Apartamentos Rurales Ca Xuacu

Pepín y Teresa, el saber acoger al visitante

Patxi Lauzurica

La costa asturiana es tan diversa y salvaje que hay que conocerla paso a paso. En esta parte del Occidente hemos encontrado Ca Xuacu. Muy cerca de los acantilados permite paseos y recorridos. La situación de nuestro apartamento, la Antojana, el patio, el jardín, la campa, invita a leer, pasear o holgazanear. Aunque lo mejor, sin duda, han sido los desayunos de bizcocho, revuelto, zumos, café y mermeladas con charla, mucha charla. Gracias por hacernos sentirnos en casa

Justo lo que buscábamos

Blanca Romero

Estuvimos 14 días de Agosto en la casa roja, cómoda y muy auténtica. El entorno no podía ser mejor, adecuado a lo que buscábamos: rural (campo, mar y montaña) y bien comunicado. Pepín y Teresa encantadores. Nos hicieron olvidar nuestra condición de turistas para sentirnos como en nuestra casa. La perra y las dos gatas (Perca, Tila y Candy) completaron el entorno familiar e hicieron las delicias de nuestro bebé. Sin duda, repetiremos.

lleno de mosquitos

Flor Gonzalez Garcia

El entorno es perfecto.El verde de asturias granja de vacas al lado y el mar cerca.Nos alojamos en la panera y se echo de menos ese cocina salon que dicen tener .En realidad es un sofa de dos plazas donde si somos seis malamente se puede hacer sobremesa comodos.Por otra parte los mosquitos nos rondaban a todas horas dentro de la casa, entendemos que estamos en un entorno rural con granja al laldo pero deberian cuidar mejor a sus huespedes poniendo antimosquitos para por lo menos poder dormir por la noche. Por otra parte los utenslios basicos habia que pedirlos y no los facilitaban con buena disposicion. En resumen no corresponde la descripcion por un lado y esto no lo compensan con una buena disposicion al cliente. Obviamente no repetiremos

Mejor imposible

Nerea Corral Lopez

No se puede describir con palabras lo magnifica que fue nuestra estancia en Ca Xuacu. Pepin y Tere nos trataron como si fueramos de la familia, fueron como unos padres adoptivos en pleno Camino de Santiago por el norte. Apartamentos más que confortables y cuidados hasta el mínimo detalle. Un lugar perfecto donde parar a descansar y salir con las energías renovadas para la siguiente etapa, sobretodo gracias al riquísimo desayuno que nos preparo Tere (esas mermeladas caseras resucitan aún muerto). Ahora solo nos queda buscar una excusa para volver, porque repetiremos seguro.