Concatedral de La Redonda. Por: Fernando Díaz - La Rioja Turismo
Nos vamos al corazón geográfico de La Rioja. Es un destino lleno de vida y ambiente durante todo el año. Aquí está la capital, Logroño, con sus animadas calles gastronómicas y el ininterrumpido paso de peregrinos del Camino de Santiago.
También es centro neurálgico de eventos y celebraciones, un lugar privilegiado para degustar la gastronomía local en barra y en mesa y, por supuesto, para participar en experiencias enoturísticas que siguen el recorrido vital del vino. Aquí cobra importancia el arte de las pequeñas cosas. Te sugerimos algunas experiencias con las que llenar el alma.
Logroño, una ciudad para perderse
Logroño es un histórico lugar de paso y cruce de caminos, algo que todavía hoy se ve en el tránsito constante de peregrinos. Esta ubicación ha dejado huellas bien patentes en su rico patrimonio. A destacar la impresionante Concatedral de Santa María de la Redonda, en pleno casco antiguo, con torres gemelas barrocas. También hay que ver la Iglesia de San Bartolomé –gótica del siglo XIII–, la Iglesia de Santiago el Real y la Iglesia Imperial de Santa María de Palacio.
Un paseo por Logroño no puede dejar de pasar por el Parque el Ebro, el siempre espléndido río que deja estampas de postal en la capital riojana, y sus puentes. Prosigue descubriendo las callecitas del casco antiguo, con sus casas medievales y renacentistas, y admirando la puerta y arco del Revellín, en la muralla.
Esta tierra está repleta de hitos históricos, pero no está anclada en el pasado. Si miramos de cara al presente, veremos el gran ambiente que tiene el centro de Logroño para disfrutar de las pequeñas cosas, como un pincho maridado con los mejores vinos de la región. Delicias gastronómicas de pocos bocados para matar el gusanillo al medio día o por la tarde, aunque algunos se dejan seducir tanto por sus encantos y prueban tantos que acaban comiendo de manera informal en las barras de los bares.
Hay que apuntar calles míticas de “gastronomía en miniatura” como San Agustín o Laurel. Es difícil recomendar un bar concreto porque cada uno tiene su especialidad gastronómica. Y si queremos comer de mesa, hay que probar la tradición culinaria regional en la que destacan platos como la menestra, chuletillas al sarmiento, patatas a la riojana, pimientos rellenos, caparrones o bacalao. Son recetas que, más que aprenderse, se heredan entre generaciones.
Esa sabiduría gastronómica ancestral también se reinterpreta en una interesante cocina vanguardista cuyos máximos exponentes son los restaurantes con estrella Michelin de Logroño: el Íkaro, el Kiro Sushi y el Ajo Negro.
¿Un buen momento para visitar Logroño? Siempre es una buena excusa para ir, aunque si lo que buscamos es buen ambiente, hay que apuntar las Fiestas de San Mateo o Fiestas de la Vendimia, que se celebran en el mes de septiembre.
Las calles se llenan de tradición con actividades como el pisado de la uva, degustaciones gastronómicas, desfile de carrozas adornadas con motivos relacionados con la vid, partidos de pelota, conciertos y espectáculos, fuegos artificiales sobre el río Ebro, etc. Unos días muy auténticos para descubrir la verdadera pasión vinícola de La Rioja en el que uno no se siente como un visitante, sino como un riojano más.
Un viaje al pasado
La rica historia de La Rioja se ve en las huellas que han dejado los diferentes pueblos que han habitado sus tierras. Se aprecia, por ejemplo, en el legado que dejaron los romanos en la antigua ciudad de Vareia (hoy Varea), una de las más importantes de la época y en la que se han hallado numerosos restos como monedas, cerámica y el broche vareyense de oro y plata. Son ruinas con más de 2.000 años de historia. La visita a los yacimientos es libre.
Avanzamos en el tiempo para acercarnos a uno de los pasos obligados de los peregrinos en la historia jacobea: Navarrete. Y es que aquí se encontraba el formidable Hospital de San Juan de Acre, alzado en el siglo XII para acoger y auxiliar a quienes se dirigían a pie a Santiago de Compostela. Poco queda hoy de aquel esplendor, pero sí unas ruinas que se resisten a morir del todo y que invitan a imaginar la importancia que tuvo durante la Edad Media.
Las ruinas fueron restauradas y hoy pueden visitarse libremente en el cruce entre el río en el término de La Serna. Aunque ya no es albergue para peregrinos, el Camino de Santiago se mantiene fiel a su trazado original y sigue pasando por los restos del edificio.
Los Cameros, tierra de contrastes
Los Cameros es un destino poco conocido que te dejará con la boca abierta. Es un paraíso para disfrutar de la naturaleza exuberante en el Parque Natural de Sierra Cebollera, en Villoslada de Cameros, Ortigosa de Cameros, Torrecilla en Cameros… un vergel de robles y hayedos, además de contar con el embalse González Lacasa para practicar piragüismo o windsurf con el Club Náutico El Rasillo. Camero Viejo, por el contrario, sorprende por su aridez y soledad, con algunas dehesas con encinas y robles.
Aquí está el sobrecogedor Cañón del Río Leza, con gargantas de espectaculares paredes rojizas en las que se puede hacer barranquismo. Por la noche, Laguna en Cameros es un destino ideal para contemplar un cielo estrellado, ya que está declarado Parque Estelar.
Jugar al golf
El golf es uno de los deportes que podemos practicar en La Rioja Media. Aquí hay dos campos que abren durante todo el año: Logroño y Sojuela. El recinto de Logroño está en plena naturaleza, en el parque de La Grajera, y tiene 18 hoyos. La oferta de golf en la Rioja se completa con el campo de golf de Cirueña.
Entre ellos, destaca el hoyo 4 por ser el más largo de España y casi del mundo con sus 619 metros de longitud. ¡Un verdadero reto! Por otro lado, es destacable que los 18 hoyos del campo de Sojuela fueron diseñados, en su origen, por el legendario jugador Severiano Ballesteros y tienen vistas a la ciudad de Logroño.
Esta zona del territorio riojano es capital, es Logroño, son pueblos, pero también son legados históricos que no se apagan y tradiciones que se preservan y están pensadas para vivir y para compartir.
Raquel Andrés
Periodista y aventurera. Me has podido leer en Escapada Rural, Diari Nosaltres La Veu, La Vanguardia, El Salto y otros medios. Habitante y amante de las zonas rurales, sea cual sea el destino. Procuro escaparme una vez por semana con las botas de montaña, el arnés o el neopreno. También soy un intento de baserritarra.
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