El Parque Natural del Alto Tajo, en la provincia de Guadalajara, es una de las joyas escondidas muy cerca de la capital Madrid. En esta zona podremos disfrutar de la naturaleza en un espectacular estado de conservación, y además rodeados de fauna, flora, geología, historia y muy poca gente.
Hoy os recomendamos 5 razones naturales por las que visitar este paraje, algunas de ellas muy poco conocidas:
1. El río Tajo
Parece una redundancia, o una obviedad, pero el río Tajo a su paso por el Parque es un espectáculo en sí mismo. Los más de 125 km que recorren su parte alta desde el nacimiento hasta la salida del Parque no tienen ninguna población en su orilla y esto, unido a los cañones que permiten poco paso por sus riberas, hacen de este tramo de río uno de los mejores conservados de Europa.
Sus aguas cristalinas verdezuladas son una maravilla que no podemos dejar de disfrutar en piragua, balsa de rafting o simplemente dándonos un baño en cualquiera de los numerosos meandros, playas y pozas que hay en el Parque.
2. Geoparque de Molina Alto Tajo
El Parque Natural comparte ubicación con el Geoparque de Molina Alto Tajo, uno de los 11 que encontramos en España. Esta declaración se le da a zonas que por la calidad, rareza, valor estético, científico o educativo de las formaciones geológicas que alberga merece esta distinción.
Entre las formaciones más impresionantes del Geoparque destacamos el río de Bloques de Orea, el bosque fosilizado de Aragoncillo, la sima de Alcorón o los Milagros.
3. Pozas en el Puente de los Pescadores en Poveda de la Sierra
Uno de los parajes más conocidos del Parque es el espectacular Salto de Poveda, una cascada que durante todo el año resuena con estruendo y gran caudal. Pero más abajo se esconde uno de los parajes más mágicos del Parque.
Alrededor del Puente de los Pescadores, frecuentado por senderistas, se encuentran varias pozas con hasta 8 metros de profundidad, en las que se puede practicar el buceo con bombona (con permiso del parque, por supuesto).
Para quien no sepa bucear, un buen baño con snorkel nos permite disfrutar de truchas y barbos, además de la vegetación submarina (algunas incluso plantas carnívoras) en aguas completamente cristalinas.
4. Los Ceños
Esta desconocida área recreativa, entre las localidades de Ocentejo y Valtablado del río, es uno de los rincones escondidos del Parque. Podemos acceder a ella en coche, tras una ligera caminata, o desde el río descendiendo sus aguas montados en piragua.
Allí nos esperan la fuente de la Teja, el robusto merendero de madera, piedra y cemento, y un montón de altas paredes de piedra y espectaculares formaciones geológicas que dan nombre a este paraje. No hay que perderse el baño en la poza con cascada, a modo de jacuzzi natural, que se encuentra tras la pequeña isla de graba que ha creado el río.
5. Cascada de Campillo
En el término de Zaorejas y aguas abajo del conocido Puente de San Pedro, se encuentra la cascada de Campillo, un perdido y desconocido salto de agua de unos 30 metros, que vierte sus aguas desde la antigua piscifactoría a las remansadas por una pequeña presa aguas del Tajo.
Como siempre podremos visitarla a pie desviándonos desde la carretera antes del puente, o subidos en cualquier embarcación, kayak o balsa desde el río. Podemos ver la cascada desde la otra ladera cruzando la presa y también acercarnos a sus aguas bajando por el lateral donde encontraremos una antigua paridera construida en una pequeña cueva llena de estalactitas.
1 comentario
La Guadalajara más desconocida es una auténtica maravilla. No hay más que ver las imágenes.