Menorca siempre enamora. Ya sea invierno, otoño, primavera o verano lo cierto es que siempre hay una muy buena razón para visitar la isla. En esta ocasión, queremos conocer ese lado más tranquilo y calmado que aún es posible encontrar durante los meses de verano. La realidad es que Menorca es una de las islas que más turismo recibe pero aún quedan rincones donde poder descansar, leer un libro o dejar la toalla sin molestar. De todas formas, recomiendo darle una oportunidad en otoño o primavera ya que las aguas siguen estando a temperatura ideal para poder darnos un chapuzón y los caminos y poblaciones se sienten y viven de forma distinta.
Por lo general, todo Camí de Cavalls suele estar relativamente poco frecuentado en comparación a otras zonas como la famosísima e idílica playa de Macarella o Macarelleta. De hecho, es en este patrimonio histórico y bien de interés cultural donde se disfruta ya sea a pie, a caballo o en bici de rutas que rodean toda la pitiusa. Tiene un total de 185 km y quizás sea la mejor forma de conocer y disfrutar la isla a tu ritmo, sin prisa pero sin pausa.
Los tramos y playas de Camí de Cavalls que te dejarán sin palabras
Siempre es complicado escoger y decidir qué se incluye en un listado y lo que se deja fuera. Esta ocasión no iba a ser distinta ya que son muchos los tramos que merecen unas palabras. Cada sendero aporta algo distinto y llena los sentidos de una forma u otra, es por ello que aunque nombremos solo algunos, recomiendo echar un vistazo a las 20 etapas que conforman la totalidad del camino de forma oficial.
¿Cómo conocerlas? Todos estamos a un solo clic de las 20 etapas ya que el Consell Insular de Menorca ha añadido a su página web un mapa interactivo donde aparecen todos los puntos de interés.
Ciutadella – Cap d’Artrutx
El tramo que abarca Ciutadella y la zona de Cap d’Artrutx es uno de los más bonitos, y aún lo es más si se camina al atardecer. Mientras el sol va bajando, las rocas que señalan el camino se van tiñendo poco a poco de tonos amarillentos, anaranjados y rojizos hasta que dan paso a la luz de la luna.
Es un tramo muy sencillo, prácticamente plano y apto para toda la familia. A lo largo de sus 13km de recorrido pasa por carreteras (Ciutadella – Cala Blanca) pero también por caminos de tierra que se pierden entre acantilados (Cala Blanca – Cap d’Artrutx), algunas navetas y el mar. Es en este camino de tierra donde creemos que se encuentra la verdadera belleza, alejados de cualquier núcleo urbano y teniendo muy presente el sonido del Mediterráneo golpeando las rocas una y otra vez.
Es aquí también donde encontramos menos afluencia de personas ya que suelen quedarse en el tramo inicial (el puerto de Ciutadella) o hacia el final del camino (alrededores del faro de Cap d’Artrutx).
Cala Galdana – Sant Tomás (haciendo especial hincapié de Cala Mitjana a Cala Escorxada)
Se le conoce como el tramo número 14 pero aquí haremos un pequeño zoom in en el camino que se desvía y recorre parte del litoral hasta llegar a las calas vírgenes de Trebalúger, Fustam y Escorxada. Llegar hasta estas tres calas es toda una aventura ya que no tienen acceso por carretera y la única opción es llegar en barco o a pie.
Su belleza es excepcional pero están algo aisladas, no tienen ningún tipo de servicio (primeros auxilios, lavabos, vestuarios, etc) y a medida que vamos avanzando por el sendero son menos las personas que nos iremos encontrando.
Resulta fascinante ver aparecer nuevas calas (de Cala Mitjana pasamos a Trebalúger, luego Fustam y por último Escorxada). Se recomienda descubrir este sendero durante el día y así poder darse un merecido chapuzón en las paradisíacas calas que poco a poco se van conociendo.
Binimel.là – Els Alocs
Es el tramo número 6, tiene 9 km y cuenta con bastante desnivel. La dificultad de este tramo es elevada pero también es uno de los pocos que pasan por una costa virgen y muy poco modificada. Es la ruta perfecta para poder descubrir nuevos rincones que quizás no aparecen en las guías como Cala Barril (solitaria y con tan solo 60 metros de largo) o Cala en Calderer (muy poco frecuentada, nudista y de arena blanca y fina).
Son calas vírgenes, se encuentran en uno de los parajes naturales más fascinantes de la isla y no disponen de servicios. Disfrutan de mucha privacidad ya que su acceso es complicado, su terreno es bastante escarpado y para llegar hasta ellas se ha de aparcar en Binimel.là y continuar a pie (durante varios kilómetros).
Vale mucho la pena ya que el paisaje es cautivador y poco a poco se van descubriendo algunas construcciones como la talaia de s’Enclusa (se construyó para evitar el ataque de piratas) o el castillo de Santa Àgueda.
Els Alocs – Algaiarens (centrándonos en el tramo una vez pasada Cala Pilar)
Hasta el momento, todos los tramos mencionados perseguían la costa pero, en este caso, a partir de Cala Pilar nos centraremos en conocer el interior. Sorprende la estrecha relación que siempre ha tenido Menorca con la agricultura y, gracias a esta sección del tramo, se descubren encinas, pozos y varias barracas que se utilizaban para guardar el ganado o incluso refugiarse de la intemperie.
El tramo 7 combina una mezcla de naturaleza (encinas y arbustos), brisa marina, paisaje dunar (Algaiarens y La Vall) y el que es considerado uno de los pájaros más pequeños de Europa, el reietó cellablanca. Su dificultad es media-baja, dispone de zonas de descanso a la sombra y su recorrido total no llega a los 10 km.
Favàritx – Arenal d’en Castell
Toda la zona que envuelve el cautivador faro parece salida de una película. Es más, si tuviera que imaginarme el fin del mundo probablemente sería muy similar. Favàritx es un lugar muy frecuentado por el viento y se ha convertido en una de las imágenes más típicas de Menorca. Y, aunque sea uno de los lugares más fotografiados, lo cierto es que se suele visitar únicamente un rato y no se hace hincapié en conocer sus alrededores o las poblaciones vecinas.
El tramo 3 es de dificultad baja pero es bastante largo (13 km) y une las cercanías del faro con Arenal d’en Castell, o también conocida como “La playa de la Concha de Menorca”. Es un tramo que tiene muchas plantas endémicas, formaciones rocosas, zonas húmedas y las salinas de Mongofra.
Muy cerca encontramos la alejada Cala d’en Caldes, una cala de pequeñas piedras remota y tranquila. Es una playa natural, de difícil acceso y con muy pocos bañistas. Si decides visitarla se recomienda traer agua, comida (ya que no hay restaurantes o servicios alrededor) y quizás alguna hamaca o silla para poder paliar las pequeñas rocas. Por último está la vecina playa virgen de S’Arenalet, aunque para llegar hasta ella sí que nos tendríamos que desviar por otro sendero y tener bastante tiempo o bien llegar en barco o kayak.
La ciudad de los muertos escondida en una cala de Menorca
Cala Morell es mucho más que una playa de aguas turquesas en Menorca. También es una antigua necrópolis con hipogeos de hace miles de años. Se trata de una antigua ciudad de los muertos.
Camí de Cavalls o cómo dar la vuelta a Menorca
Con 185 kilómetros, el Camí de Cavalls es un ruta histórica que recorre todo el litoral de la isla de Menorca. El recorrido pasa por antiguas torres de vigía, así como por playas y calas paradisíacas.
La Isla del Rey, la isla sangrienta de Menorca
Hay un lugar en las Islas Baleares que tiene una historia sorprendente, a pesar de estar abrazado por el puerto de Mahón y no ser más que una pequeña isla dentro de otra isla, Menorca. Es la Isla del Rey, en el sureste de Menorca, y debe su nombre actual al rey Alfonso III. Pero también es conocida como la Bloody Island (isla sangrienta) por los ingleses, ahora veremos por qué.
9 calas en Menorca poco frecuentadas
Estas calas en Menorca se caracterizan por su baja ocupación. Son pequeños paraísos turquesas aislados de la civilización, por lo que para acceder a ellos habrá que caminar por senderos rurales y descender por los acantilados. El premio: un rincón solo para nosotros
