El invierno despierta en todos la esperanza de cambiar y comenzar a disfrutar de nuevas actividades. Es posible que la nieve, los caminos pedregosos y el frío nos animen a aventurarnos por caminos inexplorados. Precisamente por eso, te mostramos las mejores rutas de senderismo que te harán descubrir un invierno lleno de magia.
La senda de ibones de Anayet
Los ibones se hallan en Sallent de Gállego y están localizados junto al antiguo volcán de Anayet, brindando una vista impresionante del Midi d’Ossau. Esta es una ruta clásica (con una dificultad baja/media) muy conocida por su belleza que permite disfrutar de la serenidad de los ibones mientras se admira la imponente montaña. Tiene una duración aproximada de 4 horas y 20 minutos (ida y vuelta) con un desnivel de 650 metros.
Es una oportunidad para reencontrarse con la cara más amable e impactante del invierno. Podrás disfrutar de un manto de nieve pura, un frescor que te hará sentir más vivo que nunca y unas vistas espectaculares.
Para conectar aún más con la naturaleza, te recomendamos que pases la noche en Casa Peinón. Este alojamiento rural está anclado en el tiempo, en Biescas. Este pueblo se encuentra muy cercano al valle de Tena (en el Pirineo aragonés) y es una joya arquitectónica del siglo XVIII. Sin embargo, ha sido restaurada en 1998 para conseguir que los huéspedes viajen al pasado sin perder las comodidades del presente.
Este alojamiento despliega su encanto con un patio ajardinado, una cocina acogedora y un comedor-bodega con chimenea en la planta baja. En el caso de la primera planta, cuenta con una suite y un dormitorio, mientras que la segunda ofrece un refugio con un dormitorio doble y baño. Por último, en lo alto de la tercera, descubrirás un dormitorio bajo cubierta con un encanto particular.
Ruta a la Covacha
Embárcate en una travesía apasionante de 28 kilómetros con 1400 metros de desnivel hasta la desafiante Covacha, que se eleva a 2395 metros de altitud. Los más profesionales recomiendan escoger la ruta que va desde Navalguijo porque te permite ascender hacia la laguna de los Caballeros.
Este entorno natural es impresionante, ya que cuenta con una impresionante cascada que te dejará sin palabras. Eso sí, recuerda que, al llegar a la laguna glaciar, te enfrentarás a una empinada pendiente para alcanzar la cima, por lo que debes dar cada paso con tranquilidad y seguridad. Sin embargo, esta ruta, que resulta desafiante, ofrece vistas panorámicas y una experiencia de lo más gratificante para los amantes del senderismo en invierno.
Para calentarte después de haber conocido el frío de la nieve de primera mano, te aconsejamos hospedarte en el Laboratorio Rural. Este alojamiento, en las entrañas de las montañas cacereñas, te hará sentir en un espacio rural, pero repleto de comodidades. Es el lugar ideal para poder recobrar el calor y descansar los músculos.
Ruta de los acantilados de Barbate
La ruta de los acantilados de Barbate emerge como una sugerencia cautivadora para aquellos que no les gusta tanto el invierno y sorprender a tus seres queridos con un escenario que parece sacado de Juego de Tronos.
Con 12 kilómetros y un desnivel moderado de menos de 200 metros, este camino serpentea con facilidad desde la playa sosegada de Yerbabuena hasta la icónica Caños de Meca, en Cádiz. Atraviesa el Parque Natural de la Breña y Marismas de Barbate e invita a un paseo apacible bajo la sombra de los pinos y la brisa marina invernal que acaricia los acantilados. Sin lugar a duda, es una elección ideal para actividades en familia o, simplemente, para deleitarse con una caminata relajada.
Para pasar la noche y completar el viaje, te aconsejamos los Apartamentos Rurales Maximón. Este alojamiento rural, situado en Caños de Meca, ofrece tres alojamientos en una misma construcción. Están completamente equipados con calefacción, cocina con lavavajillas y lavandería compartida. Además, están localizados en una finca de 5000 m2 con área de relajación con vistas al océano y al faro de Trafalgar, barbacoa y estacionamiento.
Estas tres rutas de invierno se presentan como una oportunidad fantástica para redescubrir algunas de las zonas rurales más bonitas de España. Es una oportunidad para alejarte del estrés de la rutina, escuchar el sonido de los arroyos y sumergirte en un mundo donde lo único que importa es el sonido de los pájaros.
