Es primavera, la época ideal para pasear por los jardines floridos. Hablamos de un lugar donde la naturaleza y el arte se unen para crear espacios de gran belleza y armonía. Los jardines nos permiten reconectar con la naturaleza, relajarnos y disfrutar de la paz y la tranquilidad que nos brindan.
Y es que, más allá del Laberinto de Horta de Barcelona o la Quinta de los Molinos de Madrid, en la España rural también encontramos increíbles jardines a los que visitar en tu próxima escapada rural. Esta es una pequeña selección de los que, para nosotros, son algunos de los más bonitos. ¿Cuáles añadiríais vosotros?
Los jardines de Artigas (Barcelona)
Al norte de la provincia de Barcelona, en La Pobla de Lillet, Antoni Gaudí diseñó unos impresionantes jardines como regalo a la familia Artigas en 1905. El gran protagonista de este jardín es el agua, ya que por él cruza el río Llobregat, pero además aquí encontrarás fuentes, puentes con arcos, una cueva y hasta una cascada.
Para acceder a los jardines es necesario pagar la entrada que cuesta 4,50 € (niños entre 0 y 5 años no pagan). Estos jardines no están adaptados para llevar sillas o cochecitos de bebés. Está permitido el acceso con mascota, pero es necesario que vaya atada durante la visita.
Los jardines y el chalet más desconocidos de Gaudí
A unos 120 kilómetros de distancia del popular Park Güell, al norte de la provincia de Barcelona, Antoni Gaudí diseñó unos jardines de similar apariencia pero a menor escala. Son los jardines de Artigas, en La Pobla de Lillet, y en su construcción trabajaron los mismos obreros que en el parque Güell.
Chillida Leku (Guipúzcoa)
Este es, sin lugar a dudas, uno de los sitios más impresionantes del norte de España. Se trata de un museo de arte situado en el municipio guipuzcoano de Hernani dedicado a la obra del escultor vasco Eduardo Chillida. En tu visita podrás admirar una gran colección de sus obras pero también unos impresionantes jardines.
Y es que el museo se sitúa en una finca de más de 11 hectáreas y cuenta con unos preciosos espacios verdes que fueron diseñados por el propio Chillida, en su búsqueda por crear un espacio de armonía entre la naturaleza y su arte. Aquí los robles y hayas conviven con increíbles esculturas de acero y granito. La entrada cuesta 14€ y niños hasta los 8 años no pagan.
Jardines de Son Marroig (Islas Baleares)
Que sí, que las playas y calas de las Islas Baleares son increíbles. Pero más allá del agua, en el coqueto pueblo de Deià, en Mallorca, se encuentra uno de los jardines más impresionantes de la isla, los jardines de Son Marroig. Se encuentran en una colina con increíbles vistas al Mediterráneo y cuentan con una gran variedad de plantas y flores, ideal para un paseo a dos.
En Son Marroig encontrarás una capilla y una casa señorial que a día hoy funciona como museo dedicado al Archiduque Luis Salvador de Austria. Los puedes visitar de lunes a sábado y la entrada son 4€.
Jardín de Cactus (Las Palmas)
En la localidad de Guatiza, en la isla de Lanzarote se encuentra uno de los lugares más espectaculares de las Islas Canarias: el Jardín de Cactus. Fue diseñado por César Manrique y está abierto al público desde 1990.
El jardín cuenta con más de 4.500 ejemplares de cactus de todo el mundo -y de todos los tamaños-, ¡es una pasada! Cuenta también con una cafetería, tienda de souvenirs y un pequeño museo sobre la historia de la producción de cochinilla, un insecto que se cría en los cactus y se utiliza para producir colorante rojo.
Es uno de los lugares más populares de la isla y es una visita obligada para los amantes de la naturaleza. Está abierto todos los días del año.
Jardines del Monasterio de Yuste (Cáceres)
Cuacos de Yuste es un destino imprescindible de Cáceres. En 2021 fue uno de los 10 pueblos finalistas de la Capital del Turismo Rural, premio organizado por EscapadaRural. Y es que motivos para visitarlo no le faltan, es un lugar con mucha historia, un patrimonio encantador y que cuenta con una rica gastronomía.
Cuenta la leyenda que el Emperador Carlos V eligió este pueblo para pasar sus últimos días y mandó construir un palacete adosado al majestuoso Monasterio de Yuste. Aquí el Emperador se propone reconectar con la naturaleza en un ambiente que favorezca la meditación, por esta razón se construye un jardín con muchos naranjos y flores. ¡Imperdible!
