El Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas alberga magníficos tesoros escondidos que, en la mayoría de los casos, sólo son conocidos por los lugareños. Es el caso del mirador del Portichuelo, desde donde divisar el pueblo al que pertenece, Siles, así como el manto de naturaleza que lo abraza.
En esta zona del espacio protegido no faltan los balcones paisajísticos. Prueba de ello es la imponente cumbre de la peña del Cambrón. Sin embargo, este mirador es, además de estratégico, muy coqueto. Es una caseta techada construida en madera y sostenida sobre seis pilares de piedra que se integra perfectamente en la naturaleza. Para subir hasta ella hay habilitada una rampa que posibilita el acceso a personas con movilidad reducida.
El porqué de su nombre es bien sencillo: su situación. Está en el collado del Portichuelo que separa las vistas de la Villa de Siles con las vistas de la Vega de Castrovayo.
Si bien se puede llegar hasta él en coche, el disfrute es mayor si se completa el recorrido a pie. La sencilla y cómoda ruta de senderismo -de unos cinco kilómetros ida y vuelta– no está señalizada como tal pero no tiene pérdida.
Da comienzo en el propio municipio jiennense de Siles. Concretamente, en la residencia de mayores, en el número 64 de la calle Doctor Vigueras o JV-7011. Una vez finalizada esta calle, da comienzo una pista forestal en muy buen estado. Después de unos cinco minutos de camino, debemos girar a la izquierda en la bifurcación tomando la pista definitiva que no deberemos abandonar en ningún momento. Con su continua pero leve pendiente positiva, nos acercará, en unos treinta minutos, a nuestro destino.
El camino es una delicia para los sentidos. Con la vigilante cumbre de El Puntal acompañándonos en todo momento y con unas asombrosas vistas que alimentan la retina. Cualquier punto es idóneo para detener el paso, tomar resuello -si fuera necesario- e inmortalizar la verde y abundante frondosidad de la sierra.
Dado el buen estado que presenta la senda que conduce al mirador del Portichuelo, se puede recorrer en cualquier época del año. Sólo hay que tener en cuenta que, al estar desprovista de sombra, si se realiza en periodo estival y en las horas centrales del día, se debe llevar protección solar, agua y gorra para evitar una insolación.
Una vez alcanzada la meta, sólo queda disfrutar de las vistas que premian el esfuerzo. Un premio en forma de postal con la localidad de Siles en el punto central y la vasta masa arbórea de pino segureño, olivar y demás flora autóctona como marco vegetal. A lo lejos, las cadenas montañosas más elevadas. Una escena de verdes y azules que adquiere un tinte aún más especial si se visita cuando el astro rey comienza a decir adiós.
Para aquellos que quieran continuar bebiendo naturaleza, si se continúa la JV-7011 se alcanzan otros dos de los miradores que observan Siles: el mirador de la Rayuela y el mirador de las Fresnedillas.
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