La estación internacional de Canfranc, muy cerca de la frontera de Huesca con Francia. Por José R. Marqués.
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Solemos pensar en una frontera como la línea que divide dos territorios, señalando los límites de cada uno. Así lo define la RAE. Pero en EscapadaRural preferimos verlas de otra manera. Para nosotros, las fronteras son el territorio que compartimos, las líneas que nos unen con nuestros vecinos.
Por eso, nos hemos puesto a buscar elementos comunes con nuestros países vecinos por las fronteras españolas. ¡Y vaya si los hemos encontrado! Entre otros: puentes históricos que enlazan dos países, una estación de tren que fue un nido de espías, fortalezas y castillos que se han convertido en patrimonio cultural compartido…
Te presentamos este listado de monumentos situados en los límites las uniones de España. Monumentos entre dos tierras, que diría Bunbury. O arte de frontera, como nos gusta llamar a nosotros. ¡Vamos allá!
La pirámide de Bofill y el fuerte de Bellegarde (frontera Girona-Francia)

La primera parada de nuestra ruta nos lleva a la frontera de Girona con Francia. Concretamente, a El Pertús. O Le Perthus, como queramos llamarlo. Porque la frontera franco-española atraviesa este pueblo por la mitad. Aquí podemos cambiar de país simplemente cruzando un paso de cebra.
A las afueras del pueblo, ya en territorio francés, encontramos una obra monumental del famoso arquitecto barcelonés Ricardo Bofill. Se trata de una pirámide truncada, al estilo de las que construían los aztecas, rematada por un monumento que simboliza las cuatro barras del escudo de Catalunya: el Monument a Catalunya. La obra fue un encargo de la Sociedad de Autopistas del Sureste de Francia y se construyó a mediados de los 70, con la idea de escenificar la hermandad entre los dos países tras el fin de la dictadura franquista.
La pirámide da la bienvenida a los franceses cuando están llegando a Catalunya, o la despedida a los catalanes cuando entran en Francia por la Autopista A-8, junto a la que está situada. Para levantarla, se utilizaron los materiales retirados para la construcción de la autopista. Mide 80 metros de alto con una base cuadrada de 100 metros.

No es el único monumento fronterizo que podemos encontrar en Le Perthus. Muy cerca de allí, más próximo todavía a la frontera española, se sitúa el fuerte de Bellegarde. Una imponente construcción defensiva del siglo XVII que durante la Segunda Guerra Mundial fue utilizada por la Gestapo como prisión. El conjunto, declarado monumento histórico por el gobierno francés, solo se puede visitar en los meses de verano e incluye exposiciones sobre su historia.
La estación internacional de Canfranc (frontera Huesca-Francia)

Siguiendo la frontera franco-española hacia el Atlántico, llegamos a nuestro segundo monumento fronterizo. Estamos hablando de la estación de tren internacional de Canfranc, una auténtica joya de la arquitectura palaciega francesa en territorio aragonés, entre las grandes montañas del Pirineo aragonés. Una imagen de auténtica postal con edificio catalogado Bien de Interés Cultural.
La estación se construyó por la voluntad de ambos países de abrir un paso fronterizo por el Pirineo central, mejorando las comunicaciones entre Francia y España. La inauguraron en 1928 el rey Alfonso XIII y el presidente de la República Francesa. La mitad del complejo era española y la otra mitad francesa, tenía todos los servicios por duplicado y letreros en ambos idiomas. Los trenes atravesaban los Pirineos a través del túnel internacional del Somport.
Durante años, la estación de Canfranc fue un hervidero de actividad y sirvió como escenario de numerosas intrigas e historias de espías, especialmente durante la Segunda Guerra Mundial. Tras un accidente en la parte francesa de la línea, en 1970, la conexión internacional se interrumpió y la estación entró en decadencia. El edificio sufrió abandono hasta que recientemente fue remodelado. Ahora se ha convertido en un gran reclamo turístico y se organizan visitas guiadas y visitas teatralizadas. También existe un ambicioso proyecto para recuperar la conexión ferroviaria con Francia.
El puente internacional de Santiago y la pasarela de Hendaya (frontera Irún-Francia)

Otro de los monumentos fronterizos cargados de historia lo encontramos en el límite territorial entre Irún y Hendaya, en el País Vasco. Se trata del puente internacional de Santiago, que cruza el río Bidasoa para unir los territorios español y francés en la parte más occidental de la frontera. Está construido en estilo modernista y se ha convertido durante más de un siglo de historia en símbolo de identidad de la gente que vive aquí.
En realidad se trata de un conjunto de puentes que conectan los dos países en esta zona de la localidad. Hay dos puentes ferroviarios, uno para el tráfico rodado y otro peatonal. Este último es el más reconocido y el que encierra más carga histórica. Se le conoce como puente Avenida. Se inauguró en 1915 pero no se abrió hasta 1918, ya que todavía estaba en marcha la Primera Guerra Mundial. Por él desfilaron los exiliados españoles camino de Francia justo antes de la caída de Irún, y también jugó un importante papel durante la Segunda Guerra Mundial.
En nuestros días, el puente es claramente un lazo de unión entre Francia y España. Numerosos habitantes de ambos lados del río lo cruzan a pie cada día. Los españoles lo usan para pasear, ya que conecta con las pasarelas de Hendaya sobre la desembocadura del río Bidasoa. Un itinerario perfecto para respirar aire puro, desconectar y hacer ejercicio… al otro lado de la frontera.
El castillo-fortaleza de Salvaterra de Miño (frontera Galicia-Portugal)

El castillo-fortaleza de Salvaterra de Miño, también conocido como castillo de Doña Urraca, se ubica muy cerca de la frontera de Galicia con Portugal. Es de origen medieval y está situado en lo alto de un monte, dominando el paso hacia nuestro país a través del río Miño.
Antaño fue una gran fortaleza defensiva y, a lo largo de los siglos, ha sido testigo de episodios históricos relevantes, incluyendo numerosos enfrentamientos entre Portugal y el Reino de Castilla. Aunque, poro otro lado, también se dice que servía como escenario de encuentros amorosos furtivos entre dos culturas. Cuenta la leyenda que el pozo del castillo era en realidad la entrada a un pasadizo secreto, que cruzaba a Portugal por debajo del río.
Hoy en día ya no acoge batallas ni intrigas palaciegas, sino turistas de ambos países y de muchos otros. Está declarado Bien de Interés Cultural desde 1949, se encuentra en un buen estado de conservación y es posible visitarlo. También es la sede del Museo del Vino del Condado de Tea, uno de los más grandes de España dedicados a la enología.
La presa de Aldeadávila (frontera Salamanca-Portugal)

Es una de las obras de ingeniería civil más importantes de España y, en su momento, de toda Europa. La presa de Aldeadávila se sitúa en el curso medio del río Duero, en el tramo conocido como los Arribes del Duero, que actúa como límite natural entre nuestro país y Portugal. Así pues, la presa, aunque pertenece al pueblo de Aldeadávila de la Ribera (Salamanca), fue construida literalmente sobre la frontera hispano-portuguesa.
Se trata de una monumental mole de hormigón de casi 140 metros de altura, que impresiona muchísimo a quienes la visitan. Construirla en ese emplazamiento fue un auténtico reto. La central hidroeléctrica a la que da servicio está excavada en la roca, en un espacio en el que cabría la catedral de León. Se ha identificado tradicionalmente con el franquismo, ya que se levantó en esa época y fue inaugurada por el propio dictador, junto a su homólogo portugués, en 1964. No obstante, la obra trasciende cualquier figura histórica debido a su importancia.
En la actualidad la presa sigue produciendo energía hidroeléctrica, pero a la vez supone un importante atractivo turístico para la comarca. Por sus alrededores discurren distintas rutas de senderismo que tienen impresionantes miradores a la presa y el embalse. Es un paisaje protegido dentro del Parque Natural Arribes del Duero, en el lado español, y del Parque Natural del Duero Internacional, en la parte portuguesa.
El puente romano de Segura (frontera Extremadura-Portugal)

El puente romano de Segura es otra gran muestra de arte de frontera situada sobre la línea divisoria entre España y Portugal. Pertenece al término municipal de Alcántara, uno de los pueblos más bonitos de Extremadura. Allí se ubica su hermano mayor, el puente romano de Alcántara sobre el río Tajo. El de Segura cruza el río Erjas, frontera natural hispano-lusa en este tramo, y por lo tanto es un puente internacional.
Ambos puentes fueron construidos en época del emperador Trajano, a principios del siglo II. Formaban parte de la calzada romana que comunicaba Lusitania con la Vía de la Plata, uno de los itinerarios comerciales más relevantes de la época romana en Hispania. Consta de cinco arcos con bóveda de cañón: los de los extremos son los originales, mientras que los centrales han sufrido alguna reconstrucción. El puente, no obstante, ha conseguido resistir al paso del tiempo para llegar hasta nuestros días en un excelente estado de conservación.
El castillo de Alburquerque (frontera Extremadura-Portugal)

Finalizamos nuestro recorrido buscando monumentos por las fronteras españolas en otra espectacular fortaleza. El castillo de Alburquerque, también conocido como castillo de Luna, se levanta en lo alto de un risco sobre la citada localidad pacense. Resulta imponente y domina el paso fronterizo en esta parte de La Raya (como se refieren popularmente a esta frontera), a medio camino entre Valencia de Alcántara y Badajoz. Sus señas de identidad más destacadas son su impresionante torre del homenaje, sus murallas, su puente levadizo y su iglesia.
El castillo fue edificado a finales de la Edad Media y ha ido cambiando de manos según la época histórica. Es un castillo muy interesante desde el punto de vista histórico y también arquitectónico. Fue declarado Monumento Nacional y Bien de Interés Cultural. Se encuentra en un buen estado de conservación, ya que se reconstruyó tras la guerra civil y se reformó nuevamente a finales de los 90. Es posible conocerlo a fondo a través de visitas guiadas organizadas por la oficina de turismo de Alburquerque.
Miguel Perez
Me encanta el fútbol, leer, viajar, descubrir nuevos destinos y contártelos
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