Al sur de la provincia de Córdoba, donde el río Genil se ensancha y pierde su nombre, está el embalse de Iznájar. Una de las mayores obras de ingeniería hidráulica de los años 60 cuya construcción dejó anegados a un gran número de pueblos y aldeas que hoy yacen bajo sus aguas.
“Cuando voy contemplo un paisaje que no se corresponde con el de mi infancia. La casa ya no existe, ni algunos de los lugares donde jugaba de pequeño. Sí que queda una estructura abandonada desde hace muchos años y que correspondía a la escuela”, me cuenta con nostalgia José Montilla, Ministro de Industria, Turismo y Comercio durante el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y ex presidente de la Generalitat de Cataluña (2006-2010).
José Montilla nació en El Remolino en 1955. Una de las 22 pedanías pertenecientes al municipio de Iznájar y que quedó sumergida bajo el agua. Tenía 11 años cuando se fue de allí.
“Yo no llegué a ver cómo mi casa se inundaba. Nosotros nos fuimos un poco antes. Mi abuelo materno murió y nos fuimos a vivir con mi abuela, que tenía una finca en Puente Genil. Lo vi después, años más tarde, cuando el agua estaba ya embalsada”, explica con voz pausada mientras intenta despertar su infancia.
“Recuerdo los arroyos de agua cristalina, que en invierno se helaban. Alguna vez había nevado, aunque yo era muy pequeño. Los olivares. A mis padres cuando iban a la finca de mi abuelo durante la temporada de olivas…”.
Su padre, Antonio Montilla, como muchos de los vecinos del municipio y de otros pueblos como San Roque y San Marcos, pasaron de trabajar en los olivares de la zona a colaborar en la construcción del embalse. En aquella época, según Montilla, la construcción se vio más como una oportunidad para emplear a gente que como un problema como el que luego resultó ser. Fueron 10 años, de 1959 a 1969, de mucho trabajo.
Mientras los hombres levantaban los bloques de hormigón, sus familias iban haciendo las maletas. El pantano empezó a embalsar agua en 1966 y las tierras, las huertas y las casas de las aldeas comenzaron a inundarse. Algunas carreteras quedaron incomunicadas, por lo que para llegar a sus casas los vecinos tuvieron que utilizar botes.
Cuando Francisco Franco llegó a inaugurar el embalse en 1969, ya todos se habían marchado. Algunos se fueron a los pueblos próximos como a Hornachuelos, a poblados levantados por el entonces Instituto Nacional de Colonización, como Bembézar del Caudillo (desde el 2016 llamado solo como Bembézar). Allí les adjudicaron una casa y un terreno para cultivar.
Otros vecinos se fueron a otras zonas de Andalucía e incluso más lejos, a Madrid y a Cataluña. A esta última es donde se fue la familia Montilla. “Vinimos porque era más fácil encontrar trabajo y formación, había más perspectiva de futuro y tenemos familia aquí, lo que da facilidades para empezar”, me explica.
El pantano fue una sangría para el municipio, que pasó de contar con unos 12.000 habitantes a unos 6.000.
“El pantano anegó las mejores tierras de Iznájar, eran las tierras más fértiles. También se llevó una parte importantísima de la población, los han echado, aunque aquellos que se quedaron tuvieron más recursos naturales para poder vivir. Si todas las personas que vivían antes en Iznájar de la agricultura siguieran allí, sería imposible. Es lo que ha pasado en otras poblaciones donde también tuvieron que emigrar y no había pantano, fue por la ausencia de trabajo y oportunidades”.
A Montilla ya no le quedan familiares en Iznájar. Aún así, ha vuelto en varias ocasiones. La última vez fue en 2019 con motivo del 50 aniversario de la inauguración del pantano. Según el president, aunque ya lleva más de 50 años en Cataluña -donde murieron sus padres y nacieron sus hijos- no reniega de sus raíces.
“Tengo un vínculo especial del que me siento orgulloso. Ahora que se habla tanto de las identidades, del identitarismo, creo que no tienen por qué ser excluyentes. Al contrario, pueden ser incluyentes. Mi identidad es de la tierra que me vio nacer y de la tierra en la que vivo. Es sumar identidades”, me explica.
Las almas perdidas bajo el embalse de Iznájar
Las aguas de Iznájar no solo esconden las infraestructuras de las antiguas aldeas del municipio. Como ocurrió en otros pantanos del país, la construcción del embalse también cubrió las fosas de los represaliados durante la guerra civil. Muchas de ellas perdidas entre los olivares del municipio.
“Es complicado saber cuántas víctimas hubo, ya que no todas constan en el acta de defunciones del registro civil. Creemos que hubo algo más de 57 asesinados en Iznájar gracias a los testimonios de algunos familiares”, nos dice por teléfono Arcángel Bedmar, historiador que trabaja recuperando la Memoria Histórica del pueblo andaluz.
Bedmar ha escrito numerosos libros y artículos, además de colaborar en Todos los nombres (base de datos de represaliados por el franquismo para su consulta por internet).
La mayoría de las historias recopiladas son de las aldeas de El Remolino, San José y las Huertas de la Granja. Uno de los antiguos vecinos que se puso en contacto con él para ayudarle a recabar información para la Memoria Histórica fue Antonio Montilla, el padre de José Montilla, cuyo testimonio podemos leer en el propio blog de Bedmar.
A pesar de que muchas de las víctimas tienen ya nombres y apellidos, las almas de los republicanos del municipio de Iznájar están condenadas a estar sumergidas. “Recuperar los cuerpos que están bajo el embalse es imposible. No hay un mapa geográfico concreto de los lugares que hay debajo”, dice Bedmar con tristeza. Ni siquiera cuando baja el nivel del agua.
Este caso no es único. España es el país de Europa con más embalses. En total cuenta con 1.225 grandes presas, según el Inventario de Presas y Embalses del MAPAMA. Un 60% de ellas se construyeron a mediados del siglo XX bajo las órdenes de Francisco Franco, quien se inspiró en el Plan Nacional de Obras Hidráulicas del año 1933. El objetivo era terminar con la sequía, pero esta época dorada de los embalses se llevó por delante muchos pueblos del país. Y, con ellos, muchas de las fosas de la guerra civil.
El pasado emerge del agua durante el otoño
El embalse de Iznájar hoy es un gran lago que cuenta con la mayor central hidráulica de Andalucía. También es un importante motor turístico para el pueblo, pues cuenta con la playa de Valdearenas, considerada por los usuarios como una de las mejores playas de interior; y la Estación Náutica Lago de Andalucía, donde es posible practicar deportes acuáticos.
El pantano recibe más de 16.000 visitantes al año que acuden a pasear, darse un baño o descansar en su área recreativa. “El número de pernoctaciones es mayor. Tenemos registradas más de 250.000”, nos dicen desde el departamento de comunicación del Ayuntamiento de Iznájar.
En los alrededores del pueblo, que bien merece una visita, se pueden encontrar varias rutas de senderismo. La mejor época para recorrerlas es durante el otoño e invierno, cuando el nivel del agua desciende y, desde la orilla del embalse, se pueden ver algunos de los vestigios de su pasado.
Entre las ruinas hay casas, una chimenea de una antigua fábrica de aceite, una torre de electricidad y el puente del Molinillo, que incluso se puede cruzar cuando el caudal está en sus mínimos. Este viaducto de piedra comunicaba Iznájar con Rute cruzando por la antigua carretera de El Remolino.
Los restos de las antiguas aldeas de Iznájar reclaman que su historia no caiga en el olvido. Quienes no lo harán será sus vecinos pues, como dice Montilla, “hemos rehecho nuestra vida en otros lugares pero siempre recordaremos el pasado, aunque se haga con melancolía“.
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1 comentario
Lo que no entiendo es porque hay que politizar y tirar de nuevo con piedras segun te indica la propaganda de izquierda! Ya me sinto como en la epoca comunista de Rumania. En Rumania en 1960-1961 se construyo la represa de Bicaz 127m de altura y 435 m el coronamento. El embalse tiene una superficie de32.6 km cuadrados y se hayan inundado 22 aldeas (con sus cementerios, por supuesto). Para su construccion se han empleado presos polit O «La casa de la Republica» Tiene 270 m por240 m y 84 m de altura, y 92 de metros bajo tierra. Una costruccion en medio de la capital rumana que necesito la demolicion completa de un bario, con casas de arhitectura protegida, iglesias y hospitales, para permitirle al dictator Ceausescu presumir, como todos los comunistas de su grandomania. Mientras Franco construia embalses en Espana, pero tambien apartamentos estandard con el minimo de tres habitaciones y dos banos, Ceausescu construia barios en que los apartamentos tenian dos habitaciones, una de ella de paseo, y preparaban una ley en que se racionalizaba el aceite, el azucar, la harina, (el pan en las aldeas), mientras la luz, el agua fria y caliente, el calor eran cortadas diariamente sin programa y muchas veces faltaban por completo. Habian ciudades donde los edificios de 4 plantas tenian el vater fuera del edificio…en la montana donde en invierno hacia -15 grados. Una epoca en que la propaganda ofrecio a la gente comoda la perspectiva de una industrializacion masiva y el abandono de los campos y de las fincas y granjas para encontrar en la ciudad una vida mas comoda. Esta de moda echarle a Franco todo lo malo de Espana, aprovechando que este no escatimo ningun riesgo con tal de que Espana fuera libre del comunismo. La personalidad mas brilante de Europa! Vivo en un pais ex-comunista. Es regretable que aun los espanoles lloran a los republicanos pero no a los patriotas que impidieron que Espana fuera Coreea, Rumania, o Cuba. Tampoco a los inocentes, que fueron fusilados en masa, mujere, ninos y hombres y enterados en Paracuellos en fosas comunes.