Cabo de San Emeterio, Asturias. Por: StockPhotoAstur
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En España hay dieciocho cuevas declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, por atesorar arte rupestre y ser testigos protagonistas de una cultura ancestral y una ilustración asombrosa de una etapa importante de la historia de la humanidad.
Y la curiosidad de todas ellas reside en que están concentradas en el norte de España. Concretamente, entre las comunidades de Asturias, Cantabria y País Vasco. Así que, te invitamos a una escapada rural por el norte y realizar un viaje al pasado para conocer la huella de nuestros antepasados.
Cueva de Altamira, Santillana del Mar (Cantabria)

Empezamos este listado por una de las cuevas más afamadas en España, la Cueva de Altamira. Su descubrimiento está envuelto en una historia muy particular, ya que la comunidad científica de la época fue muy reticente en admitir que el hombre primitivo fuese capaz de realizar una obra de tal belleza y magnitud. De hecho, tardaron veinte años en aceptar la autenticidad de las pinturas que decoran el interior de la cavidad, y por las que todos desean acercarse hasta este enclave, situado en el emblemático municipio cántabro de Santillana del Mar.
Fue Modesto Cubillas, un vecino de Altamira aficionado a la caza, quién en 1868 penetró en un hueco donde había entrado su perro. Desde entonces se activó la alarma del hallazgo y, en la actualidad, se sabe y reconoce que Altamira alberga una extraordinaria colección de arte rupestre paleolítico, lo que le sirvió para que la UNESCO declarara a esta gruta Patrimonio de la Humanidad en 1985.
Para asegurar su conservación, se restringió el acceso al público, y se construyó junto a la original, una réplica fidedigna y minuciosa. De esta manera, en tu escapada a la Neocueva del Museo de Altamira, no te perderás el gran techo de los bisontes polícromos, también calificado como la Capilla Sixtina del arte rupestre.
Cueva de Covalanas, Ramales de la Victoria (Cantabria)

Y, aunque podamos pensar que Altamira eclipsa a todas las cuevas cántabras, este territorio atesora otras diez que también forman parte del listado de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, entre las que se encuentra Covalanas, o igualmente conocida como la Cueva de las Ciervas Rojas. Ubicada en la localidad de Ramales de la Victoria, fue descubierta en 1903 por el paleontólogo Lorenzo Sierra y el arqueólogo Hermilio Alcalde del Río.
Este hueco está abierto al público, por lo que su interior te sorprenderá con pinturas rupestres a poca distancia, destacando las dieciocho ciervas en color rojo, entre otros animales representados, por las que es popular esta cavidad. E incluso podrás apreciar las marcas dactilares de aquellos humanos prehistóricos que las plasmaron en la pared. Se puede visitar la original, pero hay que adquirir la entrada con antelación, ya que por sesión sólo entran 4 personas. Se realizará con guía y la duración de la misma es de 45 minutos.
Cueva de Tito Bustillo, Ribadesella (Asturias)

En el caso de Asturias, son cinco las cavidades que forman parte del listado de la UNESCO por sus pinturas y grabados rupestres. Una de las más visitadas es la cueva de Tito Bustillo, situada en la desembocadura del río Sella, en la localidad de Ribadesella. Fue descubierta en 1968 por un grupo de jóvenes espeleólogos que inspeccionaba la zona.
Su importancia reside en que se cree que estas galerías estuvieron habitadas durante un periodo muy extenso, por los objetos y materiales encontrados y por las diferentes pinturas que decoran las paredes que van variando según las épocas y se superponen entre sí. Quizá, de todas las representaciones de animales (caballos, renos…) sobresale la de un cetáceo, muy poco frecuente en el arte rupestre.
Aún así, se trata de uno de los yacimientos más completos de toda la Cornisa Cantábrica, conserva hasta doce conjuntos de arte rupestre distribuidos por toda la caverna, pero no todos son visitables. De hecho, sólo se puede visitar el llamado Panel Principal y durante unos meses al año para contribuir a la preservación y conservación de la misma (del 5 de marzo al 26 de octubre de 2025). Eso sí, es la visita más destacada, tanto por el número de representaciones del conjunto artístico como por su variedad técnica y estilística.
Cueva de El Pindal, Pimiango (Asturias)

La cueva de El Pindal está situada en un enclave natural y paisajístico privilegiado, sobre el mar Cantábrico junto al cabo de San Emeterio, en el municipio de Pimiango. El yacimiento fue descubierto en abril de 1908 por H. Alcalde del Río, uno de los pioneros de la investigación prehistórica regional, convirtiéndose así en la primera con arte rupestre paleolítico descubierta en Asturias.
Está distribuida en cinco zonas que albergan un discreto grupo de representaciones animalísticas, como cérvidos, caballos, bisontes, y destacan por la rareza de este tipo de manifestaciones en la Cornisa Cantábrica, las figuras de un pez y un mamut. A estos temas se unen otros de carácter simbólico cuyas interpretaciones todavía siguen siendo un desafío.
Y es que esta combinación de mar y montaña fue irresistible para nuestros antepasados, y para nosotros, ya que llegar hasta aquí es una auténtica escapada. Podrás acceder a la gruta de El Pindal durante todo el año, de miércoles a domingo. Aunque es imprescindible la reserva telefónica previa.
Cueva de Ekain (Gipuzkoa)

El País Vasco también cuenta con una pequeña representación, tres yacimientos, de arte rupestre digno de alabanza. En la provincia de Gipuzkoa destaca la de Ekain, perteneciente al municipio de Deba. Descubierta en 1969, esta cueva alberga el conjunto de caballos pintados más perfecto del arte cuaternario, lo que las convierte en una de las joyas más preciadas del patrimonio cultural vasco y mundial.
En sus 150 metros de longitud existen 70 figuras rupestres: 64 de ellas están pintadas y 6 grabadas. Desde el primer momento, esta cavidad se ha mantenido en perfecto estado, ya que nunca fue abierta al público. En 2008, se decidió compartir este hallazgo en forma de réplica, Ekainberri, construida a pocos metros de la original.
Además, no se puede llegar hasta la puerta de la réplica en coche, han habilitado un parking en el municipio de Zestoa para aparcar y caminar durante 15 minutos por el valle de Sastarrain hasta la entrada. Por lo que, desde el minuto cero de la escapada podrás sumergirte en lo que los hombres y las mujeres de la prehistoria vivieron.
Santimamiñe (Bizkaia)

Fue la curiosidad de unos jóvenes del pueblo lo que llevó al descubrimiento de la cueva de Santimamiñe y sus figuras rupestres en 1916, situada en la orilla derecha de la cuenca de Urdaibai. En ellas se pueden ver un total de 47 pinturas que representan animales, bisontes, caballos, cabras, ciervos y un oso pardo. Todas ellas representadas de manera monocroma, en negro, ya que el material empleado fue el carbón.
Además, esta cavidad muestra una gran belleza geológica, con un gran número de formaciones de estalagmitas y estalactitas, que en ocasiones se unen completando magníficas columnas a lo largo de todo su recorrido. Las salas que albergan las pinturas rupestres se encuentran cerradas al público para evitar su deterioro.
No obstante, se realizan visitas guiadas al vestíbulo, donde se están desarrollando los trabajos de excavación arqueológica y a la sala de proyección para disfrutar de un recorrido virtual en 3D de la totalidad de la gruta y el santuario paleolítico.
Miryam Tejada
Mi título universitario dice que soy licenciada en periodismo, pero realmente soy una todoterreno a la que le pilló la transición del mundo analógico al digital de pleno. Es decir, soy millennial, y eso lo que conlleva, según las habladurías, es que me dejo llevar y priorizo mi bienestar. O lo que es lo mismo, soy una apasionada de los viajes y las experiencias, del simple hecho de tomar unas cervezas entre amigas, organizar una buena comilona en la sociedad con sobremesa larga incluida o pasar las tardes en el parque con mis gemelos.
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