Montse Vi So 1 opinión
5559a6d3a71d7 https://www.escapadarural.com/opinion/perfil-usuario/5559a6d337613"Sorprendente, para bien"
Llegar a La Casona de los Güelitos no es fácil: o la estás buscando a propósito o eres de los que gusta de perderse por pequeños caminos. Si bien es cierto que está muy cerca de la Cueva del Altamira, la casona está escondida.
La Casona de los Güelitos es una casona típica cántabra, como hay muchas en la provincia, grande, de piedra, maciza y con un patio interior de ensueño, que para mí lo quisiera.
Nosotros fuimos allí solo a desayunar y salimos encantados.
Nada más entrar y aparcar te das cuenta de que cuidan el sitio al detalle porque los setos que rodean el pequeño aparcamiento están podados al milímetro, con gusto; al salir del coche sabes positivamente que están en un sitio en el que se preocupan de todo.
El patio interior de la casona es precioso.
La casona está montada con gusto, al estilo tradicional y para que te sientas como en casa, con su chimenea, su gramola... Es una delicia.
Desayunamos en el porche acristalado, que es una pasada. Sencillo pero cuidado, acogedor.
Nada más sentarte te ponen una jarra con zumo de naranja natural. Y añaden una bandeja inmensa de tostadas de panes caseros, variados y deliciosos, junto con bizcocho y sobaos, también caseros. Para beber tienen de todo, incluso opciones veganas (dos de los comensales lo somos). Y para los no veganos huevos recueltos, de los ricos, de los bien hechos.
Lo más sorprendente fue el precio: 4 € por persona. ¡4 € por persona! No es broma.
Y los dueños son un encanto, simpáticos, agradables, muy preocupados por su establecimiento, profesionales.
Siempre que vaya a Cantabria volveré.
La Casona de los Güelitos es una casona típica cántabra, como hay muchas en la provincia, grande, de piedra, maciza y con un patio interior de ensueño, que para mí lo quisiera.
Nosotros fuimos allí solo a desayunar y salimos encantados.
Nada más entrar y aparcar te das cuenta de que cuidan el sitio al detalle porque los setos que rodean el pequeño aparcamiento están podados al milímetro, con gusto; al salir del coche sabes positivamente que están en un sitio en el que se preocupan de todo.
El patio interior de la casona es precioso.
La casona está montada con gusto, al estilo tradicional y para que te sientas como en casa, con su chimenea, su gramola... Es una delicia.
Desayunamos en el porche acristalado, que es una pasada. Sencillo pero cuidado, acogedor.
Nada más sentarte te ponen una jarra con zumo de naranja natural. Y añaden una bandeja inmensa de tostadas de panes caseros, variados y deliciosos, junto con bizcocho y sobaos, también caseros. Para beber tienen de todo, incluso opciones veganas (dos de los comensales lo somos). Y para los no veganos huevos recueltos, de los ricos, de los bien hechos.
Lo más sorprendente fue el precio: 4 € por persona. ¡4 € por persona! No es broma.
Y los dueños son un encanto, simpáticos, agradables, muy preocupados por su establecimiento, profesionales.
Siempre que vaya a Cantabria volveré.
Estuvo en Mayo 2015, con amigos
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Limpieza
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Trato del propietario
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Entorno
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Equipamiento
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Relación calidad/precio
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Calidad del sueñoNo indicado
