Montes y bosques frondosos, viñedos, vestigios romanos, monasterios y hórreos, pueblecitos rurales, el Camino de Santiago, la gastronomía, leyendas y castillos templarios… Todo suma para convertir a León en un destino fascinante en el que disfrutar de una escapada rural y de todos los encantos del otoño.
Astorga
A Astorga se llega aunque no se quiera, porque hay algo allí, algo tan natural y misterioso, que ha convertido a la ciudad en tránsito obligado. Desde las legiones romanas hasta humildes pastores trashumantes, pasando por el poderoso ejército de Napoleón y millares de románticos y aventureros, peregrinos, caballeros y monjes, se han dado cita en sus calles, deseosos de conocer los orígenes inciertos del pueblo Maragato.
Hasta el genial arquitecto Gaudí transitó por estas tierras y dejó su impronta en esta pequeña ciudad leonesa, construyendo un palacio de cuento, una sede episcopal construida en granito y con aspecto de castillo gótico, que se ha convertido en un imprescindible en la visita a Astorga, no sólo por la fantasía arquitectónica sino porque hoy en día, perdida ya su función episcopal, alberga el Museo de los Caminos, dedicado al Camino de Santiago.
Y éste no es el único atractivo cultural de la que ha sido, históricamente, lugar cruce y paso de caminos y pueblos, lo que le ha conferido una personalidad muy diferenciada y un legado sin igual.
El origen de la antigua Asturica Augusta romana se esconde bajo sus calles y plazas. Para descubrirlo nada mejor que visitar primero el Museo Romano, ubicado en una antigua construcción de época imperial, donde se exhiben lápidas funerarias, joyas, monedas y otros objetos recuperados en las excavaciones arqueológicas.
Desde el museo, ubicado en pleno corazón de Astorga, se puede iniciar, la Ruta Romana, en la que se visita parte del antiguo foso, las Termas Menores, los restos del pórtico de la zona sur, el Aedes Augusti o, incluso, un tramo del antiguo sistema de cloacas.
Otra visita obligada en Astorga, por su originalidad, es el Museo del Chocolate, ubicado en un edificio modernista de principios del siglo XX, alberga una colección museística, única en España, relacionada con el mundo del cacao y del chocolate.
En una visita a Astorga y su comarca, no se puede dejar de degustar todas y cada una de sus especialidades gastronómicas, de entre las que destaca el cocido maragato, cuya originalidad radica en servirse al revés, iniciando la comida con la carne, de siete tipos diferentes, siguiendo por los garbanzos de pico pardal con berza y finalizando con la sopa.
Otras recomendaciones y platos típicos son, el bacalao al ajoarriero, la cecina y los embutidos, sin olvidarnos de los postres, de los que las mantecadas, hojaldres y chocolate, entre otros muchos, son los reyes.
Maragatería
Al suroeste de la provincia de León, la Maragatería es una comarca tradicional leonesa en la que nos aguarda una dilatada historia, un variado patrimonio y múltiples tradiciones romeras, festivas y artesanas.
Para descubrir parte de la esencia de estas tierras, no hay mejor lugar que la villa del Val de San Lorenzo, que atesora, entres sus intrincadas calles de casonas de piedra, una tradición textil de siglos, de cardado, peinado y fabricación de paños de lana de vivos colores y calidad excepcional, que se puede disfrutar en sus dos museos temáticos, La Comunal y el Batán Museo.
Cruzada de este a oeste por el Camino de Santiago Francés, esta comarca de la Maragatería muestra su mejor cara en los múltiples pueblos que, a lo largo y ancho de su geografía, ofrecen al visitante un patrimonio etnográfico que conserva, de manera inmejorable, la mejor esencia de los siglos pasados; tal es el caso de los pueblos de Santiago Millas, con su Museo de la Arriería Maragata, y Castrillo de los Polvazares, ambos Conjunto Histórico Artístico, sin olvidarnos de los pueblos jacobeos de Santa Catalina de Somoza, Foncebadón y Rabanal del Camino, con su impresionante iglesia templaria.
No hay que olvidarse, en una visita a la Maragatería, de degustar su tradicional recetario, de entre el que destaca el Cocido Maragato, servido con mimo y tradición en todos los restaurantes de la comarca, ubicados, gran parte de ellos, en casonas solariegas y de labranza de gran antigüedad y rehabilitadas como restaurantes con gran gusto y mimo.
Los Ancares leoneses
Los Ancares Leoneses, Reserva de la Biosfera, son una colección de montañas y valles moldeados, a lo largo de repetidas glaciaciones, por caudalosos ríos y arroyos, que han configurado un singular paisaje que alberga frondosos bosques de castaños, robles y tejos, que en otoño explosionan con colores rojizos y ocres.
Naturaleza, en estado puro, que atesora un importante legado cultural y etnográfico que tiene como símbolo a la palloza, un tipo de vivienda tradicional, de origen prerromano, de forma circular y rematada por un tejado de paja de centeno, presente en múltiples pueblos, como Balouta o Campo del Agua, que merecen la pena visitar. Para recorrer esta Reserva de la Biosfera, está el Camino Natural de la Mirada Circular, con cerca de 70 km que posibilitan una inmersión total en el territorio.
Con su puente romano en el centro de la villa, Vega de Espinareda está considerada como la puerta de entrada de los Ancares Leoneses. Como mínimo, merece la pena hacer un alto en el camino para conocer su imponente monasterio de San Andrés. Aunque su aspecto actual se debe a trabajos realizados entre los siglos XVII y XVIII, muchos estudiosos establecen su origen antes del siglo X.
Cerca de Vega de Espinareda, otro lugar de imprescindible visita es el Castro de Chano, habitado desde el siglo I a.C hasta el siglo I de nuestra Era y que destaca por su excepcional estado de conservación y sus dimensiones. En su Centro de Interpretación se nos revelarán algunos de los muchos secretos de este imprescindible, ubicado en el valle de Fornela.
Ponferrada y Valle del Silencio
El Castillo de los Templarios de Ponferrada es uno de los ejemplos de construcción defensiva más notables de España. Tras las murallas, un total de 8.000 metros cuadrados, encierran una fabulosa historia y la oportunidad de disfrutar de unas vistas maravillosas de la ciudad.
Desde el castillo, podemos llegar al Museo de la Radio “Luis del Olmo”. Un bello edificio del siglo XVIII que alberga más de 300 objetos relacionados con la comunicación, el periodismo y la figura de Luis del Olmo, quien también puso a disposición del público una biblioteca especializada en historia de la radio además de la ‘Estación – Escuela Luis del Olmo’ para escolares y un aula de la radio.
En la ciudad, es igualmente imprescindible visitar un museo único a nivel nacional, La Fábrica de Luz-Museo de la Energía, con sede en la antigua central térmica de la Minero Siderúrgica de Ponferrada. Ubicado en la ribera del río Sil, este edificio industrial está bellamente restaurante, por lo que fue nominado a “Mejor Museo Europeo del año 2015” en los premios EMYA y se trata de una pieza clave para entender la especial vinculación de la ciudad de Ponferrada con la minería del carbón.
Cercano a la ciudad se encuentra, en pleno corazón de la Tebaida Leonesa, Peñalba de Santiago. En pleno Valle del Silencio, este Conjunto Histórico Artístico de incomparable arquitectura popular, con casonas de piedra, pizarra y balconadas, atesora uno de los mejores ejemplos de arquitectura mozárabe, su iglesia de Santiago Apóstol, del siglo X.
Las Médulas
Cuando los romanos abandonaron esta explotación aurífera, declarada Patrimonio de la Humanidad, no pudieron imaginar que la naturaleza cubriría su mina de oro de un gran manto verde de castaños, robles y encinas que contrastaba, con tal grandiosidad, con las montañas y picachos rojizos, que configuraría un paisaje excepcional y único a nivel mundial.
Con ayuda de ingeniería hidráulica, los romanos extrajeron, de estos montes, más de un millón y medio de kilos de oro, de la que se convirtió en la mayor mina a cielo abierto de todo el Imperio Romano.
De su historia, de los procesos extractivos y de la importancia que supuso para el Imperio, esta mina, da buena cuenta el Aula Arqueológica ubicada a la entrada del pueblo.
Para conocer en profundidad esta zona arqueológica, y Espacio Natural protegido, está el Centro de Recepción de Visitantes de Las Médulas, que ofrece visitas guiadas por el entorno, con guías especializados. Y para aquellos que les guste ir por su cuenta, el yacimiento cuenta con diversas rutas para conocer con detalle todas las características del paisaje más famoso de León.
La senda perimetral es la más popular, pero, además, se puede optar también por la senda de Las Valiñas para adentrarse por el sector III de la antigua mina, el último en ser explotado antes de su abandono; se pasará por la la Cuevona y poco después a La Encantada, dos grutas que forman parte de la antigua red de túneles, galerías y pozos de la mina aurífera.
Para quienes quieran llevarse una impresión definitiva e impactante de las Médulas, sin demasiado esfuerzo físico, está el Mirador de Orellán, desde el que se pueden admirar las más afamadas vistas del yacimiento y desde el que se puede acceder a una galería romana de hace casi dos mil años.
Contenido patrocinado por: