Algunas ideas para hacer en tu tiempo libre:
• La Asociación L’Ablanosa, con el ánimo de potenciar y poner de relevancia los valores culturales, paisajísticos y ambientales de la zona, diseñó esta ruta senderista denominada Camín Encantáu. En ella, se pretende valorizar el entorno cultural y natural de este valle, intercanlando en un itinerario didáctico una serie de tallas de madera que hacen referencia a la rica tradición etnográfica, mitológica y cultural del entorno del Valle de Ardisana. Entre estas tallas podemos encontrar seres mitológicos, personajes tradicionales y costumbristas, y seres entrañables que poblaron este valle. El diseño y la creación de estas figuras de madera es obra del artesano escultor Pedro Bueno, un artista que vive en el mismo Valle de Ardisana y que utiliza su entorno para realizar su obra.
• Por otra parte, el entorno rural, estructurado en torno al río San Miguel, el propio valle y las sierras que lo forman, la vega y los bosques autóctonos que aún se conservan, configuran un mosaico de una gran riqueza ambiental que esta ruta pretende poner a disposición del público aportando, a través de paneles explicativos, la información necesaria para que el visitante comprenda su estructura y sus relaciones con las gentes y el entorno tradicional.
• Es una ruta diseñada de forma circular que parte de la localidad de La Venta, atravesando caminos tradicionales, bosques y zonas de prados y pastizales. Discurre por las localidades de La Venta los Probes, Comezám, Maletería, Palaciu, Ardisana y Ricaliente. Este tramo tendrá una duración de aproximadamente 3h. La vuelta hacia La Venta los Probes se hace por la carretera, aunque está proyectada ya una alternativa que irá siguiendo la orilla del río.
• El Camín Encantáu está dividido en tramos que, a continuación, vamos a detallar explicando un poco las figuras y los paneles informativos de los que se componen. Todas las tallas vienen acompañadas por una leyenda, escrito por el guionista de cine Tom Fernández (La Torre de Suso)
1. Tramo La Venta-Comezán: parte del aparcamiento de La Venta los Probes y discurre en un primer momento por la escollera del río San Miguel. Atraviesa la carretera y asciende por un camino antiguo, a través de bosques de avellanos y de prados y pastizales hasta Comezán, desde donde hay una gran panorámica del valle y la vega.
En este primer tramo nos encontramos en su inicio con una talla que recrea una Reunión de Trasgos: el trasgu según la mitología asturiana es un pequeño duende, que vive en las casas y es feo y travieso. Cuando está enfadado se dedica a revolver la casa, pero, si se le trata bien, hace las labores por las noches.
“Los Trasgos os dan la bienvenida a la ruta encantada. No la llaman así por nada. Está repleta de sorpresas, unas más agradables que otras. Así que tened los ojos bien abiertos y no os salgáis del camino”.
Seguido podemos ver en las instalaciones de la bolera de La Venta los Probes la figura tallada de un Jugador de bolos: los bolos son el deporte tradicional asturiano por excelencia, que se presenta en varias modalidades. En el Valle de Ardisana se practica la modalidad de cuatreada y, actualmente, este deporte está resurgiendo con fuerza, manteniendo viva una tradición que estaba llamada a desaparecer. “Los bolos son como la vida. Hay que tener paciencia, serenidad, decisión y, al final, algo de suerte”.
Seguimos la ruta por la escollera del río San Miguel, donde un panel informativo nos explica El ecosistema fluvial: este río es fruto de la unión de los ríos Riensena y Piedrahita, y es, a su vez, afluente del río Bedón que desemboca en la playa de San Antolín. Es un río de amplia tradición truchera, hoy en regresión, donde todavía acuden numerosos pescadores en la época de veda.
En la ascención a Comezán, a la altura de la Tejera un panel explicativo hace mención a Los Teyeros: en este punto podemos observar la fábrica artesanal de tejas que todavía funciona de manera tradicional. El trabajo en las tejeras fue durante mucho tiempo en esta zona la base fundamental, junto con la ganadería y la agricultura, de la economía familiar. Muchos cabezas de familia y niños iban a trabajar desde la primavera al otoño a tejeras de Castilla o de otros lugares. En esas temporadas llegaron a crear un lenguaje propio o argot llamado xíriga, mediante el cual se entendían entre ellos sin ser comprendidos por sus patrones.
Al final de la subida, ya en Comezán nos encontramos con otro panel, este con información sobre la Geografía rural que podemos observar desde donde estamos: transformación del valle debido a la prolongada actividad ganadera, regresión de manchas boscosas en beneficio de prados y tierras de labor, los efectos de la desforestación, las plantaciones de eucaliptos etc.
En el pueblo de Comezán está la siguiente talla, que representa el personaje de El Sumiciu: este es, según la mitología, un duende muy pequeño que se dedica a hacer travesuras encondiendo las cosas.
“Dicen que no existo, pero cuando falta algo, todos se acuerdan de mí. Mira bien en tus bolsillos antes de seguir tu camino, no acepto reclamaciones. Además no existo…¿o sí?.”
2. Tramo Comezán-Maletería: discurre fundamentalmente entre eucaliptales y bosques de robles y castaños.
En este tramo hay dos paneles informativos. El primero nos explica la panorámica que observamos desde el lugar al que llegamos al final de la ascensión a Maletería. Ante nosotros están las sierras y montañas de Ardisana: la Sierra de Benzúa con los Picos Hibéu y Tebía, las montañas de La Ablanosa, el Moflechu etc. El segundo panel está situado en el pueblo de Malatería o Maletería. Pues bien, este panel se refiere a la historia del pueblo en el que tiempos antes de la guerra civil hubo instalado un hospital para leprosos o malatos, de donde le viene el nombre de Malatería. Además, el panel hace referencia a la iglesia del pueblo y al tejo que la preside, y es un estupendo mirador de los Picos de Europa.
En el mismo pueblo, en un cruce de caminos encontramos la figura del Hombre del Sacu: según la mitología es un hombre con pinta de mendigo que entraba por las noches en las habitaciones de los niños que se portaban mal y se los llevaba metidos en su saco a algún sitio desconocido. Era un leyenda muy utilizada para meter miedo a los niños y que así fuesen buenos.
¿Te asusté?. No, claro que no. De día sois todos muy valientes, ni al Hombre del Sacu le teméis. Pero en éstos bosques es fácil perderse, y no soy lo mas temible que vas a encontrarte”.
3. Tramo Maletería-Palaciu: es el tramo más largo. Comienza con un pequeño tramo de carretera, para posteriormente adentrarse a través de la ería hacia el bosque de Soviña. Este es un bosque de robles y castaños, con grandes zonas de arandaneras que conduce hasta la iglesia de Sta. Eulalia de Ardisana. A partir de aquí, a través de una calzada romana se desciende hasta el pueblo de Palaciu, donde termina el tramo junto a la fuente.
En este recorrido nos sorprenderemos con tres tallas mitológicas que están ubicadas a la orilla del camino, como saliendo al paso del caminante. La primera es El Pataricu, que representa a un gigante con un sólo ojo en la frente y un fino olfato. Dicen que tiene costumbres antropófagas y que devora a las personas que invaden su territorio. La segunda es el Diañu burlón, que es un diablillo menor, grosero y burlón. Hace su aparición por las noches con pesadas bromas dirigidas a los caminantes. Y por último, El Nuberu, que según la mitología es el causante de los desastres metereológicos y provoca las tormentas descargando el agua de las nubes. Dicen que si le haces un favor libra tus tierras de las lluvias tormentosas y las riega cuando hay sequía.
”Soy el Patarricu. Puede que solo tenga un ojo pero te llevo vigilando desde que llegaste. Dicen que me alimento de niños, pero es mentira Solo el día de mi cumpleaños. ¿Adivinas qué día es hoy?”.
“Soy el Diañu Burlón y nunca podrás atraparme. Ni los romanos pudieron y esos sí que eran listos, no como tú. Puedo cambiar de forma y engañarte para que hagas lo que yo quiera. Ay, que tontos sois los humanos”.:
“Soy el Nuberu. Yo mando sobre la lluvia y los vientos. El relámpago es mi látigo y el trueno mi voz. ¿Quieres llegar seco al final de tu camino?. Pues respeta la naturaleza o tendré que enfadarme
4. Tramo Palaciu-Riocaliente: la primera parte discurre por carretera hasta la entrada del pueblo de Ardisana, donde se describe un círculo, para descender hasta Ricaliente por el antiguo camino llamado de la Cruz.
En este tramo nos encontraremos con 6 tallas o figuras. En el pueblo de Palaciu, a lado de la fuente, en un entorno muy rural, está la figura de El Segador, que es un señor que está sentado cabruñando la guadaña para que luego a la hora de la siega esté bien afilada. Esta es un costumbre típica de los pueblos, que ya poco se lleva a cabo. Seguimos hacia Ardisana y allí, en una especie de cueva que hay en las inmediaciones del pueblo, está El Cuélebre. Personaje de la mitología asturiana con forma de serpiente que devora al ganado y a los hombres, y que sólo duerme en la noche de San Juan. Este es el momento en que hay que aprovechar para acabar con él.
“Aquí hasta las güadañas están vivas. Si no cuidas de ellas, ellas dejan de ayudarte”.
Soy el Cuélebre. La serpiente alada que custodia tesoros y princesas. ¿Quieres llevarte el tesoro o a la princesa?. Puedes intentarlo pero ya me he comido a muchos valientes como tú en los últimos tre mil años”.
En el descenso hacia Riocaliente veremos la figura de La Llavandera. Esta ejerce una doble función, por un lado recrea una costumbre muy arraigada en los pueblos, donde las mujeres iban a lavar la ropa a los ríos o a los lavaderos. Por otra parte es un personaje mitológico. Dicen que las lavenderas son viejas que viven en las orillas de los ríos y que se pasan las noches lavando y riendo. Provocan las inundaciones para apagar los fuegos y salvan a los ancianos y los niños. Más adelante aparecerá El Busgosu, que es el espíritu del bosque. Su misión es proteger a los pastores y a sus rebaños. Persigue a los cazadores y ayuda a los caminantes perdidos. Nunca se le consigue alcanzar. Al finalizar el camino, antes de entrar en el pueblo de Ricaliente una talla en forma de mano gigante, La Manona, nos advierte de que el camino está llegando a su fin. Ya en el pueblo de Riocaliente entre el núcleo de hórreos que lo forman (al menos 21 de estas construcciones, que se conservan en buen estado y que datan, en su mayoría, del siglo XVII) está la figura de La Castañera, que es una señora que vende las castañas que lleva en su cesto.
“Si me ves es que las malas noticias no tardarán en llegar. Hoy seré buena contigo, pero otra vez si me oyes cantar mientras lavo la ropa mejor echa a correr”
“Que se detengan los que no respetan la naturaleza y sus leyes. Que continúen su camino los que aún creen en mundos ocultos y seres mágicos.”
“¿Habéis disfrutado de la ruta?. Os vendrían bien unas reconfortantes castañas, ¿verdad?. Y a mi no ser de madera. No te digo”.
Hacia la mitad de este Camino de la Cruz que nos lleva de Ardisana a Ricaliente nos encontramos con la Cruz de los Garabiales, que le da nombre al camino y que data de 1761. Allí un panel explicativo nos informará que este camino por el que vamos, antiguamente, era el sendero por el que se llevaba a los difuntos de los pueblos de Ricaliente, Mestas y alrededores hasta la iglesia de Sta. Eulalia de Ardisana. Al llegar con el féretro a la altura de la cruz se hacía una parada para hacer el relevo y rezar un responso.
5.Tramo Ricaliente-La Venta los Probes: 15 minutos por la carretera.