La Tallada d’Empordà, cuatro pueblos en uno

Algunos han tenido la suerte de “tener pueblo”, que es lo que decían muchos de niños o niñas cuando llegaba el verano y se marchaban unas semanas a experimentar la mayor sensación de libertad que se podía tener a esa edad: estar varias horas sin la supervisión de adultos –o mejor dicho, de los adultos de la familia, porque siempre había alguien por la calle que les echaba el ojo-, hacer trastadas típicas de la edad, relajar la rigidez de los horarios de las comidas y de las cenas…

Otros, en cambio, les miraban con una mezcla de envidia y tristeza mientras se quedaban solos en la ciudad, intentando ahogar el calor en la piscina municipal con algún vecino que no le acababa de caer bien o con el primo que no soportaba y que, ahora, se convertía en el aliado necesario para combatir la soledad del verano de los sin pueblo.

También están aquellos que, lejos de cumplir aquello de que “en el equilibrio está la virtud”, tenían más de un pueblo: el de cada progenitor. Y todavía más: los hay que vienen de pueblos que son varios pueblos a la vez, pueblos que tienen varios pueblos en uno. ¡Casi nada! Y para prueba un botón. Hoy nos acercaremos a uno de ellos, al curioso municipio de La Tallada d’Empordà, que en realidad lo conforman cuatro pueblos: La Tallada d’Empordà, Canet de la Tallada, Marenyà y Tor.

Cuatro pueblos con sus cuatro iglesias

Nos vamos a la comarca del Baix Empordà, en la provincia de Girona. Concretamente, a un tranquilo rincón rural llamado la Plana del Baix Ter, río que hace de límite geográfico natural en la parte más meridional del municipio. Pese a tener cuatro partes bien diferenciadas, entre todas apenas suman 480 habitantes en una superficie de 50 kilómetros cuadrados.

Si algo caracteriza a todo pueblo de la España rural es la iglesia, antiguo espacio de encuentro de personas y que hoy es, para la mayoría, un lugar de visita por su interés arquitectónico e histórico. Pues bien, los cuatro pueblos tienen su templo propio, separados entre sí por apenas seis kilómetros de distancia.

Otro de los rasgos propios de todo pueblo que se precie son sus fiestas. Y lo bueno de tener cuatro pueblos en uno es que… ¡Cada núcleo urbano tiene su propia fiesta mayor en La Tallada d’Empordà! ¡A bailar por cuatro, se ha dicho! Así es cada uno de ellos:

–Marenyà. Sería el origen de los cuatro núcleos, ya que aquí se han encontrado los restos arqueológicos más antiguos de establecimiento de todo el municipio, que dataría de los tiempos de los íberos. En esta parte se encuentra la iglesia de Sant Esteve de Marenyà, originaria del siglo XI.

–Tor. Sería el segundo núcleo de población más antiguo del conjunto, en cuyo casco histórico hay casas con portales adovelados. La construcción más representativa es la iglesia de Sant Climent, de estilo románico.

–Canet de la Tallada. Tradicionalmente era una agrupación de las típicas casas de pagés del mundo rural catalán, pero en los últimos años ha crecido paulatinamente su número de habitantes y se ha consolidado un núcleo urbano. Aquí está la iglesia de Sant Mateu de Canet, de estilo gótico, que solo tiene una nave con capillas laterales. Además, en este pueblo podemos ver los restos de un aeródromo de la Guerra Civil española, un acercamiento a la historia más reciente (y que no debería repetirse).

–La Tallada d’Empordà. Dicen que tendría su origen en el castillo que hay en su centro histórico, donde hoy todavía podemos contemplar parte de la muralla y de las torres de defensa que había en la época medieval, así como la antigua puerta de entrada a la fortaleza, su capilla y el fosar, hoy convertido en un paseo. En la actualidad, estos vestigios del pasado se han integrado en las construcciones donde vive la gente.

En esta parte está la iglesia románica de Santa María, que data de los siglos XII y XIII. Aunque hemos dicho que todos los pueblos tienen su propia fiesta, sería la del núcleo de La Tallada d’Empordà la más importante de todas, que se hace el último sábado de junio. Lo bueno de estar tan cerca es que ¡todo el vecindario se junta en las celebraciones de cada núcleo!

¿Qué hacer en los alrededores de La Tallada d’Empordà?

Recorrer los cuatro pueblos, aunque están muy cerca, nos puede ocupar un día entero si nos dedicamos a ello con calma y contemplando sus paisajes. Además, en su entorno hay varios tesoros naturales que no deberíamos perdernos en este peculiar pueblo que se multiplica por cuatro. Uno de ellos es la Reserva Natural de Fauna Salvaje de la isla de Canet, un espacio que forma el río Ter a su paso por el pueblo del mismo nombre; se puede pasear por él a través de varios itinerarios señalizados y sencillos, que llevan por bosques de ribera con sauces, olmos, chopos y fresnos, además de poder observar a diferentes aves.

A poca distancia y siguiendo el curso del río Ter hacia su desembocadura, podemos acercarnos al Parque Natural del Montgrí, las Islas Medes y el Bajo Ter, junto a L’Escala (¡no os olvidéis de comer sus famosas anchoas!). Aquí hay muchas rutas de senderismo para hacer a pie y en BTT, además de tener playas salvajes de gran belleza y algunos de los mejores puntos de inmersión para practicar buceo en el Mediterráneo. Otro punto cercano que es de visita obligatoria para los amantes de la historia es la ciudad grecorromana de Empúries, con un importantísimo conjunto arqueológico.

Si os gusta el cicloturismo, llevad la bici o alquilad una en destino porque la ruta por la Tierra de Tramuntana nos ayudará a descubrir a dos ruedas y sin prisas núcleos urbanos que se nos pasan por alto cuando vamos en coche. Es un recorrido circular sin dificultad de 19 kilómetros que pasa por los municipios de Albons, La Tallada d’Empordà, Bellcaire d’Empordà y Verges. En dos horas, con calma, podemos completar la ruta que nos invita a explorar sorprendentes núcleos medievales que pertenecieron al viejo condado de Empúries. Un destino de lo más peculiar para descubrir cerca de la costa de Girona.