6 pueblos de España donde celebrar un Año Nuevo diferente

Escrito por
13.12.2025
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El zangarrón de Montamarta. Colección Biblioteca Museo Etnográfico de Castilla y León
La noche de fin de año es, posiblemente, una de las más repetitivas del calendario. En cada país, cada 365 días celebran sus propias tradiciones -o supersticiones, más bien– que van desde las lentejas que toman los italianos hasta el agua por la ventana que arrojan en algunos lugares de América Latina. En España, como cantaba Mecano: “Otra vez el champagne y las uvas y el alquitrán”. Sin embargo, hay opciones para estrenar el siguiente número en el calendario de una manera distinta a las anteriores.
Estos son los pueblos de España en los que pasar un Año Nuevo diferente.
Cadaqués (Girona)
Cadaqués es una de las localidades más admiradas del país, tanto por su belleza como por su historial artístico. Este pueblo catalán, conocido por haber acogido a grandes genios como Salvador y Gala Dalí, tiene un aura mística que se refleja en algunas de sus costumbres. Por ejemplo, por cómo algunos vecinos y visitantes dan la bienvenida al nuevo año.
A las 7 de la mañana del día 1 de enero, personas de todas las partes del mundo se reúnen en el faro del cabo de Creus (la zona de la península donde antes amanece) para ver cómo la luz se abre paso entre la noche. Después, se baila la sardana y se desayuna chocolate caliente.
Villar de Corneja (Ávila)
En Villar de Corneja solo viven unos siete vecinos durante todo el año (la cifra aumenta en vacaciones u otras fechas señaladas), así que pueden modificar sus tradiciones sin necesidad de demasiadas discusiones. Por ello, hace dos décadas decidieron que no hacía falta esperar a las 12 de la noche del 31 de diciembre para desearse feliz Año Nuevo.
Allí, las uvas (quienes quieran, claro) se comen 12 horas antes, al mediodía. Esto empezó a hacerse porque los habitantes más mayores de la localidad consideraban que, esperar a que bajase el carrillón y sonasen los cuartos del reloj de la Puerta del Sol de Madrid, era trasnochar demasiado. Así nació una costumbre que aún persiste.
Ibiza (Islas Baleares)
El 1 de enero los ibicencos más valientes se meten en las aguas del Mediterráneo para darse el primer baño del año. Aunque cualquier orilla es buena, es un acto típico de la playa de Ses Salines. Es posible que la fiesta previa sea uno de los motivos por los que hay tanta participación (del bar al agua), aunque el acto suele ser multitudinario.
Entrar en el mar para dar la bienvenida al primer día del año no solo es una costumbre de esa isla. En Barcelona, los atrevidos se juntan al mediodía para darse el chapuzón inaugural en la playa de San Sebastián. Mientras que en Las Palmas de Gran Canaria, el lugar preferido para darle la bienvenida al Año Nuevo es la playa de Las Canteras.
Montamarta (Zamora)
Aunque las caretas son un elemento típico de Carnaval, no siempre ha sido así. Las fiestas de las mascaradas, que pueden tener un origen prerromano, se celebraban generalmente en invierno y representaban a seres protectores con aspecto de animal. En muchos pueblos de Zamora aún se mantienen estas fiestas que, en algunos sitios, tienen lugar el 1 de enero.
Por ejemplo, en Montamarta, un personaje con máscara llamado Zangarrón recorre las calles de la localidad en la madrugada del Año Nuevo y pica en las puertas de las casas. En otros pueblos cercanos como Sarracín de Aliste o Riofrío de Aliste también tienen sus propias mascaradas, parecidas entre sí pero diferentes a la vez.
Torrelobatón (Valladolid)
En este pueblo de Valladolid, los jóvenes que entran en quintas (los que cumplirán 18 ese año) pasean por sus calles en la noche del 31 de diciembre con brochas y pinceles para pintar en las fachadas. Estas han sido escogidas y blanqueadas para la ocasión.
Generalmente, las chavalas y los chavales escriben frases con mensajes motivadores para que sus vecinos las lean cuando se despierten y salgan al exterior en la mañana del Año Nuevo. Las palabras quedan impresas en los muros hasta la siguiente Nochevieja.
Bubión (Granada)
En este pueblo de la Alpujarra granadina han decidido tomarse la vida con calma y no se ponen nerviosos con los cuartos y las campanadas. Allí se reúnen en la plaza del pueblo y toman una uva cada diez segundos, en una especie de práctica de Nochevieja slow, muy acorde con el espíritu de la localidad. Es un destino sin duda recomendado para quienes suelen atragantarse con las uvas.
Extra de rarezas en Andalucía
Los vecinos de Bérchules, también en Granada, celebran su Nochevieja el primer sábado de agosto. Se empezó a hacer tras un gran apagón en la noche del 31 de diciembre de 1994, que hizo que los habitantes del pueblo tuvieran que comer las uvas iluminados por las velas. Los problemas del suministro eléctrico eran comunes y un comerciante dijo en una reunión que iban a tener que comer las uvas en agosto. La literalidad ganó y así empezó todo.
Y en Lepe, en Huelva, muy en la línea de su fama de graciosos (o la de los chistes sobre ellos) han escogido el 28 de diciembre para celebrar su Nochevieja particular. Por si alguien no había caído, ese es el Día de los Santos Inocentes y, en lugar de uvas, comen frutos rojos. Originales son, sin duda.
Carmen López
Soy periodista y escribo sobre cosas que importan en sitios que interesan desde hace más de una década.
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