Ruta a los arcos de Castell de Castells, una obra de arte geológica

Escrito por
14.12.2025
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5min. de lectura
Arcos de Castell de Castells, en Alicante. Por Jose Aldeguer.

La naturaleza adquiere formas sorprendentes con el paso del tiempo. Un ejemplo claro es el de las cuevas plagadas de estalactitas y estalagmitas, unas formas propias del mejor escultor pero que no llevan la firma de ningún humano. También lo son los arcos geológicos, producto de la horadación de la piedra en un acantilado, por ejemplo. Así se configuran unos agujeros que pueden parecer una ventana o un puente y son, como poco, llamativos. Los arcos de Castell de Castells o Arcs d’Atanços, en Alicante, suponen una buena muestra de ello.
Situados en el Paraje Natural Municipal Els Arcs, concretamente entre Tàrbena y Castell de Castells, el pueblo que les da uno de sus nombres, se puede llegar a ellos mediante una ruta de senderismo. Esta es bastante asequible para aquellas personas que no estén demasiado iniciadas en la montaña, aunque siempre es necesario equiparse bien para caminar entre piedras y a cierta altura. Es importante llevar ropa y calzado adecuado, agua suficiente y algún tentempié, por si acaso.

Ruta a los arcos de Castell de Castells
Laruta a los arcos de Castell de Castells es circular, mide unos 7 kilómetros y medio y, como se ha dicho, su nivel de dificultad es fácil. Se alcanza una altitud máxima de 832 metros, la mínima es de 711 metros y el desnivel que se acumula, tanto positivo como negativo, es de 206 metros. Se completa en menos de dos horas y media, dependiendo de la marcha que llevemos.
El trazado que se sigue es el delsendero PR-CV 15, así que no hay opción a perderse. El primer paso ‘oficial’ se da en el Pla d’Aialt, un punto situado en el kilómetro siete de la carretera que conecta Tàrbena y Castell de Castells. El primer alto en el camino se puede hacer un kilómetro después para observar el aljibe del Xarquet, que se aprecia desde arriba.
Unos dos kilómetros después aparece el desvío para conocer los arcos de Castell de Castells. Para llegar hasta ellos hay que subir una pendiente de 650 metros, aunque el esfuerzo merece la pena porque la vista de esas dos formaciones geológicas es impactante. Esos huecos enormes se crearon con la paciencia propia de la naturaleza que, durante miles de años, erosionó la piedra caliza hasta conseguir estos ventanales propios de un gigante.
Después de admirar dichas formaciones, se regresa al sendero principal y, una vez transitados dos kilómetros más, aparece un desvío que lleva al mirador de Peña Escoda. Desde allí se puede otear el paisaje de la cara norte de la sierra de la Xortà y, una vez deleitados con las vistas, volver al camino PR-CV 15 que lleva de vuelta al punto de partida.
Castell de Castells y el santuario del Pla de Petracos
Este pueblo de la comarca de la Marina Alta destaca por su rico patrimonio arqueológico, como el santuario del Pla de Petracos. Se trata del mayor yacimiento de arte rupestre de la Comunidad Valenciana y en él se pueden ver pinturas que tienen unos 7.000 años de antigüedad, aproximadamente. Por las investigaciones que se han hecho en el lugar, que el el Centre d’Estudis Contestans descubrió en 1980, se considera que fue un emplazamiento en el que se reunían los habitantes de aquel momento que compartían creencias acerca de temas como la fecundidad o los ciclos agrícolas.

El yacimiento, compuesto por un conjunto de abrigos y una cueva, fue declarado Bien de Interés Cultural y Patrimonio de la Humanidad en 1998 por la UNESCO. Allí hay pinturas de arte macroesquemático, con representaciones de humanos; y también demostraciones de arte levantino, con trazos que dan forma a un arquero, por ejemplo. La visita supone un viaje al Neolítico.
Otra posibilidad de desplazarse al pasado dentro del municipio es visitar su Museo Etnológico, donde se puede ver cómo se vivía en la localidad décadas atrás. También se puede dar una vuelta por sus calles, visitar la iglesia consagrada a Santa Ana o escoger alguna de las numerosas rutas de senderismo que parten desde allí.

Qué ver en Tàrbena
El otro pueblo relacionado con los arcos es Tàrbena, desde donde se puede ver el mar en los días despejados. Entre los atractivos de su patrimonio está la iglesia de Santa Bárbara, que se edificó en el siglo XVIII y es de estilo barroco. También tiene su propio Museo Etnológico, con fotografías, paneles explicativos y piezas de oficios tradicionales.
De paseo por el municipio se ven diversas fuentes que forman parte de la idiosincrasia del lugar, así como sus miradores, repartidos por diversos puntos del pueblo. En algunos de ellos –Coll de Rates, Sa Caseta des Moros, As Pou y Es Collaret de Sa Vinya– hay paneles explicativos para los turistas. La localidad lleva el sobrenombre de mirador de Ses dues marines porque desde él se pueden ver las comarcas de Marina Baja y Marina Alta.
No se puede olvidar el castillo de Tàrbena, también conocido como Sa Caseta des Moros, que tiene el título de Bien de Interés Cultural. De origen mudéjar, data del siglo XII y está a 697 metros de altura, así que las vistas desde allí también son muy recomendadas. Los restos que se pueden ver actualmente son, en su mayoría, de la época cristiana: hay una muralla y algunas dependencias como el aljibe y la base de una torre.
Carmen López
Soy periodista y escribo sobre cosas que importan en sitios que interesan desde hace más de una década.
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