Cervera del Maestre, el pueblo multicultural que cada año tiene más vecinos

Cervera del Maestre es un pequeño pueblo del interior de Castellón. Está en la comarca del Baix Maestrat, no muy lejos de la costa, en la zona donde se concentran más olivos milenarios del mundo. Sin ser un lugar especialmente turístico -al menos, no tanto como otros municipios cercanos y masificados como Peñíscola-, llama la atención que sus cifras de empadronamiento siguen una evolución positiva desde hace pocos años. Una tendencia que choca con la habitual en las zonas rurales, tan afectadas por el despoblamiento paulatino. Nos adentramos en este bonito pueblo que se erige como paradigma en la lucha contra la “España vaciada”.

Según datos del Instituto Nacional de Estadística, en 1996 había 746 habitantes; con el paso de los años, la cifra no dejaba de caer, hasta llegar a su mínimo el año 2020, con una población de 557 personas. Entonces, todo empezó a cambiar. En 2021, había 20 vecinos más; en 2022, llegaron a ser 593. Llama la atención un dato: en una población tan pequeña, unos 250 habitantes (alrededor del 30% del total) son extranjeros de una veintena de nacionalidades: son de Alemania, Suiza, Colombia, Cuba, Estados Unidos, Francia, Irlanda, Italia o Japón. Como vemos, un pueblo de lo más multicultural. ¿Por qué han elegido Cervera del Maestrat como destino vital?

De jubilados en busca de sol a jóvenes que inician un nuevo proyecto vital

Dani Cervera, técnico del Ayuntamiento, explica que la llegada de personas extranjeras al pueblo comenzó a finales de los años 80. Muchos aterrizaron primero en el turístico Peñíscola y, buscando una zona más tranquila, y a la vez, cercana al mar, acabaron en Cervera del Maestre porque “se enamoraban del pueblo y de su entorno”. Al principio, casi todos tenían el típico perfil de jubilado que buscaba una segunda residencia en un lugar con buen clima y precios más baratos para disfrutar más de sus pensiones (y sí, está cerca de la playa: a unos 20 minutos en coche).

En la actualidad, sin embargo, esto ha cambiado. Muchos ya son jóvenes que llegan para trabajar, con niños pequeños, y con la voluntad de iniciar un proyecto vital de larga duración. Gracias a ellos, el consistorio ha podido contratar a más profesores en la escuela y aumentar la plantilla médica del consultorio.

El secreto para atraerlos, según revela Cervera, es trabajar en políticas de integración para extranjeros como las que se han llevado a cabo desde el Ayuntamiento: se promueven jornadas de acogida a nuevos habitantes con explicaciones de los espacios y servicios del pueblo, se fomenta la participación en la vida social y se imparten de manera gratuita clases de castellano y valenciano, entre otras medidas.

Una cálida acogida y ganas de involucrarse en la vida del pueblo de los extranjeros

En uno de esos encuentros surgió la idea de crear la asociación El Mundo Unido, cuya presidenta es la hispano-suiza Maria Isabel, que se expresa en un castellano muy fluido. Hija de madre de Barcelona y de padre de Suiza, conoce la zona desde hace décadas porque tenían una casa familiar en Peñíscola. La acabaron vendiendo, pero tanto ella como su madre querían seguir viviendo en España; así decidieron comprar una casa en el pueblo de Cervera del Maestre, donde llegó en 2018. “El trabajo en Suiza estaba muy mal”, recuerda, y ante un conflicto laboral en el que se vio inmersa, dice que no soportó la situación porque era “invivible” y decidió mudarse al interior de Castellón.

No conocía a nadie, pero le atraía “el castillo, el mar, las montañas, la tranquilidad, poder salir de casa y pasear por el campo, ver el sol. Me enamoré. La calidad de vida que hay aquí no la encontraba en Suiza”, afirma. Tiene 62 años y, aunque disfruta de una jubilación anticipada en el país helvético, sigue haciendo faenas como arqueóloga autónoma porque asegura que todavía tiene mucho que aportar. Colabora, por ejemplo, haciendo talleres en el Museo de la Valltorta, en el cercano pueblo de Tírig, dedicado a la conservación, estudio y divulgación del arte rupestre valenciano.

Maria Isabel llegó sola, pero hoy ya conoce “a un montón de gente”. Valora que los nativos de Cervera del Maestrat “son muy amables y acogedores y eso hace mucho cuando vienes de fuera. Cuando te ven, te hacen muchas preguntas: ¿De dónde vienes? ¿Tienes casa aquí? Como es un pueblo tan pequeño, enseguida sabemos quién viene de fuera”, observa. A la buena acogida de los habitantes y a las iniciativas del Ayuntamiento, se le suman las ganas de contribuir a la vida del pueblo de la mayoría de los extranjeros. Y es que los miembros de la asociación El Mundo Unido participan mucho en las costumbres y en las fiestas, como asegura la hispano-suiza.

Una visita imprescindible: los olivos milenarios de Cervera del Maestre

La fisonomía de Cervera del Maestre ya es un atractivo y un aliciente para visitarlo, donde no faltan sus calles estrechas y empedradas, su castillo en alto y un entorno agrícola en el que predominan los olivos; muchos de ellos son milenarios, en la comarca que más ejemplares ostenta de todo el mundo.

Hablamos del llamado Territorio Sénia, una alianza entre municipios de tres comunidades autónomas -Aragón, Cataluña y Comunidad Valenciana- que tiene inventariados hasta 6.358 de estos árboles monumentales. Nos propone diferentes planes como rutas a pie o viajes gastronómicos para acercarnos a un tesoro agrícola de este y otros pueblos de los alrededores, como Santa Bàrbara, Alcanar, Godall, Canet lo Roig, Traiguera, Sant Jordi, La Jana, Benicarló o Ulldecona.

En Cervera del Maestre podemos encontrar el Centro de Interpretación Molino de Aceite, que está declarado Bien de Interés Cultural (BIC) y que es todo un templo dedicado al aceite. No olvidemos que para que sigan tan bien cuidados y conservados estos paisajes agrícolas, es fundamental el trabajo de los agricultores que los miman, así que no dejéis de llevaros a casa un recuerdo de lo más sano y sabroso como es el aceite de esta zona, con el que además contribuiréis a su desarrollo rural.