El turismo rural hace mucho que dejó de ser una tendencia para convertirse en una de las opciones más recurridas a la hora de montar las vacaciones. Poco a poco, el mapa de España se ha ido llenando de pequeños lugares que antes apenas contaban, pero que se han revelado como destinos súper interesantes. Ahora resulta que son tantas las posibilidades que lo complicado es acertar.
¿Cómo elegir entre tanta oferta? ¿Qué lugar será el más apropiado? ¿Dónde disfrutaremos más? Si alguna vez te has hecho estas mismas preguntas, te puedo explicar cómo lo hago yo: así escojo siempre el destino ideal para una escapada rural perfecta: respondiendo a estas cinco preguntas que siguen:
¿Qué te apetece hacer en tus días de vacaciones?
Las vacaciones son para disfrutar del tiempo libre que normalmente no tenemos. Por eso, hay que aprovechar bien. El turismo rural puede ser lo que tu quieras. Lo mejor es pensar antes en qué nos apetece, cómo queremos ocupar los días, qué actividades nos gustaría hacer: senderismo, visitar alguna ermita espectacular, tal vez alguna atracción paisajística como una cascada, observar aves o disfrutar de la gastronomía…
Muchos destinos rurales conviven con el turismo activo. Tienes la posibilidad de ir a buscar setas o despertar tu instinto más aventurero con actividades de equitación, rafting, parapente, puenting, etc. Si lo que te apetece es disfrutar de la adrenalina, entonces, lo mejor es tirar siempre hacia destinos de montaña.
Quizá, en otras ocasiones, lo único que deseas es desconectar, relajarte, sentarte a leer un buen libro, incluso disfrutar de un spa. Eso es posible y hay multitud de opciones. Para planes relajados, lo mejor es buscar destinos más o menos aislados, mejor en medio de la naturaleza, pero no muy lejos de algún núcleo importante donde poder hacer la compra de lo que necesitemos. Para este tipo de escapadas, es casi más importante el alojamiento que las atracciones y lugares de visita de los alrededores.
¿Rural y sibarita?
Por supuesto. No son antónimos. Al contrario, naturaleza y hedonismo viajero se complementan perfectamente. Tal vez porque no hay más lujo que lo natural. Si este es tu caso, entonces busca un alojamiento que cuide los detalles, los hay incluso con espacio para un pequeño spa. Los destinos termales son perfectos para disfrutar de la vida, ¡y de un buen masaje!
Otro lujo es el gastronómico. Los más sibaritas pueden apuntarse destinos con denominación de origen y rutas vinícolas. Están, por ejemplo, La Rioja, o la Ribera del Duero o el Priorat, cada vez más en forma. Además, en muchas de estas zonas gastronómicas coinciden estupendos restaurantes que aprovechan los productos de proximidad para presentar deliciosas cartas. Ahí están casos ejemplares como El Yantar de Pedraza (Segovia), Toc Al Mar, en Begur (Cataluña) o la Tetería Baraka, en La Alpujarra granadina.
¿En qué época del año?
La época del año en la que se va a viajar es fundamental. Si es primavera, si la nieve cubre como un manto todo el paisaje, si es que el sol apretará fuerte o, no, si es que es la lluvia la que hace acto de presencia… ¡Cómo no va a condicionar la climatología nuestra elección de destino!
Si eres de mirar el calendario y ver días de vacaciones, fines de semana y puentes para una escapada, sabrás que los viajes se disfrutan por igual durante todo el año. Cada destino tiene su época: así, el invierno es ideal para los amantes de los deportes de nieve, mientras que la primavera es perfecta para observar aves en los humedales.
Tal vez necesitas una escapada otoñal, y entonces, lo mejor será buscar cerca un buen bosque de árboles de hoja caduca, como por ejemplo, la Fageda d’en Jordà, en Cataluña, pero también en otros muchos lugares de España, como el bosque de Orgui en Navarra o el hayedo de la Pedrosa en Segovia.
Los viajeros que no se frenan ni ante la época de lluvias también tienen sus destino ideal en pueblos como Ainsa, en Huesca, desde donde ver llover tras una ventana o, al contrario, hay pueblos en Málaga o Cádiz en los que, normalmente, se puede escapar de las nubes. Igualmente, un consejo de mamá: observad las previsiones meteorológicas antes que un temporal arruine vuestras vacaciones.
¿En pareja, con amigos o con niños?
La compañía condiciona el destino y no es lo mismo viajar en grupo que en pareja o con niños. Esto tan sencillo de entender se define en marketing como nichos de mercado, pero a mí eso de nicho me da algo de repelús y prefiero decir que cada destino tiene su quién es quién.
En este quién es quién no importa que lleves gafas o que tengas el pelo moreno o las orejas grandes, pero sí con quién viajas. Por ejemplo, no se necesita el mismo alojamiento para dos que para doce, tampoco si todos viajan en pareja o no, ni siquiera si se viaja con personas mayores o entre todos no superáis la media de los veinticinco años. Las necesidades, ni las expectativas, son las mismas. Intenta averiguar qué preferencias tienen, si son más activos o más de sentarse frente a la chimenea y jugar a juegos de mesa.
Asimismo tendrás que tener en cuenta que si viajas con niños, lo mejor es escoger destinos de naturaleza que despierten su apetito de aventura. También funcionan muy bien las granjas con actividades, para que por fin sepan que la leche viene de las vacas y no del lineal del súper.
¿Qué hay en la zona?
Esta parte hoy la tenemos fácil. Hay multitud de información y plataformas de viajeros que nos cuentan sus experiencias y que nos pueden inspirar planes: un bosque mágico, una cascada espectacular, tal vez una ermita que no aparecía en ningún mapa…
Busca en internet la información. Hay medios, revistas de viajes, blogs y portales especializados en destinos rurales. Por ejemplo, cada año, en Escapada Rural escogen la Capital del Turismo Rural entre casi trescientos municipios de todo España. ¡Toda una inspiración!
Otra fuente de información está en las redes sociales. Hay verdaderos ‘influencers’ que te pueden descubrir maravillas que no tenías ni idea de que existieran. Además, sólo investigando y documentando tu viaje antes podrás descubrir eventos, conciertos o actividades que se realizan en el destino escogido y en la fecha que hayas elegido para visitarlo.
