pues su cabecera se dispone hacia el noreste. El presbiterio cobija el retablo mayor, obra cumbre del romanismo en España, del escultor Gaspar Becerra. El coro de la nave central es de estilo flamenco con una interesante sillería de nogal de esmerada talla, en especial la silla renacentista de Santo Toribio.
El edificio forma un complejo catedralicio que comprende tres áreas diferenciadas: la iglesia, los Archivos y Museo, y el Hospital de San Juan Bautista, fundado en la Edad Media.
Casi adyacente a la catedral se encuentra el Palacio Episcopal de Astorga, obra modernista del arquitecto Antoni Gaudí, formando ambos un armónico conjunto pese a las diferentes épocas en las que fueron construidos.
El edificio sufrió graves daños con el terremoto de Lisboa de 1755 y en la siguiente centuria considerables deterioros por causa de las tropas de Napoleón.