Para algunos, este titular puede tener algo de clickbait. Y es que, ¿quedan hippies de verdad en la actualidad? ¿Hay alguna comunidad que se base en aquel movimiento social contracultural nacido en los Estados Unidos en los años 60 contra los valores de la sociedad conservadora, la represión, el consumo y el capitalismo? Sin entrar en un análisis profundo de los hábitos de sus pobladores, hay espacios a los que podemos llamar “pueblos hippies” por su forma de vida alternativa.
Son espacios diferentes, mágicos, que suscitan interés por la forma de vida que llevan sus habitantes, por el entorno increíble en el que han asentado su existencia, porque materializan ese pensamiento que todo el mundo ha tenido en algún momento: “¿Y si lo dejo todo y me voy?”. Unos se han convertido en destino turístico de peregrinaje de curiosos, otros mantienen, todavía, un espíritu genuino. Estos son tres de los pueblos hippies con los que podremos volver a los años 60 (¡con permiso de los auténticos de la época!).
La Cala de San Pedro (Las Negras, Almería)
Las Negras es un pequeño y bonito pueblo que ya tiene mucho encanto de por sí: está en el desierto del Cabo de Gata. Cuenta con tiendas y casitas blancas sencillas y de aspecto bohemio, barquitas de pescadores, con bares de lo más animados en los que no es difícil escuchar alguna guitarra tocando de forma improvisada… y una formación rocosa de origen volcánico que da nombre al lugar: el Cerro Negro.
Y muy cerca, pero al mismo tiempo algo lejos, se encuentra la cala de San Pedro, un reducto hippie junto a aguas cristalinas. Solo tenemos dos opciones para llegar a este pequeño paraíso: caminando, a través de una senda que sale del pueblo de Las Negras y que nos llevará una hora (son 5,3 kilómetros con 100 metros de desnivel), o bien en lancha privada desde la playa en un viaje de unos 15 minutos. Lo más habitual es ir a pie, y es que si queremos conocer una vida alejada del consumismo más agresivo, ¿por qué no empezar por nosotros mismos y desprendernos de motores impulsados por petróleo? Además, ¡el paseo tiene unas vistas espectaculares!
Pocas personas viven aquí de forma permanente, con molinos rudimentarios y huerta ecológica
Por el camino nos encontraremos con mucha gente, más o menos cargados, ya que es frecuente que los turistas aprovechen la visita para quedarse el fin de semana, alojados en una modesta tienda de campaña y cargando con los bártulos y víveres necesarios para ese tiempo. Tened en cuenta que es un espacio nudista que busca el menor impacto ambiental posible, por lo que existen, por ejemplo, baños secos. Pocas personas viven aquí de forma permanente, con molinos rudimentarios y huerta ecológica. En verano se masifica, así que es recomendable ir en una época con menos turistas para disfrutar del espacio de una manera más relajada.
Turballos (Alicante)
El interior de la provincia de Alicante es conocido por albergar pequeñas aldeas con motivos hippies, la mayoría de británicos y otras procedencias que decidieron cambiar sus lugares de origen por una casita en el campo a pocos kilómetros de la playa. Entre esta especie de pueblos hippies destaca Turballos, a los pies de la sierra de Benicadell.
De calles empedradas y casas de estilo tradicional, Turballos renació, tras el éxodo rural, a finales de los años 70. Entonces, todo estaba en ruinas y se recuperó con trabajo y formas de construcción tradicional. Su impulsor, Vicent Micó, fue con otras personas a crear una comunidad basada en el pacifismo, el ecologismo y la autosuficiencia.
Los pobladores de Turballos viven del trabajo manual, vendiendo artesanía y haciendo trueques de productos del campo con otras comunidades similares. Aquí la comida es vegetariana y se intenta reciclar todo al máximo
En la actualidad este pueblo hippie tiene 18 casas y una humilde iglesia prerrománica que está abierta a personas de todas las religiones y es punto de atracción de personas que participan en los talleres y retiros que organizan los mismos habitantes. Tiene un carácter algo religioso, ya que se reúnen varias veces en la iglesia para orar o meditar.
Los pobladores de Turballos viven del trabajo manual, vendiendo artesanía y haciendo trueques de productos del campo con otras comunidades similares. Aquí la comida es vegetariana y se intenta reciclar todo al máximo, también lo que desechan otras personas, para reducir todo lo posible la dependencia económica.
Beneficio (Granada)
La Alpujarra granadina es otro lugar conocido por sus pueblos hippies pintorescos con habitantes que en su día lo dejaron todo en busca de una vida más tranquila. Algo parecido hizo de forma célebre el exbaterista de Génesis, Chris Stewart, quien se estableció en un cortijo de la zona con su familia y narró sus peripecias en una serie de libros que empezó con Entre limones.
No muy lejos, en las inmediaciones de Órgiva, se encuentra uno de los pueblos hippies más grandes de España y de los más antiguos de toda Europa: Beneficio. Aunque ha vivido algunas polémicas e intentos de desmantelamiento, sigue existiendo 50 años después de comenzar su andadura.
Pampaneira, el pueblo de La Alpujarra por donde discurre el agua
Situado a más de 1.000 metros de altitud en La Alpujarra granadina, por las acequias del centro del pueblo de Pampaneira discurre el agua del deshielo de Sierra Nevada
Aquí se asentaron a finales de los 70 personas de diferentes profesiones y procedencias, queriendo dejar atrás un sistema de consumismo voraz. Los primeros llegaron de Ibiza, cuna del movimiento hippie en España. Hoy conviven en este espacio unas 200 personas en chabolas, tipis, caravanas y tiendas de campaña que se organizan y resuelven posibles conflictos en asambleas diarias. La lengua oficial es el inglés y solo puede hablar quien esté en posesión del “bastón de la palabra”.
Los habitantes se aseguran de que nadie les siga, ya que Beneficio es algo así como un lugar secreto al que solo se puede llegar siguiendo una senda, así que no te molestes en buscarlo en Google Maps
Sus habitantes se bañan en el río, cultivan una huerta e intentar ganar algo de dinero para los gastos imprescindibles vendiendo artesanía, productos de agricultura ecológica o incluso tocando la guitarra en algún pueblo cercano. Siempre se aseguran de que nadie les siga, ya que Beneficio es algo así como un lugar secreto (aunque muy conocido por los locales) al que solo se puede llegar siguiendo una senda. No aparece en los mapas, así que no te molestes en buscarlo en Google Maps.
La mayoría de los pobladores de Beneficio son vegetarianos y no está permitido beber alcohol ni consumir drogas duras. Tampoco se puede tener armas. Como en la conocida la Ciudad Libre de Christiania de Copenhague, está prohibido hacer fotos.
El Fonoll: una aldea abandonada reconvertida en pueblo naturista
Para entrar a El Fonoll hay que quitarse la ropa. No están permitidas las fotos sin autorización y hay que ser tolerante con las ideas políticas y religiosas de los demás. Estas son algunas de las normas de convivencia que hay que seguir para conocer el primer pueblo naturista de España, creado por Emili Vives y Núria Espinal en 1998 en una aldea abandonada de Tarragona.