Los amantes de los deportes de invierno pueden estar contentos, porque aunque este año esté costando un poco más, ya hay nieve en algunos puntos de la península. Siempre he sido muy fanática del esquí y todo lo que envuelve su práctica, pero lo cierto es que en muchas ocasiones, no hace falta saber esquiar para poder ir a una estación invernal.
Las estaciones de esquí suelen ser mucho más que lugares a los que se va a esquiar. Son puntos en los que se pueden practicar otras actividades, como dar un paseo en raquetas de nieve, o incluso probar riquísimos platos en lo alto de una montaña o bajo las estrellas. También se puede dar una vuelta en telecabina, o quizás saber qué se siente montando en un trineo de perros. Estas y otras muchas más actividades son solo algunas de las sorpresas que esconden varias estaciones de esquí por toda la península. ¿Te animas a descubrirlas?
(Recomendamos reservar con antelación para que cuando llegues esté todo planeado).
La Molina (Girona)

A tan solo 150 kilómetros de Barcelona, en La Cerdanya gerundense, encontramos un dominio esquiable que resulta ser mucho más que una estación de esquí. La Molina ofrece gran cantidad de actividades que se salen de lo tradicional y que abren sus brazos a un perfil muy diverso con algo en común: el amor hacia la nieve y la naturaleza.
Entre las actividades que proponen destacan varios circuitos, en los que realizar excursiones con raquetas de nieve o vivir nuevas sensaciones bajando por las pistas de esquí en tándem (sin necesidad de saber esquiar). Ambas resultan experiencias bastante originales para poder disfrutar del entorno desde otro punto de vista.
También llama la atención la posibilidad de dar un paseo en el telecabina Cadí-Moixeró, pudiendo así conocer de forma panorámica y desde las alturas el magnifico entorno natural de la estación. Otra opción es simplemente aventurarse a descender en trineo o tubbing por alguno de los toboganes con toda la familia, o animarse a realizar una ruta en Segway. Hay mucho más, como un novedoso snow scape, que puedes descubrir y reservar en su página web oficial.
Baqueira Beret (Lleida)
Baqueira Beret, la estación de esquí de la Val d’Aran (Lleida), alberga un circuito en el que poder descubrir tus habilidades al volante en terrenos deslizantes. ¿Te imaginas derrapando en la nieve o conduciendo en hielo? Sin duda, se trata de una experiencia única donde se aprovecha el entorno y se enseñan técnicas de conducción extrema en terrenos menos conocidos e impredecibles.
La experiencia va más allá de la conducción e incluye una clase teórica, la clase práctica (conducción) y una comida en el original Moët Winter Lounge. Un espacio gastronómico donde los amantes del champagne y la comida selecta pueden llegar ya sea esquiando o desde el parking, gracias al telesilla Jorge Jordana. ¡Como lo lees, no hace falta que estés esquiando para poder llegar!
Grandvalira (Andorra)
Grandvalira hace que nos traslademos a nuestro país vecino, Andorra, para poder conocer algunas de las experiencias más originales que se pueden vivir en la nieve. Se trata de una de las estaciones de esquí más grandes del Pirineo y ofrece desde excursiones en moto de nieve (diurnas y nocturnas) y largos paseos en trineo de perros, hasta bajadas por un tobogán de más de 555 metros (Magic Gliss), tirarse por tirolina (alcanzando los 80 km/h) o celebrar un après-ski en l’Abarset. En este espacio, música, gastronomía y naturaleza se unen para amenizar las tardes después de una jornada de nieve.
Por último, y sin irnos muy lejos, en la misma Andorra pero en Ordino Arcalís, sorprenden las cenas nocturnas bajo las estrellas en Borda de la Coma (a 2.200 metros de altitud). Esta experiencia permite no solamente cenar en un entorno y ambiente fuera de lo común, sino que, además, la subida al restaurante se hace con un vehículo que recuerda a una mezcla entre una oruga y un trineo/remolque.
Formigal-Panticosa (Huesca)
Formigal-Panticosa, en la comarca oscense del Altó Gállego, es una de las estaciones más conocidas de España. No es de extrañar, ya que ofrece un dominio esquiable que llega a los 182 kilómetros, con infinidad de actividades para todos los públicos y gustos.
Entre sus propuestas más especiales se encuentra la experiencia única de dormir en un iglú/burbuja a 1.800 metros de altitud y rodeado de naturaleza, el cielo estrellado y saborear la gastronomía típica del valle de Tena. ¡Una forma muy original de vivir una aventura en la nieve!
Otro planazo a la luz de la luna puede ser el tobogganing: descender en trineo clásico (de madera, el de toda la vida) por una pista iluminada. Es una experiencia que te eleva al siguiente nivel. Comienza cuando todos los esquiadores se han ido, teniendo acceso a los telesillas cuando nadie más lo tiene, saboreando una rica cena y por último disfrutando de una bajada de unos 2,5 kilómetros.
Sierra Nevada (Granada)
Sierra Nevada también ofrece actividades de lo más variopintas. Entre ellas, una experiencia que pocas estaciones de esquí presentan: la posibilidad de conducir una máquina pisa pistas acompañado de un conductor profesional especializado. Sí, has leído bien, podrás bajar las pistas viviendo una aventura que pocas personas han experimentado, a la vez que se conocen algunos de los secretos para poder conducir una máquina de tales magnitudes.
Otra de las actividades estrella es el conocido trineo ruso. Una montaña rusa en la nieve con rectas, bajadas y curvas donde la diversión está más que asegurada. Se puede bajar solo o acompañado, y es una buena forma de adentrarse al mundo de la nieve junto a toda la familia y sin la necesidad de ponerse unos esquís. Está en el Mirlo Blanco, epicentro para la diversión familiar en la nieve.
Cerler (Huesca)

Cerler es conocida por ser una estación familiar y una muy buena opción para hacer una primera toma de contacto con el esquí. Se ofrecen forfaits especiales para la zona de debutantes pero, como en este artículo se dan alternativas al esquí, también se puede acceder a la nieve y a las pistas sin necesidad de esquiar. ¿Cómo? La estación cuenta con tickets especiales para poder subir a telesillas (Telesilla Batisielles) y conocer el dominio desde las alturas, circuitos de raquetas de nieve (3 km), zona de trineos con cinta remontadora incluida y posibilidad de aprender a conducir motos de nieve.
Pero no todo van a ser actividades diurnas o físicas. Desde la estación también se organizan cenas a más de 2.000 metros de altura con la comida típica del valle de Benasque. Tienen lugar en la cabaña El Bosque y para llegar hasta ella se utiliza una máquina ratrack con cabina cubierta. Otra experiencia apta para todos y con la que poder descansar las piernas por un día.
Alba Feliz
Redactora, productora audiovisual y graduada en turismo y dirección hotelera. Creo firmemente que viajar abre la mente y permite conocer otras realidades que quizás desconocemos. Me apasiona la fotografía analógica (la de toda la vida) y darle una oportunidad a los destinos menos conocidos.
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