Navarra para ‘foodies’: 7 planes gastronómicos para este otoño
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08.11.2024
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Navarra es la comunidad autónoma con mayor calidad de vida, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Son muchos los elementos que contribuyen a ello, desde la hospitalidad de sus habitantes, hasta la belleza de sus paisajes, el mimo con el que se preparan los alojamientos y, por supuesto, su rica y diversa gastronomía.
Navarra es un destino para ‘foodies’ por excelencia y, en otoño, lo es todavía más. Es un momento del año en el que podemos participar en experiencias vivenciales relacionadas con la cocina autóctona. Una excelente manera de conocer de primera mano el valor de los productos locales y, por supuesto, ¡degustarlos!
Ir a por setas
Tan sencillo como infalible para pasar una mañana divertida, apta para todos los públicos, en plena naturaleza y, si hay suerte, ¡acabar con una buena cosecha! Y si no encuentras nada de provecho, al menos habrás paseado por entornos espectaculares que lucen colores impresionantes en otoño.
Aunque entre los buscadores de setas no es habitual ‘soplar’ los lugares para recogerlas, te vamos a confesar dos zonas conocidas de Navarra. Por un lado, el Parque Micológico de Ultzama, a 25 kilómetros de Pamplona, en el Bosque de Orgi, con robles milenarios y hayas. La segunda opción es el Parque Micológico Erro-Roncesvalles, con caminos entre preciosos hayedos en el Pirineo.
El secreto de los talos en Amaiur
Una de las comidas más típicas de la gastronomía vasconavarra es el talo. Se trata de una popular torta elaborada con harina de maíz y que se comía, tradicionalmente, en los caseríos. Hoy es uno de los protagonistas de la gastronomía de las ferias y las fiestas de los pueblos y ciudades. Se suelen rellenar de queso, txistorra, panceta… ¡y hasta chocolate como postre!
En el pequeño pueblo de Amaiur, en el Valle de Baztan, existe la posibilidad de conocer de cerca la producción de la harina en el Molino del municipio. Se hacen visitas guiadas al obrador que hoy todavía sigue fabricando maíz ecológico y al antiguo lagar de sidrería, donde también aprenderás sobre la elaboración de esta bebida que es fiel compañera de las comidas en Navarra. Justo en otoño es cuando se están haciendo, en barrica, las sidras de la inminente nueva temporada.
Una cata de vino en un yacimiento romano
El proverbio latino in vino veritas viene a decir que “en el vino está la verdad”. Una buena forma de descubrirlo es volviendo a la época del Imperio Romano, momento en el que era muy apreciado este caldo, concretamente al yacimiento de Santa Criz de Eslava.
La Bodega Eslava nos propone una experiencia de lo más interesante con un recorrido por la historia, conociendo el espacio expositivo del yacimiento, maridado con una cata de vino y explicaciones sobre el proceso productivo, desde la viña hasta la copa.
Un día en una granja de lácteos ecológicos
Los que somos de ciudad solemos lamentar cuánto hemos perdido la conexión con la tierra y con los procesos productivos de los alimentos del sector primario. Ahora podemos acercarnos a conocer la granja de vacas de Lácteos Ecológicos Jauregia, en el pueblo de Aniz, en el Valle de Baztan, para saber el esfuerzo, el trabajo y el mimo que hay detrás de cada queso, yogur, batido y litro de leche. Una buena forma de valorar el producto.
Se ofrecen visitas guiadas ideales para familias (aunque seguro que interesa a otros públicos) que recorren todo el proceso de elaboración del queso, desde el cuidado de los pastos y el ordeño, hasta fabricación y su maduración. Todo con un sello ecológico que garantiza que los animales no están expuestos a químicos ni antibióticos, además de ser un sistema más sostenible, sin apenas uso de piensos. Allí mismo podréis comprar sus productos, seguro que os encantarán.
Entre viñedos, en buggie o 4×4
Una experiencia ‘foodie’ divertida para hacer con los amigos este otoño en Navarra es lo que nos proponen desde las Bodegas Malón de Echaide: un recorrido a bordo de un buggie o de un 4×4 por los viñedos de la finca y en compañía de personal técnico de la cava.
Por supuesto, la actividad a motor y las explicaciones didácticas en el campo solo puede acabar de una forma: visitando la bodega y degustando sus vinos. Se realiza en el pueblo de Cascante, en el sur de Navarra.
Comer en un restaurante con Estrella Michelín
Si tu gran pasión es la gastronomía, ¿por qué no te das un homenaje culinario este otoño en Navarra? Como no podía ser de otra manera en una tierra con tantos productos de primera calidad, son varios los restaurantes con Estrellas Michelín.
Una opción es el Molino de Urdániz, en plena ruta del Camino de Santiago. Dirigido por David Yárnoz, tiene dos estrellas y está en un antiguo caserón navarro. Otra es Rodero, en Pamplona, gestionado por Koldo Rodero y con una Estrella Michelín; cogió los mandos de un restaurante familiar abierto en 1975 y le añadió un toque vanguardista.
También recomendamos, ambos de una Estrella Michelín: Kabo, en Pamplona, de la pareja Aarón Ortiz y Jaione Aizpurua, donde destaca el amor por la huerta y el mimo a sus productos; y Europa, en la misma ciudad, en el hotel con el que comparte nombre y que va adaptando sus platos a cada temporada.
Quesos y cervezas ecológicas junto a la Sierra de Urbasa-Andía
Acabamos esta lista con sugerencias de experiencias gastronómicas para hacer en otoño en Navarra con una propuesta a los pies de la Sierra de Urbasa-Andía, con un paisaje que combina pastos y bosques. En Iturgoyen podéis probar los quesos de oveja Axuribeltz, que comercializan en venta directa y en tiendas locales; además, se puede visitar la quesería e incluso ser pastor por un día, acompañando al rebaño por los prados.
Para calmar la sed, te aconsejamos conocer el proyecto Elkea en Ameskoa Baja, que elabora cerveza ecológica de principio a fin: cultivan la cebada y el lúpulo y después elaboran, en una microcervecería, las cervezas a las que le han puesto la marca Urederra Garagardoak. También producen aceite, legumbres y frutas. Todo en ecológico. Y ya que estás, puedes acabar la jornada gastronómica a las faldas de Urbasa-Andía asomándote al mirador de Lazkua, un impresionante balcón cortado de forma natural.
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Raquel Andrés
Periodista y aventurera. Colaboradora en Escapada Rural, Diari Nosaltres La Veu, La Vanguardia y otros medios. Habitante y amante de las zonas rurales, sea cual sea el destino. Procuro escaparme una vez por semana con las botas de montaña, el arnés o el neopreno. En mi mochila nunca falta saco ni esterilla. Ah, también soy un intento de baserritarra.
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