El geoturismo gana cada vez más incondicionales. Y no es para menos, hay formaciones rocosas y minerales de lo más curiosas, además que las cuevas y fósiles siempre han despertado la imaginación de grandes y de pequeños. Andalucía se presenta como una comunidad privilegiada para conocer los tesoros ocultos del planeta.
Con cuatro geoparques y decenas de otros georrecursos esparcidos por toda la comunidad, las opciones van desde geodas de récord a playas de gran belleza geológica, pasando por entornos mineros. Aparte de conocer lugares de interés geológico, este tipo de planes también permiten adentrarse en la gastronomía local y la etnografía de la zona.
Geoparque de Granada
Para que un lugar sea reconocido en la Red Mundial de Geoparques de la Unesco es suficiente con que presente como mínimo un Lugar de Interés Geológico de relevancia internacional. Pues bien, el Geoparque de Granada tiene catalogados en sus casi 5.000 kilómetros de extensión hasta 72 lugares, incluidas las viviendas cueva habitadas desde la Edad Media y otros espacios arqueológicos.
Su inclusión en la famosa red puso en valor las comarcas granadinas de Guadix, Baza, Huéscar y Los Montes. Se destacó del geoparque el que fuera uno de los mejores registros geológicos continentales de los últimos 5 millones de años.
Sierra Norte de Sevilla
Nadie lo diría viendo el actual paisaje de dehesas, encinas y alcornoques, pero en un tiempo aquí rondaron medusas, tal como demuestra el Monumento Natural Huellas Fósiles de Medusas, ubicado en Constantina. Tan especial que el rastro de algunas de estas medusas no se encuentra en ningún otro lugar del mundo.
Aunque los investigadores lo consideran “La Capilla Sixtina de la Paleontología» por su valor, éste es sólo uno de los muchos geositios que atesora en más de 177.000 hectáreas la Sierra Norte de Sevilla. En total, casi medio centenar de lugares para viajar en el tiempo hasta el final del Precámbrico y Paleozoico.
Parque Natural del Cabo de Gata-Níjar, Almería
Es este uno de los lugares más singulares de la península, donde es posible bañarse en aguas cristalinas en cualquiera de sus muchas playas, ver atardeceres de vértigo o deleitarse con la belleza geológica en sus 36 geositios marcados en el plano.
Desde las Dunas volcánicas de la playa de Mónsul a arrecifes, playas fosilizadas, domos volcánicos como el del Cerro de Vela Blanca o, incluso, lugares tocados por la mano del hombre como las minas de oro de Rodalquilar, donde se fusiona el turismo industrial con el geoturismo.
Parque Natural de las Sierras Subbéticas
Al sur de la provincia de Córdoba, el bello escenario kárstico que se puede observar en el Parque Natural de las Sierras Subbéticas tiene su origen en los antiguos fondos marinos. Hay pasajes lunares como el que se encuentra en Lapiaz de Los Lanchares; el gran “hoyón” de 150 millones de años de antigüedad que hay en la Paleodolina de Arrebola; o el Paleokarst de Los Pelaos, un karst de cuando el macizo de Cabra era una isla.
En total, 23 geositios que suman la historia de millones de años que ha ido cambiando la fisonomía del entorno y que aflora por la amplia red de senderos que recorren las 32.560 hectáreas del Geoparque, pasando por las sierras y pueblos de especial encanto como Luque, Carcabuey o Zuheros. Precisamente en este último municipio se encuentra la Cueva de los Murciélagos, todo un monumento natural que de haberlo conocido habría inspirado alguna novela de aventuras a Julio Verne.
Desierto de Tabernas
Un paraje de tierras malas, árido, marrón, ocre y muy seco acabó convirtiéndose en los años 60 en el «Hollywood europeo«. Los cineastas supieron sacar rendimiento a sus áridos parajes tostados por las más de tres mil horas de sol al año. El de Tabernas es el único desierto de Europa.
Protegido como paraje natural, es la imagen geológica de lo que ocurre cuando las precipitaciones medias son escasas (no llega a los 240 mm de precipitaciones anuales), entonces aparecen barrancos, cárcavas y zanjas cuarteadas como una piel seca.
Geoda de Pulpí
La Sierra del Aguilón, en Almería, acoge un tesoro geológico que parece salir de una novela de Julio Verne. La geoda de Pulpí es un verdadero espectáculo a la vista (algunos de los cristales que la cubren pueden medir nada menos que 2 metros) y es toda una emocionante aventura visitarla, accediendo por los 500 metros habilitados de la Mina Rica.
No es la más grande del mundo, pero sí la geoda visitable más grande que existe y sus cristales de yeso son tan puros que permiten incluso leer a través de ellos. Las visitas son guiadas y tienen un aforo máximo para poder conservar esta maravilla.
Cerro del Hierro
El paisaje de este Monumento Natural se podía definir como fantasmal. Pero no es el resultado de ninguna extraña maldición, sino que se trata de las consecuencias de haber sido explotado por la industria minera desde que los romanos comenzaron a sacar hierro del lugar. Se encuentra a unos 5 km al sur de San Nicolás del Puerto, conocida como la “siberia sevillana” debido a sus temperaturas frías en invierno.
La Casa de Los Ingleses es el punto de partida del sendero por el cerro y de la vía verde que permite acompañar en bici al río Huéznar. Hoy la vieja mina romana se puede escalar a través de las más de 150 vías abiertas en la roca caliza que permiten llegar a lo más alto de este jardín geológico con un millar de agujas que apuntan al cielo.
Parque Minero de Riotinto
Riotinto es lo más parecido a estar en Marte sin salirse de la órbita terrestre. Esa es la fama mundial que tiene desde que la NASA y la Agencia Espacial Europea escogieron el lugar para simular los viajes espaciales al planeta rojo. Pero Riotinto es también lugar de recuerdo minero, todo un parque temático donde hacer una inmersión en profundidad a la herencia minera de 5.000 años de la comarca de Riotinto.
El barrio inglés se muestra encantador, con la Casa 21 tal y como fue en el XIX en el máximo esplendor del lugar. El Museo Minero, en el antiguo hospital de la Riotinto Company Ltd pone al alcance del visitante toda la cultura minera del lugar. El tren minero recorre parte del trazado original de la vía que desde 1875 conectaba las minas con el Puerto de Huelva, mientras que uno se puede sentir un auténtico minero accediendo a la Mina Corta Atalaya o Peña del Hierro, ambas a cielo abierto.
Grutas y cuevas
Andalucía es una comunidad perfecta para conocer el mundo de la espeleología. No en vano, la popular Gruta de las Maravillas (Aracena, Huelva) fue la primera cueva turística abierta al público en España en 1914.
Las opciones son de todos los niveles, contando la región con varias cuevas que invitan a conocer desde las profundidades la belleza natural, como la Cueva del Yeso (Baena, Córdoba), de la que se puede visitar una galería de los tres kilómetros que se calcula que tiene; la Cueva del Tesoro, en Rincón de la Victoria, en la que existen pinturas paleolíticas; la Cueva de Nerja, con uno de los mayores conjuntos de pinturas rupestres del mundo.
El Torcal de Antequera
A más de 1.200 metros de altitud sobre el nivel del mar, el paraje natural del Torcal de Antequera es uno de los paisajes más espectaculares de Málaga. De hecho, estas caprichosas formas de las rocas están consideradas Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco junto a los dólmenes de Menga y Viera, el tholos del Romeral y la Peña de los Enamorados.
Paisajísticamente, el Torcal es un conjunto de columnas y oquedades originadas a partir del depósito de esqueletos y caparazones de los animales marinos que habitaban las aguas saladas de un mar prehistórico. Algunas de ellas con nombre propio, como el Tornillo, la Maceta, la Esfinge o el Indio. Hay tres rutas de senderismo señalizadas de diferentes niveles que permiten conocer los principales escenarios de este prodigioso entorno geológico.
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