Mare de Déu del Far, el santuario que parece tocar el cielo

Expresiones como “tocar el cielo con los dedos” ,“llegar al cielo” o “estar como en el cielo”, por decir solo algunas, suelen ser metáforas que expresan de forma poética situaciones de bienestar. Pero hay lugares en los que esa literatura se acerca, aunque sea levemente, a la realidad. Es el caso del santuario de la Mare de Déu del Far (santuario de la Virgen del Faro, en castellano). Un templo situado en Susqueda, en la comarca de La Selva (Girona).

Un templo del siglo XIII

Además de estar situado a 1.112 metros de altura sobre el nivel del mar, el santuario de la Mare de Déu del Far es un lugar que propicia la conexión de cuerpo y mente. Por supuesto, las personas que profesan la fe cristiana tienen un motivo añadido para realizar el viaje: la espiritualidad.

Las primeras documentaciones que se tienen de su existencia datan del siglo XIII, pues hay noticias del faro desde 1256. También se tiene constancia de que en el siglo XIV había personas que subían hasta el santuario, ubicado en lo más alto, para profesar su devoción a la virgen. 

Los terremotos del siglo XV hicieron que la iglesia se viniese abajo y tuviese que ser erigida de nuevo. A día de hoy, se puede visitar el templo de piedra y bóveda de cañón. En su interior acoge una talla gótica de alabastro, que representa a la virgen dando el pecho a su hijo. La imagen se restauró y policromó en 1922.

Además de la iglesia, ahora también hay una hostería situada en la antigua casa de los ermitaños. Esta también se tuvo que reconstruir en mayor parte entre 1599 y 1648. En los años 70 del siglo pasado, el santuario volvió a someterse a otro proceso de renovación que le dio el aspecto que tiene actualmente.

¿De dónde viene su relación con el mar?

Una de las grandes preguntas que pueden surgir en relación al santuario de la Mare de Déu del Far es por qué este centro de peregrinación se encuentra situado en las alturas de Cataluña. La historia cuenta que unos marineros a la deriva le pidieron ayuda a la Virgen para no naufragar: si ella les hacía el favor, prometieron que erigirían una iglesia en su honor. Sus plegarias fueron atendidas y cumplieron su palabra creando así este santuario que, cada domingo, recibe a decenas de visitantes.

Desde las alturas, además, se pueden otear unas vistas privilegiadas del pantano de Susqueda, los riscos de Les Guilleries, Tavertet y el Montseny. 

Cómo llegar al santuario de la Mare de Déu del Far

Se puede llegar al santuario de la Mare de Déu del Far por carretera, en coche propio o en algunas de las líneas de autobús que salen desde Olot. Hay que advertir que la carretera tiene bastantes curvas.

Los más aventureros pueden subir caminando por una ruta que parte de Sant Martí de Sacalm. No es demasiado complicada, aunque hay tramos empedrados y, por supuesto, tiene bastante pendiente. Al fin y al cabo, el santuario está a 1.112 metros de altura.

Otros santuarios que tocan el cielo

Por supuesto, el santuario de la Mare de Déu del Far no es el único dedicado a la virgen o a un santo ubicado en un lugar elevado. Un buen ejemplo es la ermita de San Felices, situada en los los riscos de Bilibio, a unos seis kilómetros de Haro (La Rioja).

Otro es el de la Virgen de Jaraba (Zaragoza), que está directamente encajado en el barranco de la Hoz Seca. O, sin salir de Cataluña, la iglesia de Siurana de Prades, entre la sierra del Montsant y las montañas de Prades. Todos son impresionantes, aunque no aptos para quienes tengan problemas de vértigo. 

Qué ver en los alrededores del santuario de la Mare de Déu del Far

Como no podía ser de otra manera, cerca del santuario hay rastros medievales. El más señalado es el pueblo de Rupit i Pruit. Tiene este nombre porque, hasta el año 1977, eran dos localidades separadas. Ahora están unificadas, aunque el pueblo tiene dos núcleos: el más medieval, que sería Rupit; y otro con masías históricas de interés, que sería Pruit. 

La superficie de la parte medieval no es demasiado extensa, así que se recorre enseguida. Para acceder a ella hay que cruzar un puente colgante. Es de 1945, aunque se recomienda que no haya más de diez personas a la vez sobre él. Sus calles datan del siglo XII y algunas de sus casas tienen su año de construcción grabado.

El origen de Pruit es más antiguo, ya que se ubica sobre el siglo X. Su núcleo urbano es más pequeño y, entre sus atractivos, están la iglesia de San Andrés y su plaza.

Ruta del santuario de la Mare de Déu del Far a Rupit i Pruit

Una buena idea es llegar hasta Rupit y Pruit caminando. La ruta, de poco más de 10 kilómetros, sale del santuario de la Mare de Déu del Far y, durante el recorrido, se puede ver el Salt de Sallent, una de las cascadas más famosas de la comunidad (cuando lleva agua, claro).

Asimismo, el itinerario también pasa junto al salto del Molí y la bauma Molera, también muy conocidos. Naturaleza, monumentos y Edad Media, tres atractivos a los que es difícil resistirse.