Recorrido por las playas del Cabo de Gata
Escrito por
24.08.2016
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5min. de lectura
Uno de los mejores lugares para disfrutar de una escapada de playa en España es Cabo de Gata. Este Parque Natural en Almería me gusta especialmente pues no está tan masificado como otros destinos de playa y es uno de estos lugares en los que además de playa y chiringuitos tiene muy cerca zonas de montaña, acantilados y pueblos de casitas blancas con mucho encanto.
En Cabo de Gata no hay muchas zonas con enormes y feos edificios de apartamentos, lo que se agradece. Sí hay muchas casas rurales, campings y algún pequeño hotel cortijo que se ha puesto de moda. En los pueblos tampoco hay infinidad de restaurantes pero sí podemos encontrar algunos lugares peculiares donde comer a un precio razonable.
Es una zona bastante tranquila. Y ojalá siga sin llenarse hasta la bandera de turistas durante mucho tiempo. Pero Cabo de Gata es un lugar que merece la pena conocer, tanto en verano como en cualquier otra época, pues hay algunas playas realmente sorprendentes. Y tiene variedad de opciones para realizar otras actividades en los alrededores.
Tiempo atrás, el acantilado del Morrón Cabo de Gata era conocido como Promontorio de las Ágatas. Esto es debido a que en la zona había gran cantidad de piedras semipreciosas. Se cree que el nombre de Cabo de Gata viene de ahí. También en Rodalquilar hay antiguas minas de oro, hoy en desuso pero visitables.
Aunque parezca increíble, las playas y acantilados de Cabo de Gata tienen origen volcánico. Que nadie espere playas de arena blanca y agua azul muy claro pues lo primero que aprecias cuando llegas es que la arena tiene un llamativo color dorado oscuro. No llega a ser casi negro como en Canarias, pero llama fuertemente la atención.
También el color del agua es más intenso, pasando por turquesas y verdes en función de la luz del Sol. Las pequeñas paredes de piedra volcánica que terminan en el mar junto a la playa crean formas imposibles con pequeños huecos que pueden darnos cobijo cuando pega fuerte el Sol en verano.
Para mi gusto destacaría la Playa de Mónsul, ubicada a unos 4 km de San José. En sus 300 m de largo se han rodado escenas de algunas películas como Hable con Ella, Lawrence de Arabia o Indiana Jones y la última cruzada. En medio de esta playa hay una gran roca de origen volcánico llamada La Peineta. Las vistas desde lo alto son realmente impresionantes. También está la Duna de Mónsul, que cubre de arena un lado u otro dependiendo de cómo sople el viento.
Diferente aunque no menos bonita es la Cala del Cuervo. Aquí la arena está mezclada con algunas piedras, pero el agua es muy tranquila y llegan menos bañistas. Si no te gustan las aglomeraciones ésta puede ser tu playa. Caminando unos minutos sobre un acantilado podremos divisar la Cueva del Cuervo, una increíble e inaccesible gruta donde las aguas se tornan azul turquesa que te dejará con la boca abierta.
En Los Escullos tenemos la Playa del Arco. Se trata de otra playa poco visitada aunque tal vez menos llamativa que las anteriores. Desde los acantilados de origen volcánico que la rodean tenemos unas vistas muy bonitas de varias playas y el mar rompiendo contra las paredes de piedra. Además está el Castillo de San Felipe dominando kilómetros de costa desde lo alto de la Punta del Esparto. En su día fue una de las muchas baterías defensivas que siglos atrás salpicaban las costas para tratar de defenderse de posibles invasiones.
Para llegar a la Cala de San Pedro tendremos que caminar cerca de una hora desde el pueblo de Las Negras. Allí encontraremos algunos campistas y pequeñas viviendas muy rústicas de personas que han decidido vivir en un lugar casi aislado del mundo. También es posible llegar hasta ella en zodiac desde el pueblo, previo pago de unos 6€, o hacerlo para el regreso que apetece menos caminar.
Otras calas poco accesibles son la Cala de Enmedio, que está cerca de Agua Amarga, y la Cala del Plomo. A esta última se puede llegar caminando un rato más desde la de Enmedio. Sin duda estas son las playas a las que merece la pena ir al menos un día para disfrutar de la tranquilidad rodeados de un paisaje fuera de lo común.
Más accesibles son las playas de los Genoveses o la de Barronal. La que no recomiendo tanto visitar es la Playa de San José. Es la zona de costa que más se llena de turistas y familias en busca de un hueco en la arena con sus sombrillas y mesas para comer sin moverse del sitio hasta que se ponga el Sol.
Por último, si te gustan los acantilados y las puestas de Sol, no debes perderte el Mirador de Las Sirenas y el faro de Cabo de Gata. Antiguas chimeneas volcánicas han creado una caprichosa escena de rocas saliendo del agua en un paisaje que mejora, aún más si cabe, al atardecer. A un lado, el faro de Cabo de Gata domina el horizonte avisando a los barcos de peligrosas rocas. Alguna de ellas en su día causó más de un naufragio.
Además de playas y acantilados, en Cabo de Gata tenemos las ya mencionadas minas de oro de Rodalquilar, montañas para practicar senderismo, y una ruta en búsca de las localizaciones de muchas películas rodadas tanto en zonas de playa como en los desiertos que las rodean.
Víctor Ferrando
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